Daño.

610 20 8
                                    

Nicole:
Los días en Latinoamérica se terminaron, y Madrid me abrió las puertas de nuevo.
Me meto en un taxi para que me lleve a mi casa, y una vez allí aviso a mí hermana de que ya habia llegado.
Me meto en la ducha y cuando salgo me pongo una camiseta de hombre negra, si, esa camiseta que yo conocía muy bien y sabia perfectamente quién era su dueño.
Estoy entretenida preparándome algo de cenar cuando llaman a la puerta, abro y tras ella me encuentro con mi hermana que también me había traído a mi perro.
Nos damos un beso y un abrazo y dejo que pase.
-¿Que tal estás, Chloe?
Chloe me sonríe tímidamente, desde la ultima vez que hablamos ya no nos volvimos a dirigir la palabra.
-Bien, espero que tú también.
Yo asiento y le pido que se siente en el sofá, necesitaba hablar con ella.
-Oye, mañana me tengo que ir a Londres. ¿Te vienes conmigo?
A mí hermana se le ilumina la cara ante mi pregunta, y la verdad es que necesitaba pasar tiempo con ella.
-¡Claro que sí! ¿Borrón y cuenta nueva?
-Por supuesto que sí, hermana.
Estuvimos por largas horas hablando y, la verdad, es que me sentí sastisfecha por el resultado.
Al siguiente día salimos corriendo para irnos a Londres, allí tenía que asistir a un evento donde iban solo mujeres y también conocería a la Noah inglesa.
Sigo pensando que es una estupidez que haya una nueva versión tan pronto, pero así eran las cosas y yo no podría hacer nada más que llevarme bien con la actriz.
GABRIEL:
Salgo de mi casa para dirigirme al bar de la esquina, mi sistema no para de pedirme nicotina y yo tenía que dársela.
Saco el cigarrillo del paquete y me lo llevo a la boca, y mis ojos van a parar hacia Mariana.
Resoplo tirando todo el aire que puedo, esta chica ya me tenía hasta los huevos.
-¡Hola, bebé!
Yo paso por su lado ignorándola pero ella no se rinde y me persigue, hasta que se pone delante de mi obligándome a parar mis pasos.
-Bebé, sé que hemos tenido varios problemas pero los podemos solucionar, ir a terapia de pareja. ¿Que te parece?
Yo me empiezo a reír en su cara, hay veces en la vida en las que obligan a uno a ser cruel.
-¿Terapia de pareja? ¿Y que le decimos a la psicóloga?
Mira, es que yo sigo muerto por Nicole Wallace, me casaría mañana mismo con ella.
Pero vaya, que estoy dispuesto a solucionar mis problemas con mi ex novia, ex novia que no he querido nunca, y jamás de los jamases querré.
A Mariana se le borra la sonrisa de un plumazo, veo que le tiembla la barbilla y está apunto de llorar.
-No hacia falta que fueras tan explícito.
Tiro el cigarro al suelo y lo piso para que se apague, y mirándola fijamente a los ojos le contesto:
-Mira, estoy muy agradecido contigo porque estuviste para mí en mi peor momento.
Pero no te quiero, entiéndelo.
Sus ojos se oscurecen aún más, me da exactamente igual lo que sienta ahora mismo, porque a ella también le dió igual poner a Nicole en peligro.
-Tú y Maritere le dijisteis a Nicole en lo que estaba metido, importandoos una mierda si yo quería o no que lo supiera.
¿Y todo por qué? Por el despecho que arratrais las dos.
-Gabriel... —la corto en seco, y prosigo:
-Escúchame, déjame en paz y deja de buscarme.
Jamás te voy a perdonar lo que hiciste, tú y esa zorra pusisteis en peligro la vida de mi mujer.
Mariana ante esa frase rompe a llorar y yo sigo con mi camino, de sus dramas que se encargue su puta madre.
Llego al gimnasio para quemar adrenalina, lo necesitaba más que nunca.
Así estoy por una hora hasta que me dirijo para mí casa, debo arreglarme ya que hoy venía la tía de Ismael desde Barcelona y quería verla.
Ismael había hecho una reserva en un restaurante para los tres, su tía Ana Julia, él y yo.
Una vez en el restaurante Ismael y su tía ya estaban sentados en la mesa, me dirijo hacia la mujer que no veo desde hace años y nos abrazamos.
-¡Gabriel, pero que guapísimo que estás! ¿Que tal todo, corazón?
Me siento en la silla frente a ellos y contesto a Ana Julia:
-Bueno me podría ir mejor, pero por lo general me va muy bien.
Ana Julia me sonríe asintiendo, pedimos para cenar y ella no para de hacerme preguntas sobre mí. Y la verdad, es que siempre ha sido una gran mujer y la cena se me está haciendo muy amena.
Justo en ese momento aparece Mariana con un vestido negro, y si, la verdad es que tiene muy buen cuerpo pero ahora mismo no me estaba diciendo nada.
Ismael resopla pegando la espalda contra la silla, y suelta:
-A ver, ¿quién ha dejado el zoo abierto?
Mariana lo mira mal mientras que la tía de Ismael la evalúa de una manera poco sutil, y termina soltando:
-¿Y esta desnutrida quien es?
Ismael se descojona ante la pregunta de su tía y yo trato de no hacer lo mismo, Mariana pone mala cara y se termina sentando junto con nosotros, terminando por joderme la noche.
-Me llamo Mariana, señora.
Ana Julia enarca una ceja y sigue sin poder dejar de mirarla, es como si la estuviera estudiando.
-Ah, si, ya sé quién eres.
Pero pensaba que era una cena de tres, no de parejitas.
Mariana coge mi copa de vino y se la toma sin pedirme permiso, por lo que me obliga a pedir otra copa.
-No, no es una cena de parejitas, tía. Se ha autoinvitado ella solita sin que nadie le dijera nada.
Además, ella y Gabriel ya no son pareja.
Gabriel asiente, y Mariana como si la cosa no fuera con ella pide algo para cenar.
El camarero se acerca apuntando en su libreta su orden, y cuando se larga Ana Julia empieza hablar.
-Asi que eres una masoca, cuanto más te dicen que no tú sigues con lo tuyo.
¿No has pensado en quererte un poco?
Mariana se revuelve incómoda, y cuando llega el camarero empieza a cenar.
Yo me levanto de la silla poniéndome la chaqueta, y Ana Julia también se levanta seguida de Ismael.
Mariana se queda petrificada en la silla, y nosotros nos largamos de allí dejándola sola.
Una vez en la calle Ana Julia empieza a reírse, y suelta:
-Me ha caído como una patada en estómago, y todavía se creerá importante.
Ismael niega con la cabeza pero no contesta nada.
-Bueno, chicos, acompañarme al hotel que quiero descansar del viaje.
-Ana Julia, te puedes quedar en nuestra casa.
Ana Julia niega con la cabeza:
-No, prefiero quedarme en un hotel.
Además, no quiero invadir vuestra privacidad.
-Pero, tía...
-Déjalo ya, amorcito.
Venga vamos.
Una vez que dejamos allí a Ana Julia nos dirigimos a mi casa, necesitaba procesar todo lo que me ha pasado hoy con esa loca de Mariana.
Cuando entramos por la puerta House está jugando a la consola, no había venido a la cena porque se había ido al concierto de Marina.
-¡Ey, chicos!
Me quito la chaqueta dejándola en el perchero dirigiéndome al salón, e Ismael se dirige a la cocina a por algo dulce.
-Perdón por no haber podido ir a la cena, pero es que hoy era el concierto de Marina.
Yo asiento y mi cuerpo vuelve a exigirme que le dé nicotina, me prendo el cigarro soltando el humo que este emana.
Me siento en la silla y veo que House suelta el mando de la play, haciendo que mi cuerpo se ponga en tensión:
-Por cierto, mañana estará la Wallace en el concierto.
Ismael se queda a medio morder el donuts, y yo me quedo sentado en el sillón sin poder reaccionar.
-Por lo que me ha dicho Marina, resulta que Nicole no quiso quedarse en Latinoamérica hasta noviembre, prefirió venirse antes.
Escuchar aquello me pone en alerta, siento que el corazón se me va a salir por la boca.
Ver, la voy a volver a ver.
Y House como si me estuviera leyendo la mente, me suelta:
-Tranquilo, Marina ya me dió una entrada para tí para que veas a tu mujer.
"Mi mujer" si, eso era aunque ella se rehusaba a creerselo.
-Le daré las gracias a Marina...
Al día siguiente me fui a la Warner con mis amigos ya que tenía una publicidad que hacer, estuve allí por algunas horas y después nos dirigimos para mi casa.
Tenía que arreglarme para irme al concierto junto con House, Ismael se quedaría con su tía recorriendo Madrid por la noche.
NARRACIÓN EN TERCERA PERSONA:
Nicole ya estaba en España, se puso una camiseta amarilla con una minifalda negra dejándose el pelo suelto en suaves hondas.
El maquillaje lo llevaba algo marcado, pues es algo que a ella le gustaba ya que le resaltaban los ojos, que estaban más azules que nunca.
Gabriel se puso una camisa negra dejándola entreabierta por la parte del pecho, y entra en el establecimiento con House buscando con la mirada a una chica con el pelo rubio oscuro y de ojos azules, a la cual no encuentra.
Gabriel se impacienta al no verla, ¿y si no había venido?
Error, pues sus ojos van a parar a la rubia que está a lo lejos hablando con la familia de Marina, y con la pesada de su hermana que también se había sumado a la ocasión.
Nicole se da la vuelta encontrándose con los ojos color chocolate de Gabriel, siente que el cuerpo se le eriza por completo al verlo.
Está más guapo que nunca, y teme que en cualquier momento empiece a babear.
Gabriel tensa las manos al ver que Jonathan también estaba allí, y Nicole lo nota quedándose quieta para no revolver aún más la situación.
Marina empieza con sus primeras estrofas, la canción que está cantando hace que Nicole llore y que Gabriel se tense ante sus letras.
Lo he intentado, amar con el corazón destrozado.
Esas frases se les clava tan profundamente, que no pueden evitar comparar su historia con esa canción.
Cuando acaba el concierto la discoteca sigue disponible para los que estaban allí, y Nicole no pierde la oportunidad de coquetear con Jonathan quién la mira embelesado...
-Gabriel, contrólate.
House se impacienta al ver cómo Gabriel está apunto de irsele encima a Jonathan, y es que ese imbécil también había contribuido para que Nicole, supiera que Gabriel estaba metido en las peleas ilegales.
-Respira, Gabriel, respira.
El conteo regresivo comienza en la cabeza de Gabriel, y House trata por todos los medios de que no arme un escándalo.
-Tómatelo de una manera tranquila. Además, ese chico es gay. Te lo garantizo.
Gabriel rueda los ojos y, el conteo regresivo ya iba por el segundo diez.
-Nueve.
Gabriel iba contando para atrás, y los nervios se instalaron en el estómago de House.
-Piensa que él tiene novio, si, tiene novio.
Gabriel iba perdiendo la paciencia cada vez más.
-Ocho.
Nicole le sigue sonriendo a ese chico, robándole todas esas sonrisas a Gabriel. Esas sonrisas que deberían ser para él y para nadie más.
-A ver, es solo un amigo.
Gabriel aprieta los dientes.
-Siete.
Nicole mira fijamente a Gabriel, por lo que llevándolo al límite aún más le toca la cara a Jonathan.
-Seis.
House le hace una señal a Marina para que avise a Nicole, pero esta no le pone atención ya que está hablando con su hermana Alba.
-¡Mierda!
Y Gabriel seguía contando:
-Cinco.
Nicole empieza a reírse escandalosamente cuando Jonathan le dice algo en el oído y, House se prepara para el caos.
-Cuatro.
Nicole y Jonathan se levantan de la barra y se dirigen a la pista de baile, Jonathan le pone las manos en la cintura para bailar con ella.
-Tres.
El conteo regresivo seguía a lo suyo, y House no podía hacer mas que tratar de que la contienda no fuera demasiado escándalosa.
-Dos.
House se termina por tomarse la copa, y Gabriel llega a uno.
-Uno.
Jonathan besa a Nicole tomándola por sorpresa, pues ella pensó que solo serían amigos.
-Y cero.
Gabriel se mete en la pista de baile, aparta a Nicole de Jonathan y le estrella la cara golpeándolo contra el suelo.
House intenta meterse por el medio sin éxito, ya que Gabriel lo aparta a un lado.
Nicole se queda pegada en el suelo, es como si alguien le hubiera puesto pegamento para que no se moviera.
-¡Perro! Me la debías.
Jonathan intenta defenderse, pero Gabriel lo esquiva muy bien asestándole otro puñetazo haciendo que se doble del dolor.
Chloe intenta acercarse a su hermana junto con los demás, pero los de seguridad no les deja avanzar al sitio.
Nicole por fin reacciona y se mete por el medio evitando que vuelva a golpear a Jonathan, y Gabriel al ver que ella estaba enfrente suyo se para quieto.
-¿Cuál es tu maldito problema, tío?
Gabriel ve como Nicole se iba enfureciendo aún más, y este le suelta:
-¡Tú, tú eres mi maldito problema, tú! ¡Joder, que mierda todo!
Nicole se da la vuelta dejándolo allí, y se va para la calle tratando de respirar aire.
De repente, siente que algo metalizado le roza el cuello.
-¡Quieta, preciosa!
Dame dinero y te juro que no te va a pasar absolutamente nada.
Nicole empieza a temblar al notar que una navaja le está rozando el cuello, el ladrón sonríe sastisfecho ante su hazaña.
Gabriel sale por la puerta dispuesto a poner en su sitio a esa ingrata, cuando ve que un sujeto la tiene agarrada con una navaja en su cuello.
Gabriel siente que se le va la vida, la furia es tanta que no controla sus impulsos a la hora de irse contra ese imbécil.
-¡Quieto, niño!
Le dice el ladrón cuando lo ve irse contra él, y Gabriel se para al ver cómo la punta de ese cuchillo le iba a rebanar el cuello a Nicole en cualquier momento.
-Vale, tranquilo. ¿Que quieres? ¿Dinero? Ven, suéltala y yo te doy lo que tú quieras.
El hombre sonríe, no es tan imbécil de soltarla para que este se le vaya encima.
-¿Crees que soy imbécil o qué?
Gabriel se tensa, si no hace nada pueden matar a Nicole en cualquier momento.
Nicole siente el corazón en la boca, el miedo la tiene totalmente paralizada y no sabe cómo actuar.
-Tranquilo. —Musita ella al ver cómo Gabriel se iba volviendo aún más loco.
De un momento a otro Nicole le suelta un pisotón haciendo que el hombre se retuerza del dolor, consigue zafarse y ahí es cuando Gabriel aprovecha y lo acribilla a golpes.
Los puñetazos sobre su cara vienen y van, y el hombre trata de defenderse aunque sin éxito.
Nicole intenta que Gabriel lo suelte pero no lo consigue, por lo que termina llamando por teléfono a House para que la ayude.
House sale del establecimiento junto con Chloe y Marina, y Gabriel sigue dándole la paliza de su vida a ese ladrón.
House Interviene consiguiendo que lo suelte, y Chloe quiere llamar a la policía.
El hombre yace en el suelo molido a golpes y, aunque está consciente no consigue levantarse.
-Yo tengo que llamar a la policía.
Nicole niega con la cabeza, sabe que si llama a la policía serían problemas para Gabriel y ella no quería eso.
-No, Chloe, tú no vas a llamar a nadie.
Chloe niega con la cabeza, y suelta:
-¡Este chico es un animal! ¡Casi lo mata, por dios!
Seguramente lo ha hecho porque el chico te ha hablado.
Nicole niega con la cabeza ante el comentario de su hermana.
-No, el marichulo ese que está en el suelo me había puesto una navaja en el cuello.
Chloe se lleva la mano en el pecho, y mira a Gabriel tratando de pedirle disculpas.
-Lo siento.
Gabriel la ignora y se centra en Nicole, pero esta se da la vuelta y se mete dentro de la discoteca junto con las chicas.
House se agacha en el suelo, ayuda a que ese hombre se levante sin que Gabriel se le vuelva a ir encima y deja que se vaya por donde vino.
-Y bien.
Gabriel lo mira, y necesitando hacer algo le suelta:
-Espérame aquí que ahora salgo.
House asiente y deja que Gabriel se pierda dentro de la discoteca, Gabriel visualiza a Nicole sentada en la barra y se acerca a ella.
Sin decirle nada pone una mano en su nuca y la termina robando un beso, y de nuevo se sintió él, de nuevo se sintió vivo.
La lengua entra en la boca de Nicole robándole el aliento, y él tira de su labio inferior dándole un suave mordisquito.
Vuelve a meter su lengua y deja que Nicole lo bese con desesperación, más bien, que los dos se besen con desesperación.
Gabriel se aparta, le da un suave beso y se da la vuelta yéndose de allí.
Nicole se siente aturdida, queriendo más de esos besos que él le daba, eran adictivos como todo él.
Al día siguiente Gabriel quería que ella pagara por todos estos días en que lo había jodido, por lo que se le pasó una idea por la cabeza.
-No, Gabriel, por favor no.
Marina negaba con la cabeza, no quería entregarle las llaves de la casa de Nicole.
-Marina, dámelas. Te juro que no le pienso decir nada, entro hago lo que tengo que hacer y con las mismas te las devuelvo.
House Interviene para convencer a su novia, y ésta aún reticente le termina entregando las llaves...
Nicole tenía hora con la psicóloga, por lo que Gabriel aprovechó para meterse en su casa.
El perrito se le acercó para que lo acariciara, pues él ya conocía a Gabriel.
Marina cogió al perro sacándolo de allí, y él se dirigió a las fuentes de todo el ático.
Abrió la fuente de la cocina, las del baño, y dejó que el agua inundara el lugar.
Salió de allí como alma que llevaba el diablo, Marina se sentía culpable pero no le dijo nada más.
Le llevó el perro a Chloe sin darle ninguna explicación, y Nicole salió de la consulta para dirigirse para su casa.
Una vez metida en el portal se mete en el ascensor dándole al botón de su piso, y una vez allí abre la puerta encontrándose de lleno con el agua que inundaba el lugar.
No podía creerselo.
-¡Mierda! ¿Pero que cojones ha pasado aquí?
Saca el móvil de su bolso y termina llamando al primer número que se encuentra, Gabriel coge su móvil poniéndoselo en la oreja sin mirar quién es.
-¿Si?
-Gabriel, por favor, te necesito.
Gabriel se levanta de la mesa donde estaba comiendo para coger sus llaves e ir a la casa de Nicole, y contesta:
-¿Que pasa?
-Tengo la casa inundada.
Por favor ven.
Gabriel contiene las ganas de reírse, ella ni siquiera sospecha absolutamente nada.
-Tranquila, nena, que ya voy para allá.

Resiliencia 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora