12: El festival de invierno

3 0 0
                                    

Dom



Dom no recordaba mucho de lo que pasó el día que Jonas fue a cuidarlo. Cuando la fiebre pasó y él despertó, se preguntó si la visita de su amigo había sido un sueño o no, pero su madre se lo comprobó sin que tuviera que preguntar, ya que mencionó que Jonas pasó a dejarle la tarea y que fue un alivio que pudiera quedarse un momento a ayudarle. Su madre le preguntó por qué no iba tan seguido como antes, tampoco lo veía por el restaurante, pero Dom solo se encogió de hombros y mintió diciendo que era porque estaban los trabajos antes de vacaciones de Navidad. Quizás eso no era una completa mentira, pero Dom sabía que no era la única razón.

A pesar de ello, algo debió cambiar en Jonas tras la visita, porque comenzaron a saludarse un poco en los pasillos. Las charlas pequeñas y básicas no eran el fuerte de ninguno de los dos, sin embargo, encontraban una manera de hablar un poco más entre los descansos. La sensación era agridulce, pero a Dom le causaba un poco más de calma el saber que su amigo no lo evitaba de nuevo, a pesar de que eso significara que tenía un nuevo par de ojos encima que no le pasaban desapercibidos: Jara Lee.

Podía notar la intensidad de su mirada las pocas veces que se topaban, cosa que lo ponía un poco nervioso por momentos. Especialmente cuando se acercó a darle uno de los panfletos con el programa del festival escolar de invierno. El evento era una cosa especial, tanto como el baile de primavera o las finales de básquetbol. Dom solía acudir porque Emer estaba en el club de teatro; contrario a lo que muchos esperaban al verlo en sus clases o cualquier interacción social, Emer era muy dedicado al club de teatro, y también parecía demostrar un talento para ello, incluso si no tenía un papel protagónico.

Cuando el telón se cerró y las luces del auditorio se encendieron para dar espacio a los maestros de ceremonias, Dom bajó la vista a la hoja con el programa. Se sorprendió la primera vez, cuando vio el nombre de Jonas en él, pero tenía que verlo bailar en otro lugar que no fuera en el salón de música después de clases.

Se puso en pie y no dudó en ir detrás del escenario, bastó con preguntar a una chica por Jonas y lo encontró en uno de los pequeños camerinos con Jara. Tragó saliva y tocó a la puerta abierta, llamando la atención de ambos.

—Puedes decir que comí algo que me cayó mal

—¿Puedo pasar? —preguntó, alcanzando a escuchar lo último de la conversación entre los hermanos.

Jara solo le dedicó una de sus frías miradas, le deseó éxito a su gemelo y los dejó a solas. Dom aguardó un momento más hasta que perdió de vista a Jara y se adentró unos pasos con Jonas.

—¿Cómo estás? ¿Ya estiraste y calentaste? —agrega y le sonríe con ligereza, de verdad interesado por que no fuera a lastimarse en el escenario. Sabía que debía estar nervioso, unos días atrás, poco después de recibir el panfleto del festival, Jonas lo buscó a él y a Emer para desahogarse un poco. La verdad podía entender un poco su nerviosismo, sobre todo al tener en cuenta lo difícil que era para Jonas lidiar con aquello de ser el centro de atención, pero quería apoyarlo.

—Dom, ¿podrías sacarme de aquí? O sabotear el equipo de sonido, desconectar un cable, tú sabes de esas cosas. Te daré lo que quieras.

Dom sonrió de lado y se acercó hasta él, frente al espejo. Había un montón de maquillaje ahí, suponía que Jara le había ayudado a Jonas, porque ninguno de los dos sabían para qué servían la mitad de las cosas que estaban frente a ellos. Dom le da tres palmaditas en la cabeza.

AfterglowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora