La despedida

548 24 14
                                    

Nicole:
Los esfuerzos por intentar olvidar a Gabriel cada vez se me hacían más cuesta arriba, era como una puta enfermedad de la cual no había cura y encima cada vez es peor.
Su amor era tan tóxico como el mío y cada día me costaba mas darme cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro, eran muchas bocas opinando, muchas estúpidas aleteando a su alrededor en busca de casito, y yo sentia que era una de ellas.
Él me decía que yo era la única mujer a la que él ha querido, pero no sabía si era por joderme o qué pero me reventaba ver cómo le decía "mi mujer" a esa estúpida con la que estaba.
¿Y de qué me sorprendo? Si cuando estaba con Agostina le decía prácticamente lo mismo, mientras que el muy perro babeba por mí.
Misma situación diferente mujer y correa, y me reventaba.
Sobre todo, ver cómo Marlene a la que parecía que yo le caía bien dejó un comentario que yo lo sentí en mi contra.
"Eres la mejor novia que ha podido tener Gabriel" refiriéndose a Mariana, y todo porque al final es la mamá de su hijo y es obvio que sacaría la cara por él.
Marina había vuelto con House, pero decidió irse durante algunos días fuera de Madrid con sus amigas, pero yo no pude ir porque yo tenía que hacer una sesión de fotos para culpa tuya, que por cierto, se estrena en diciembre.
Estaba preparando mis cosas pues en apenas una semana me iba para chile, me voy por algunos meses y sé que me va a venir muy bien.
Pero antes me iba para la costa Brava con Jonathan el chico que se vino conmigo de Grecia, eso sí, antes tenía que ir a por mí premio por "Ni una más"
Una vez superado todo eso me fui para la Costa Brava, necesitaba desconectar.
Gabriel:
Estaba en Alicante con el elenco de "Mar afuera" tenía que grabar allí unas cuantas tomas y Mariana decidió venirse conmigo y yo más que encantado, total, la Wallace ya dejó claro que no quería saber nada de mi, y menos después de haberle pegado al estúpido ese con cara de bailarina exótica.
Yo no podía cambiar las cosas y ella tampoco es que estuviera muy dispuesta a cambiarlas, mi relación con Mariana era lo que me importaba ahora mismo...
Ella no me daba problemas de ningún tipo, era todo lo contrario a Nicole.
No teníamos el mismo sexo que con Nicole, las cosas con Nicole son más intensas, más fuertes.
De Mariana debo reconocer que es muy buena en la cama, demasiado buena, pero no es ella y eso eran una de las cosas que más me martirizaban.
Tampoco pido tanto, ¿verdad?
Solo quería estar con mi mujer, pero la muy terca prefería volverse loca y volverme loco a mí, y aquí estoy, con una mujer de la que no estoy enamorado y ella por ahí, en la costa Brava con ese imbécil con cara de perro.
Que irónico, ¿verdad? Mi vida se había convertido en un círculo vicioso de toxicidad, se había convertido en un circo donde la gente se quedaba a contemplar y a comentar cómo si mi vida fuera la revista semana, y me jodía porque daban una imagen de mi que yo no proyectaba.
¿O si? Era como dicen por ahí, a veces se juzgan los libros solo por su portada sin ver lo que uno lleva dentro, y ese era mi caso.
Un día antes de venirme hablé con mi madre, la pobre estaba cabreada porque Nicole no había compartido una foto donde salía yo también, y Topi por su parte dejó de seguirla en Instagram.
¿Debería dejar que se metan? No lo sé, lo único que sé es que una es como mi hermana y la otra es mi madre, por lo tanto, si, tenían derecho a opinar y a actuar como quisieran.
Incluso mi madre quería hablar personalmente con Nicole pero no la dejé, no quería que hablara con ella porque no quería que salieran a malas.
Porque una, es mi madre y la otra, es la mujer que quiero, terca pero la quiero.
Y si, no perdía la oportunidad de darle por el saco cada vez que podía llamando "mi mujer" a Mariana, ¿que le duele? A mi también me duele su indiferencia, pero ahora mismo es lo que había.
Los meses que pase en Chile estaba seguro de que nos ayudarían a calmar las aguas, y así, cuando llegue el momento de promocionar Culpa Tuya, todo esté más calmado.
Tal vez no como antes, pero si más calmado...
Estaba pensando en todo eso cuando mi móvil empieza a sonar, era Ismael:
-Bro, ¿sabes dónde estoy?
Me pregunta Ismael tratando de que yo descubra su adivinanza.
-No, pero tampoco estoy para adivinar nada porque la única neurona que me queda viva no copera.
Ismael empieza a resoplar detrás de la línea, y me suelta dejándome seco:
-En la Costa Brava, y tengo a tu chica detrás de mi mientras que se come los morros con el chico ese que dice House que es gay.
Los pies empiezan a repiquetear en el suelo, y comienzo a comerme las uñas.
Mariana hacía horas que se había vuelto para Madrid y yo decidí quedarme un día más porque necesitaba estar solo, así que irme a la Costa Brava no era ningún problema.
-Gabriel, ni se te ocurra hacer lo que pienso que vas a hacer, ¿me estás escuchando?
Yo no le contesto sin embargo, me meto corriendo dentro del hotel para irme a mí suite para recoger mis cosas y largarme.
-Joder, Gabriel, no me toques las pelotas, eh.
Te lo estoy diciendo porque eres mi amigo, y si en algún momento descubro lo que he visto y no te lo llego a decir te hubieras cabreado conmigo, así que estate quietecito ¿vale?
¡Y una mierda! Yo me voy para la Costa Brava así sea lo último que haga, así que cuelgo a mí amigo y recojo mis cosas para partir hacia la Costa Brava.
Necesitaba despedirme de ella, necesitaba una despedida a la altura y sería hoy.
Las siguientes tres horas ya había aterrizado y el calor cortante ya me había impactado contra la cara, y llamé a Ismael, y la forma en la que me contestó me hizo reír:
-No me jodas, tio, no me jodas diciéndome que estás aquí.
-Si, estoy aquí y necesito que me hagas un favor.
Así que tú verás lo que haces, tío, te espero en el aeropuerto en lo que vienes a recogerme.
He conseguido una casa a pie de playa al menos, hasta mañana.
Lo escucho resoplar detrás de la línea y espero su respuesta que no tarda en llegar.
-Vale, ahora voy a buscarte.
Un rato después le pido a Ismael que me lleve hasta donde está Nicole, que al parecer está comiendo con el tal Jonathan en un restaurante a pie de playa.
Le pido a Ismael que me deje solo pero él insiste en quedarse conmigo, sabe perfectamente que yo no mido a la hora de actuar.
-No seas cabrón, Gabriel.
Escúchame, deja a Nicole tranquila por favor.
Agarro por los hombros a Ismael y hago que me mire a los ojos, necesito que me deje proceder:
-Lo siento, pero necesito que te pires para que yo pueda proceder tranquilo.
Isma asiente aunque no muy convencido, me la suda, necesito meterme en ese restaurante y sacarla de ahí.
Solo quiero una puta despedida, nada más.
Cuando Ismael se va para el hotel que está justo detrás refunfuñando y yo me meto en el restaurante en su búsqueda, y por fin la encuentro...
Está sentada enfrente de ese gilipollas regalándole las sonrisas que deberían ser para mí, y me acerco a ellos como un loco desquiciado.
La cara de Nicole se desencaja a medida que me voy acercando y, el chico se extraña al ver su cara, hasta que me divisa.
-¿Que haces tú aquí?
-Necesito hablar contigo antes de que te vayas.
Nicole niega con la cabeza y prosigue con su conversación con el idiota con hormonas ese ignorándome por completo, y el coraje se me iba subiendo por mi espina dorsal.
-No quiero hablar contigo.
-No, si no es una pregunta.
Te estoy diciendo que quiero hablar contigo, así que, levántate de la mesa y vámonos.
Nicole empieza a resoplar y a encararse conmigo, no quiere hablar conmigo y muchísimo menos venirse conmigo.
-¿Otra vez me estás dando órdenes?
-Si, es una órden.
Nicole empieza a reírse a mí ya se me está terminando la paciencia, así que no me lo pienso más y la cargo a mí hombro mientras que patalea y me pega puñetazos en la espalda.
El tal gilipollas este se levanta y, de un solo manotazo en el pecho hago que se caiga para atrás, y mirándolo fijamente le suelto:
-Lo que haga con mi mujer es problema mío, métete en tus asuntos y déjame en paz.
El chico se queda tirado en el suelo sin tener nada que decir mientras que la gente empieza a murmurar y a mirarnos fijamente, me la suda, yo he venido aquí a por mí Pecas y de aquí no me voy sin ella.
Una vez fuera del restaurante ella sigue peleando conmigo, y no para de insultarme y de pegarme en la espalda, y como puedo la meto en el coche que me ha dejado Isma para llevármela a la casa que había conseguido...
Cuando consigo arrancar el coche Nicole me mira con cara de asesina, y yo trato de ignorar esa mirada pero ella me lo pone difícil, sobre todo cuando se concara conmigo:
-¿Se puede saber que haces, imbécil?
-He dicho que quiero hablar contigo y voy a hablar contigo, quieras o no.
Nicole se cruza de brazos mirando por la ventana mientras que yo salgo de aquél aparcamiento a toda hostia, necesito tenerla conmigo aunque sea unas horas.
Una vez llegamos a la casa, que es más bien como una villa con un jardín enorme y con una piscina, la bajo obligándola a meterse dentro de la propiedad.
Una vez dentro, ella se suelta y empieza a tirarme encima todo lo que pilla por el camino, no me da tregua para esquivar la fruta que me tira una vez consigue irse a la cocina.
-¡Nicole, para!
Pero no lo hace y sigue tirándome cosas, y una vez no consigue que más tirarme, se dirige al jardín cogiendo la manguera de agua y empieza a mojarme con ella.
Como puedo la alcanzo forcejeando para poder quitarle la manguera de las manos, pero es inútil y terminamos cayendo los dos a la piscina.
Cómo puedo la cojo hacia arriba haciendo que ella salga antes y descanse su cara en mi cabeza, mientras que yo intento recoger todo el aire que me llenan los pulmones.
-¡Me cago en tu puta madre, Gabriel!

Resiliencia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora