La llamada.

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GABRIEL:
Hacia más de dos horas que Nicole se había ido, me había dado otra ducha y me había metido en la cama.
La verdad, es que hubiera preferido que ella se quedara conmigo, pero como siempre su hermana dando por el culo...
Si no era la hermana eran otras cosas, también tenía como cincuenta llamadas de Mariana cosa pero no quise contestarle.
Había notado como el tema de Mariana le afectaba a Nicole, y aunque ella y yo ahora mismo no seamos nada más que los polvos que echamos, no quería tensar más la cuerda.
Y si, Mariana era parte de mi pasado y lo sigue siendo.
Pero, estaba agradecido con ella porque había estado en los peores momentos de mi vida.
Fue como una bocanada de aire fresco en medio de mi tormenta, pero tampoco se me olvida que por culpa suya y la de Maritere Nicole estaba metida en las peleas.
Lo bueno de todo es que ella me había prometido que no participaría, y la noté sincera y no tendría por qué dudar de eso.
No paro de dar vueltas y vueltas, y es que ni siquiera estaba Ketta para poder jugar con ella ya que se la había llevado Inés para la casa de sus padres.
Me siento en la cama y veo que mi móvil vibra, me fijo en la hora las 18:30 de la tarde.
Cojo mi paquete de tabaco, y sacando un cigarrillo contesto:
-¿Si?
La voz de mi representante no me indica nada bueno, pero termino contestando:
-Dime, Almudena.
-Gabriel, estás invitado al festival de Venecia.
El paquete de tabaco prácticamente se me cae de las manos, y esos malos recuerdos vuelven a azotarme la mente recordándome esos jodidos momentos que pasé.
"Está usted retenido hasta nuevo aviso"
"Gabriel Guevara está acusado de abuso sexual"
"Se espera que sea trasladado a Francia en las próximas horas"
El corazón me va a mil, y las ganas que tengo por descorchar una botella se me atascan en el pecho.
-Almudena, no pienso ir a ninguna parte.
Almudena resopla detrás de la línea y a mí me la pela, no pienso ir y punto.
-Gabriel, es una buena oportunidad para ti.
Deja el miedo porque eso que te pasó no te va a volver a ocurrir, fue un error nada más.
-Fue un error, Almudena.
Pero me jugué mi carrera, a día de hoy hay gente que se cree que hice tal cosa cuando realmente soy inocente.
¿Sabes lo que fue para mí pensar, que todas las personas me creían culpable? De la única que no tuve dudas fue de Nicole, pero de las demás personas, si...
Almudena se calla, pero no tarda en hablar.
-Voy a hacer todo lo posible para que quién te invita no lo tome a malas, de seguro lo entenderá.
Yo le doy las gracias y le cuelgo, me voy a la sala y cojo la primera botella de whisky que me encuentro.
La voy a abrir y me vuelven a llamar por teléfono, y sin fijarme en la pantalla contesto con toda la mala leche posible.
-¡Te dije que no quiero ir al puto festival ese! ¡Déjame ya en paz!
-Y yo pensando que el polvo de esta mañana te había relajado un poco.
Escuchar la voz de Nicole detrás de la línea me dejó clavado en el suelo, pero rápidamente una sonrisa adorna mi cara cuando escucho su voz.
-Perdón, es que estaba hablando con mi representante ya sabes, por el festival de mierda ese...
-Si, lo sé. Pero yo a diferencia de ti no me pude negar, voy en representación de Dior ya sabes.
Y otra vez se tenía que ir, por trabajo pero se tenía que ir.
-Otra vez te piras, genial...
Nicole resopla detrás de la línea:
-Si, me piro. Porque si no cumplo con mi contrato, a parte de que me voy a la mierda, pues me pueden demandar.
¿Te imaginas yo estando presa con lo buena que estoy? Sería el apocalipsis.
Ese comentario me arranca una sonrisa, y si, sería el apocalipsis porque yo reventaría todo con tal de verla libre.
-Evidentemente sería el apocalipsis pero ni tú ni yo queremos eso, Pucheritos.
Escucho como ella sonríe y una vez más me pierdo su sonrisa, y me jode en el alma...
-¿Te has tomado el jarabe?
¡Mierda! No, no me lo había tomado porque simplemente me había olvidado de su existencia.
-Eh, si, muy rico.
Me muerdo el labio inferior con mis dientes esperando a que ella muerda el anzuelo:
-Gabriel, ¿me estás tomando el pelo?
¿A quién quería engañar? Es más que obvio que a ella no puedo engañarla.
-Bueno vale, no, no me lo he tomado. Ni siquiera sé en dónde está.
-Encima del mueble de la sala, cógelo y tómate una dosis.
Yo me quiero negar pero sabía que no podía negarme, aunque pensándolo bien eso podría atraerla aquí de nuevo.
-¿Por qué mejor no vienes tú y me obligas? — Pregunto con una enorme sonrisa en la cara:
-¿Ahora te va el rollo sadomaso? No lo sabía, de haberlo sabido me habría comprado una fusta para darte en el culo con ella.
Yo me echo a reír mientras que ella me sigue el rollo, está de buen humor y eso me gusta.
-Pues hombre, el jueguito del sofá me había puesto como una moto.
Ven y te enseño lo mucho que me gusta tenerte encima de mi, mientras que tú notas lo duro que estoy por ti, y las ganas que tengo por metértela hasta el fondo, y hacerte gritar...
Nicole tarda un momento en contestar, sé que esto la ha prendido fuego tanto como a mí.
-¿No podrías ser un poquito más romántico? Yo que sé, esmérate un poco.
Yo sonrió de lado, me pongo mi ropa y mientras sigo hablando con ella salgo de mi casa.
-Podría, pero se acabaría la magia.
-¿Que magia? ¿la de tu miembro?
Me meto en mi coche y lo arranco, y siento que me duele la cara de tanto que sonrío.
-Pues hombre, no veas lo guapa que te pones cuando te corres.
-Buah, chaval.
-¿No querías que fuera romántico? —Pregunto enarcando una ceja mientras que me prendo un cigarro.
-Idiota. La verdad es que tú y yo no somos más que eso, un polvo.
-Yo creo que a a estas alturas somos algo más, pero no te ilusiones conmigo.
Escucho como ella se ríe, y me suelta:
-No fui yo quien le partió la cara a Manuel en el parking de un supermercado.
Eso fue cuando volví a España después de lo que me pasó en Venecia, me lo encontré y empezó a provocarme tanto, que le tuve que parar los pies.
-Bueno, tú pegaste a Mariana y a Maritere. Así que estamos a mano.
-De eso nada, bombón, tú lo hiciste por celos y yo por necesidad.
-¿Bombón? O sea que reconoces que estoy bueno, me gusta.
Ella no es de adularme, pero el que me llame bombón ya es un gran avance...
-Buff, eres un creído.
-Perdona pero has sido tú quien me ha llamado bombón.
-Oye, Gabriel, tengo que decirte algo...
Pero yo no la escucho y paso directamente a las preguntas:
-¿Que llevas puesto?
Pero ella insiste:
-Gabriel, es importante. Por favor, escúchame.
-¿Que llevas puesto?
Yo sigo con lo mío, necesito saber que lleva puesto.
-Joder, ¡que pesado eres, tío!
Yo me río escándalosamente para que ella me escuche, me encanta sacarla de quicio.
-¿Que llevas puesto?
Y al final ella termina por contestarme, no me soporta.
-Pues unos leggings negros y una camiseta blanca. ¿Contento?
-La verdad es que prefiero que estés desnuda, pero claro, el que estés vestida me facilita muchísimo las cosas.
-¿De que hablas?
-De que tienes exactamente tres minutos para que muevas el culo y bajes de tu casa, te estoy esperando en mi coche frente a tu edificio.

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