Borracho

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Gabriel:
Me meto en mi casa, miles de balas retumban en mi cabeza como si fuera un saco de plomo...
¿Por qué la vida es tan puta conmigo? Joder, si, vale. La he cagado. Pero hasta el mismísimo Satanás tiene más misericordia que yo, y este cuento me está empezando a cansar.
Porque vale, si, no soy la mejor persona del mundo pero tampoco la peor.
Será por mujeres, las tengo a montones y no tengo por qué seguir arrastrándome, por una que me deja cada vez que tiene la oportunidad de darme una patada en el culo.
Me quito la camiseta quedándome en chándal, me dirijo hacia Alexa y le pido a me ponga una canción, no me importa la que sea.
De pronto, la voz de Pol Granch inunda mis oídos:
"Me siento millonario por ti, porque un millón de veces has querido curarme, un millón de veces que quisiste aguantarme.
Un millón de veces queriéndonos mil.
Y si estoy acojona'o es por ti, solo un egoísta que quiere enamorarse.
Quiero que te quedes y quiero que te marches, no sé si lo soy todo para ti.
Acariciarte, enamorarme de todo lo que pase, de mis errores, sabes.
Tú con tus partes yo con mis frases, un loco de los bares.
De lágrimas de mares, de mares.
Y es que agárrame, si te vas, teníamos que hacerlo todo y menos comprobar.
Me siento solo y no sabía por dónde empezar y mojarme"
Noto como el cigarro empieza a consumirse quedándose solo en cenizas, lo apago en el cenicero y me levanto del sofá dispuesto a hacer más ejercicio.
Y digo más ejercicio porque desde hace un tiempo que no paro de hacerlo, es como una terapia para mí.
Las flexiones van y vienen y justo en ese momento aparece House con Ismael, se miran entre los dos y se encogen de hombros.
-¿Se puede saber por qué me miráis así?
Siento el culo en el suelo, cojo la botella de agua y me la empino hasta dejarla casi vacía.
-Sin más, siempre haces ejercicio cuando necesitas liberarte de algo. -Contesta Ismael, y tiene razón.
-déjalo ya, Bro. ¿Tú no deberías estar con tu tía?
Ismael asiente, se sienta en el sofá con House mientras que se guarda el móvil en el bolsillo.
-Si, pero hoy ha querido pasar la tarde con unas amigas. Por lo cual, yo preferí venirme aquí. Paso el tener que escuchar conversaciones sobre como queda mejor un tinte, si con mechas o sin ellas.
House y yo nos echamos a reír, las mujeres y sus vanidades.
-Gabriel, ya me dijo House que Nicole se enteró de que le inundaste la casa.
Yo asiento, cojo un cigarro y me lo prendo con el mechero dejando que el humo se evapore en el lugar.
-Si, y ya me vuelve a odiar.
Así que, prefiero no ir tras ella.
Tengo claro que ella no me quiere, así que le voy a dar la libertad que tanto desea.
House e Ismael se ríen entre ellos, para después echarse a reír con una risa escándalosa en mi puta cara.
-¡No tiene ni puta gracia! -Espeto cabreado, esta decisión me duele más a mí que a nadie.
-Venga, Gabriel, ¿a quien quieres engañar?
Pregunta House ante tanta confusión, y prosigue:
-Escúchame, hermano, dices esto porque estás cabreado pero en cuanto se te pase seguirás yendo tras ella.
Y me da coraje, me revienta que tenga razón.
Me revienta que no tenga los huevos suficientes para decirle que no, para ser igual de duro que ella en estas circunstancias.
Me revienta porque si ahora mismo me llamara, y me dijera que vaya a buscarla lo haria sin pensármelo dos veces.
La quiero, joder, la quiero tanto que me duele el pecho de tanto hacerlo.
Esa puta gran verdad que duele, esa puta gran verdad que me aprisiona el puto pecho sin dejarme respirar.
El mundo gira y me golpea de lleno contra la cara, que llevo un puto año en que no levanto cabeza, y que cada vez que consigo sacar el cuello del barro, termino hundiéndome más en el lodo espeso que me atraganta y que me quiere ahogar.
No sé cómo salir de este agujero negro, pero lo que si tengo claro es que no quiero una sustitución como Mariana para que me hunda un poquito más si puede.
NICOLE:
Ando como un alma en pena, voy de allá para acá sin saber que hacer.
Y lo peor, es que no le puedo decir nada a mi hermana porque no quiero escuchar sus "te lo dije", señalándome con el dedo cada vez que puede.
¡Me niego, no quiero!
Estoy metida en el jacuzzi de mi casa cuando me llaman por teléfono, y para mí sorpresa es Mercedes.
-Mercedes, ¿que pasó?
-Hola, Nicole. Oye, el lunes tienes que estar en chile. Se vienen las promos fuera de España.
Escuchar aquello me instala una angustia en el pecho, sabía que se venía pero no así...
-¿Y Gabriel?
-El caso de Gabriel es más difícil, como sabrás la justicia es lenta y, creo que no va a ser fácil que salga de España.
La angustia que tenía instalada en el pecho se hace aún más grande:
-Merche, él es inocente.
Noto como Mercedes sonríe detrás de la línea, y yo me limito a intentar convencerla.
-Lo sé, pero ya sabes que la justicia es lenta, Nicole.
Gabriel se merece esto y muchísimo más, pero no está en nuestras manos.
Saber esto de Mercedes me tranquiliza, pero también sé que todo este lío se solucionará.
Las semanas pasan, estoy en Chile porque ya empezaron las promos de culpa tuya.
Y si, me hubiera encantado que estuviera Gabriel pero el destino por alguna razón nos quiere separados.
Hoy es la watchparty de Chile y Felipe me llamó para decirme que también vendría, contar con su compañía me ayudaría muchísimo.
Una vez que acabamos varios periodistas nos hacen alguna que otra entrevista, e intento quedarme callada con algunas cosas pero me es inevitable.
-A mi un casi algo me mandó a terapia —suelta el periodista, y Felipe se termina riendo:
-A mi no, pero sé que a ti si.
Contesta Felipe desatando mi risa...
Él y yo quedamos para cenar y nos vamos a un conocido restaurante de Chile, mis ánimos cada vez van bajando cada vez más, pero consigo estar tranquila durante toda la cena.
-Nicole, me imagino que con Gabriel las cosas van torcidas. ¿Me equivoco?
Yo bajo la mirada tratando de no descomponerme, soy una chica fuerte y sé que saldré de esta.
-No, no te equivocas.
-Oye, os quiero a los dos.
Y a veces siento que es mi culpa que Gabriel haya empezado una relación con Mariana.
Por lo visto Felipe no lo sabe, no sabe que Mariana y Gabriel han roto.
-Veo que no lo sabes. Gabriel y Mariana han roto.
Felipe abre los ojos desmesuradamente, y yo me echo a reír con su reacción.
-No, no lo sabía. Hace algunos meses que no me pongo en contacto con Mariana, pero tampoco con Gabriel.
Yo asiento, seguimos contándonos nuestras cosas y cuando terminamos nos vamos para el hotel.
Una semana después ocurre algo en España que me deja temblando, Valencia había sido destruida por el temporal y yo me sentía impotente por no poder ayudar.
Me quedaban unos días para volver a España, me había quedado unos días más para terminar algunas cosas del rodaje de la casa de los espíritus.
GABRIEL:
El whisky que me tomo en medio del ring mientras estoy sentado en el suelo, me revienta las tripas, pero no me importa.
Su cara me atormenta, sus ojos me persiguen en busca de respuestas que nunca se cree; sus pecas me incitan a tocarla, pero tampoco puedo porque se me escapa entre los dedos.
-Bebiendo whisky a las once de la mañana, todo muy normal, Guevara.
Alzo los ojos mirando al Greco y me echo a reír, él se sienta enfrente de mi y me quita la botella.
-Deja de beber esta mierda que no te sirve para nada.
Intento quitársela pero él no me lo permite, la aparta de mi y consigue que me cabree un poco más.
-Oye, Gabriel, si esa chica realmente te quiere va a volver. Es solo cuestión de tiempo.
Una sonrisa amarga sale de mi boca, ¿volver a mí? Imposible.
-Olvídate, estoy harto de sufrir.
Greco se echa a reír, me da una palmada sobre el hombro y me suelta:
-Mira, si de algo estoy seguro, es que tu amor por esa chica si no se ha acabado antes con todas las putadas que os habéis hecho, muchísimo menos ahora.
Se levanta del suelo y se larga por donde vino llevándose la botella de whisky, me levanto del suelo y me largo para la ducha.
Una vez fuera me tropiezo con una chica consiguiendo que se le caiga las carpetas que llevaba, me agacho y la ayudo con las carpetas.
Y cuando se las entrego y por fin me atrevo a mirarla en la cara, es guapa y morena de ojos marrones.
-Gracias.
La chica me sonríe con claras intenciones de entrarme, pero es que yo no tengo ganas de liarme con nadie.
-De nada.
Me doy la vuelta y la dejo ahí plantada.
Me meto en mi casa, y la conversación que tuve ayer con el director de prime me avasalla la cabeza:
"-la Justicia es lenta y sabemos que eres inocente, pero hasta que esto no se arregle del todo no puedes salir de España"
Yo asentí, ¿que más podía hacer?
Según mi abogado esto se solucionaría pronto, lo haría.
Necesitaba hacer mi trabajo, lo único bueno de todo esto es que pronto habria una watchparty en Sevilla.
Nicole no vendría, prime video quiere que nuestro "reencuentro" suceda en el último momento, se están lucrando de nuestra desgracia y nosotros no teníamos otro remedio que aceptarlo...
La gente esto no lo entienden, y para mí desgracia lo pillan muy pocas personas.
Mis pocas neuronas se pelean entre si, y no niego que muchas veces quisiera tirar la toalla y renunciar a absolutamente todo.
Pero no pienso darles el gusto, conmigo no iban a poder por mucho que me jodan.
Ismael y y House entran en casa, los dos tienen mala cara.
-¿Que os pasa?
-¿Has visto lo de Valencia?
Pregunta Ismael:
Yo asiento pero no sabía cómo ayudar.
-Hemos pensando en ayudar e ir a Valencia, y aunque tú no puedas ir hemos tenido una idea.
Yo escucho a Ismael con atención, cualquier cosa para ayudar sería buena.
-A ver, ¿que idea?
-Vamos a vender unas camisetas de la tienda, y todo el dinero que se recaude irá para Valencia.
Yo asiento, la idea de Ismael me gusta y no tengo problemas con eso...
A la semana siguiente llega Nicole a España, lo sé porque el mismo House me lo dijo.
Los nervios por verla me traicionan, pero ella se va para Valencia y es lo que me mata.
Me jode, me revienta, o como sea. El caso es que me quiero tirar por la primera ventana que vea.
Esa noche me voy de fiesta con los chicos, me presentan un par de tías que están muy buenas.
Acabo borracho hasta la médula y termino cayendo como un sapo, y son mis propios amigos quienes me tienen que llevar para casa.
Me sacan de la discoteca y cada uno me cogen por un brazo, me tienen que sostener para no caerme.
-¡Que mierda todo, chaval!
La dependencia que tengo por esa chica está acabando conmigo, joder.
House e Ismael se miran y niegan con la cabeza, pero no dicen nada mientras que yo prosigo.
-¿Sabéis lo que es querer estar con una mujer, y que ella solo se dedique a cerrarte la puta puerta en las narices? Pues eso me pasa a mí, que cada vez que avanzo cincuenta pasos doy setenta para atrás.
La voz se me escucha cada vez más gangosa, el sueño quería doblegarme pero yo insisto.
-Ha vuelto a España y ha vuelto a pasar de mi, no me quiere.
House es el primero en artícular palabra:
-Gabriel, que le has inundado la casa, tío.
-¿Y eso qué? No es para tanto.
Ismael se echa a reír negando con la cabeza, y me suelta:
-Joder, Gabriel, eres muy capullo.
Por fin llega el taxi que hemos pedido, y me termino encontrando con el taxista de siempre.
-¡Hombre, Gabriel! ¿Donde está esa chica guapa? La de los ojos azules.
Yo recuesto la cabeza en el reposacabezas del asiento de atrás, y le contesto:
-En Valencia quitando barro.
El taxista hace una mueca pero no me contesta nada, llegamos a mí barrio y le pagamos la carrera.
Una vez en mi cama cierro los ojos perdiéndome en la inconsciencia, y me paso tres días en la cama pasando la resaca. Eso sí, le doy un par de likes y empiezo a seguir en Instagram a las chicas que conocí anoche, no pasó absolutamente nada porque no me interesaba liarme con ellas.
Lo único que me importaba era ventilarme todas las botellas de JB que veía, no tengo puta cabeza para eso.
Me meto en Instagram y para mí sorpresa descubro que Nicole me ha bloqueado, y pronto descubro que fue porque ha visto esos likes y mis follows.
Una sonrisa adorna mi cara, no puedo evitar que el corazón me vaya a doscientos por hora.
Está celosa y si está celosa es porque me quiere, aunque nunca dudé de eso esto me pone contento.
Por fin cuento con las ganas de levantarme de la cama, tengo mil llamadas de mi madre, de Mariana y de todo dios, pero ninguna de todas esas llamadas está la persona que me interesa, por lo que las termino ignorando.
El día de la Watchparty de Sevilla estuvo lleno de muchas sorpresas, había demasiadas chicas como locas pidiéndome fotos y autógrafos.
Y aunque yo estaba muy feliz sentía que me faltaba algo, y eso algo era ella, mi pucheritos...
No pude evitar echarme una foto con el cartel, lo miré con tanto amor que la gente se dió cuenta y me lo dijeron directamente.
Yo simplemente no contesté y seguí con lo mío, necesitaba verla y lo necesitaba ya.

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