Y nos volvimos a encontrar

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Gabriel:
Alcohol, mucho alcohol, demasiado alcohol.
Mi cabeza retumba frases como "Pecas, Pececito, Chiqui, Morritos"
¡Jodeeeeeerrrr, sal ya de mi puta cabeza, sal ya!
No sale, simplemente es como si fuera un tatuaje que se había impregnado en mi cerebro haciéndome reventar por todas partes.
Gritos "tú y yo no podemos estar juntos"
"Tienes que dejar de quererme"
"¿Y cómo coño se hace? ¡Dime!
"¡No lo sé! Tal vez sí uno deja de quererse todo sea más fácil"
¡Mierda! Es mentira, ni siquiera haciéndome el fuerte conseguía salir de aquél agujero negro.
"Está usted retenido, no puede salir del país sin que un juez dé la orden"
"Gabriel Guevara es acusado de abuso sexual"
¡Mierda! La botella se iba vaciando más y más, veía como aquella botella de cristal se iba consumiendo como lo estaba haciendo yo.
El cigarro también estaba a medio consumir, se iba agotando como me estaba agotando yo.
Mi mente me seguía castigando, me iba haciendo saber:
"Gabriel, no te la mereces
"Gabriel, Nicole es mucho para ti. Déjala volar.
Nicole está con otro y tú debes hacer lo mismo, total, ya la tienes perdida"
Unos ojos azules me miraron más serios que nunca y me gritaban"¡Déjame libre!"
Y yo no podía, simplemente la tenía atada a mi.
"Nos volveremos a encontrar"
Y cerró la puerta dejándome allí sin saber cómo salir.
Yo solo quería pegarme un puñetazo a mi mismo, ¿y si me lo daba?
quizás así se me recolocarian las neuronas.
"¡Quieto, Guevara!"
Noté como me zarandeaban y me gritaban:
-Gabriel, despierta.
Mis ojos se negaban a abrirse. -¡Joder, despiértate!
Y lo conseguí, mis ojos se abrieron.
-Joder, House
House se sentó al borde de mi cama y me miró pensativo, y me soltó:
-¿Que pasa? Llevas dos días en esta cama metido, deberías salir y aprovechar los buenos días que están haciendo en Madrid.
Además, hoy son los premios feroz sería una idea estupenda si tú te animas a ir.
Yo me senté en la cama sobándome los ojos con las manos, y le dije:
-Si, iré.
House me miró sorprendido, y me contestó:
-¿Quién eres tú y que has hecho con mi hermano?
Yo me eché a reír, el buen humor de House me ayudaba a levantarme cada día.
-Gracias por ser como eres.
-De nada.
Supongo que todo esto tiene que ver con la Wallace, ¿no?
Yo asentí, pero también sabía que tendría que tirar para adelante:
-Si, pero tú tranquilo porque ella ya no forma parte de mi vida y tampoco va a seguir teniendo poder sobre ella. ¡Eso se acabó!
House asintió, aunque sin creerselo:
-Bueno, lo importante es que tú te lo creas.
-House, ya lo hago.
House me sonrió y yo me fui directo para la ducha, necesitaba despejar la mente.
Unas horas después mi nuevo representante, David, me dijo que en esa semana me tenía que ir a Ibiza con Mariana ya que los dos estábamos trabajando en una sesión de fotos para una marca de ropa y joyería.
Genial, ella sería quién me sacara del pozo.
Nicole:
Tenía varias sesiones de fotos para diferentes revistas y sentía como una fuerte gripe se iba apoderándose de mi cuerpo más y más, estupendo y maravilloso.
Quizás, debería meterme en la cama que es lo que haría en cuanto me fuera para mí casa.
-Nicole, ya te puedes ir.
Y recuerda que esta noche son los premios feroz, así que tómate todo el día para que puedas ir preparándote.
Yo negué con la cabeza porque yo no iba a ir a ningún premio, me quedaría en mi casa metida en la cama...
-Olvídalo, Rebekah, no pienso ir a ninguna parte mas que a mí cama.
Rebekah frunció el ceño, pero me importó una mierda.
-¿Como así, Nicole? Esos premios son unos de los más importantes que hay en España y tú eres la actriz del momento, así que no puedes decir que no.
Mi nueva representante no estaba muy enterada de que yo hacía lo que me daba la gana, y si yo no quería ir a esos premios no lo haría.
-No pienso ir, deja de insistir.
Aquella mujer morena de ojos negros me miró con insuficiencia, lo siento pero el que sea mi nueva representante no signicaba que pudiera manejarme a su antojo.
-Adiós, Rebekah.
Y me fui dejándola allí plantada, que se ponga como quiera.
Cuando salí a la calle grité a un taxi y para mí sorpresa era el mismo taxista que una vez nos llevó a casa a Gabriel y a mí, las vueltas que daba la vida.
-Señorita, ¡cuanto tiempo!
Y yo le sonreí, y una vez montada en el coche recordé aquella noche, fue tan fuerte para mí que me costó días asimilar que me metiera mano en medio de un callejón donde podría haber entrado cualquiera.
"Me vuelves loco" "No puedo vivir sin ti" "No dejo de pensar en ti"
Esas frases me vinieron a la mente de sopetón.
Hacía dos días que no lo veía, dos, y ya sentía que había perdido parte de mi vida.
"Pecas, ¿te vienes a la bresh está noche? Te prometo que no te voy a tocar"
Esa noche donde follamos en aquél despacho, joder, fue una de las mejores experiencias de mi vida.
Gritar su nombre se había convertido en una puta costumbre, y quizás necesitaba seguir gritándolo.
Que puta mierda, todo sigue patas arriba y sin ninguna esperanza de remontar aquello.
Cuando llegué a mi barrio me despedí del taxista quién me caía estupendamente bien y me subí para mí casa, necesitaba dormir.
Gabriel:
Son los premios Feroz y yo me puse un traje negro, necesitaba ir de lo más sencillo y cómodo posible.
Preguntas y más preguntas, y ahí vi a Mariana González que también estaba muy guapa.
Ya a la salida me encontré con ella y nos dimos un buen beso, un morreo en condiciones en mitad de la calle.
Al siguiente día después de despertar junto a ella me metí en el baño a darme una buena ducha, la necesitaba y más después de la noche de ayer.
Cuando salí de la ducha Mariana ya se había ido y me dejó una nota "Luego te veo en el restaurante hot pot Madrid. Besos, Mariana"
Yo guardé la nota arrugandola y me metí en Instagram donde vi una foto suya y la comenté, necesitaba superar mi pasado y si esta chica me ayudaría yo más que feliz por ello.
Ya en el restaurante vimos todos los insultos que habían debajo de mi comentario, nos insultaban a los dos y como siempre quise dar por el culo, es mi especialidad.
Cogí un boli y empecé a ponerle cosas en su mano, si la gente se había enfadado por una mierda de comentario ya con esto les salen humo por los ojos. 
Nicole:
Ver aquél storie no niego que me dolió en el alma, pero al final de cuentas estaba haciendo lo que una vez le pedí:
"¡Tienes que dejar de quererme!"
Y él simplemente lo estaba haciendo, estaba dejando de quererme.
Aunque yo creo que ya había dejado de quererme del todo, y me tapé con las mantas tratando de borrar esa maldita realidad.
Dos días después seguía enferma aunque al menos ya no tenía fiebre, y aunque tenía un plan de viaje para irme yo sola quizás volvería para Ámsterdam y estar con Alex.
Pero, como siempre las dudas me estaban matando y no sabía que hacer.
Gabriel:
Una vez en Madrid me fui a donde mi peluquero de confianza, y le dije:
-Pelame la cabeza, no me dejes calvo pero quitame todo el pelo que puedas.
Mario, mi peluquero, se estaba quedando a cuadros.
-¿Estás seguro?
-Si.
Y así fue, me dejó pelado aunque guapo.
Unas horas después lo subí a mi Instagram, y que dijeran lo que quieran porque la gente tiene que aprender que yo hacía con mi vida lo que me salía de los huevos.
House en cuanto me vio abrió los ojos como platos y después me rodeó por entero, y me soltó:
-Pero, chacho ¿que te has hecho?
Y yo me eché a reír, y le dije:
-Un cambio de look. ¿No te gusta?
-No, no es que no me guste, es solo que es raro.
-Bueno, ya te acostumbrarás.
House asintió, y me dijo:
-Vámonos por ahí a tomarnos algo, hoy es jueves con lo cual no hay mucha gente por ahí.
¿Te hace?
-Vale, me parece una buena idea.
Un rato después nos metimos en un pub que se llamaba Aurora y ahí estuvimos por un buen rato tomándonos una copa, pero algo llamó mi atención que hasta perdí el hilo de la conversación que estaba teniendo con House.
Nicole había entrado por la puerta y sentí que se me escapaba el aire por la boca, su pelo estaba entre rubio y castaño con mechas rubias por sus mechones de pelo.
Yo empecé a tragar saliva y fuertes impulsos quisieron acercarse a ella pero no me atrevía, y encima no iba sola iba con una amiga suya que no era Marina.
-¿Te pasa algo, Gabriel?
House se me quedó mirando al ver cómo me había puesto, y cuando se dió la vuelta para mirar se echó a reír. 
-¿No era que ella ya no formaba parte de tu vida y que jamás volverá a tener poder sobre ti?
Yo miré a House con ganas de pegarlo, pero yo dije eso y tenía que asumir aquello.
En cuanto Nicole me vio clavó sus ojos azules en mi y se levantó de la mesa para irse, pero yo se lo impedí diciéndole desde donde estaba sentado:
-Tranquila, no creo que nos pase nada por estar encerrados en el mismo espacio y respirando el mismo aire.
Nicole asistió, y mirándome de una manera retadora me soltó:
-Tranquilo, no creo que nos pase nada.
Pero a medida que nos íbamos mirando sus morritos se iban frunciendo en un puchero, y sentí como un calor me subía por mi sistema nervioso.
Al final quién no aguantaría sería yo, y si no me iba de allí terminaría cogiéndola por el brazo y me la llevaría al baño para que gritara de mi nuevo mi nombre.
¿Pero en que estaba pensando?
¡Contrólate, Gabriel! No dejes que esta niña te gobierne de nuevo.
-Tranquila, pucheritos, que al final quiénes nos vamos seremos nosotros.
House miraba todo aquello divertido, tenía ganas de reírse y sabía que en cuanto saliera de ese bar tendría que aguantar todas sus bromitas.
Cuando pagamos nuestra cuenta yo me acerqué a Nicole y a su amiga, y me presenté:
-Gabriel Guevara, encantado.
La chica me sonrió y me dió dos besos, y me contestó:
-Yo soy Monica.
Yo le sonreí para después dirigirme a Nicole:
-Y nos volvimos a encontrar...

 Yo le sonreí para después dirigirme a Nicole:-Y nos volvimos a encontrar

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