Gabriel:
La cara de Nicole seguía descansando en mi cabeza mientras que los dos tratábamos de recuperar el aire, el agua nos llegaba casi por el cuello y yo necesitaba que se recuperara para poder hablar con ella...
-Por mucho que te cagues en mi madre seguiré diciéndote lo que tienes que hacer; lo siento, preciosa, pero así funciono.
Nicole no se mueve pero sigue apoyada en mi en la misma posición que antes, y como puedo la llevo contra la pared de la piscina para poder mirarnos a la cara.
Cojo su cara entre mis manos y hago que me mire para que me preste atención, no quiero interrupciones de ningún tipo...
Fíjate que estupidez más grande pero tengo miedo a que alguien venga y me la arrebate, que me la quite de las manos sin poder decirle lo que tengo aquí atascado.
Y que raro, ¿no? Porque ya debería estar acostumbrado a estar sin ella, pero simplemente no puedo.
-Escúchame, nena, solo quiero que me escuches.
Los ojos azules de Nicole se complementan muy bien con el color azul intenso de la piscina, es como si tuviera dos gotas de agua en cada pupila.
Y sin soltarle la cara rozo mi nariz con la suya haciendo que tiemble, o tal vez era por el frío del agua no sabía.
-Te vas a ir para Chile, lo cual significa que vamos a estar varios meses sin vernos y te juro que no me gusta absolutamente nada la idea.
Y si, soy un puto egoísta de mierda que si fuera por mí te dejaría encerrada en esta puta casa conmigo para que nadie nos molestara.
Nicole no aparta sus ojos de mí, y yo sigo soltando todo lo que pienso y siento ahora mismo...
-Pero como la mayoría de los humanos cuando tenemos que agachar la cabeza la agachamos, pero no me puedes decir que no te gusta la idea.
Porque venga va, reconócelo, te gusta la idea y lo sabes.
Con ese comentario consigo arrancarle una sonrisa que me deja tieso y sin respiración, no se puede ser tan bonita y tan perfecta de verdad que no.
Yo le devuelvo la sonrisa y le contesto:
-¿Te gusta, eh?
Y la beso robándole el aliento, y aunque sea un beso pequeño lo siento en el alma.
-Pero como no te va a gustar, si lo nuestro es perfecto.
Mi sonrisa se ensancha cuando veo que ella asiente con la cabeza, y yo prosigo antes de que se me acabe el tiempo.
-También sé que no te merezco. Joder, lo he sabido siempre, Pucheritos.
Pero es que soy muy terco y cuando se me mete algo en la cabeza no paro quieto hasta que lo consigo, e incluso cuando lo consigo sigo dando por el culo con el miedo de que venga alguien y te quite de mis manos.
Nicole niega con la cabeza pero sigue sin decir palabra alguna, ella solo quiere escucharme:
-Si, nena, si. Así es, y los dos lo sabemos.
Tenemos en contra a tu hermana, tenemos en contra al mundo, y mientras nosotros nos seguimos castigando estando como estamos.
Esta vez es Nicole quién me besa atrayéndome contra su cuerpo dejándole sentir mi dureza sobre su sexo, y se estremece cuando le meto la lengua barriendo su boca como si fuera un helado.
Aunque a decir verdad, ella era más dulce...
Cuando se separa de mi yo sigo con la retahíla de palabras ya que no quiero que se me olvide nada, quiero que le quede claro todo lo que le estoy diciendo.
-Escúchame, te vas a ir pero estoy seguro que estos meses nos van a venir muy bien, y yo necesito que triunfes como la reina que eres porque estoy muy orgulloso de tí, ¿vale?
Ella asiente una vez más y yo siento que me derrito por ella, y no sé desde cuándo soy un empalagoso de mierda pero con ella no puedo evitar ser así.
-Quiero que cuando vuelvas seas aún más grande de lo que ya eres, solo espero que no sea tarde ni para ti ni para mí.
¡Te quiero!
Y por fin ella habla soltándome aquello que una vez me dijo borracha:
-¡Te amo, Gabriel! Mucho.
Y yo ya no puedo más y la beso, poco a poco nos vamos sumergiendo aún más adentro de la piscina, obligándola a que abrace mi espalda con sus piernas.
Poco a poco nos desnudamos y me meto dentro de ella sintiendo su calor y lo apretada que está, Nicole mete sus manos entre mi pelo mientras que se da impulso de arriba abajo haciéndome apretar los dientes para evitar correrme.
Pero me lo pone difícil, sobre todo, cuando se pone a gemir en mi oído izquierdo.
Solo somos ella y yo contra el mundo, contra las opiniones; contra el odio y el fracaso que hemos tenido siempre como pareja, pero no nos importa y seguimos con lo nuestro.
Su boca se aferra a la mía tirando de mi labio inferior para después meter su lengua avasallandome, ¡y jodeeerrr, no puedo más!
De un momento a otro empieza a contraerse y me aprieta haciendo que no pueda evitar gritar mi orgasmo llevándomela por delante, y es que el sexo con ella siempre era así, intenso e increíble.
Cuando los dos nos calmamos nos vamos a la ducha y, nos bañamos juntos sin poder evitar tocarnos por todas partes, sentir el calor de su feminidad en mi mano es de una de las experiencias más increíbles de mi vida.
Ella se aferra a mi mano mientras que yo me aferro a su cuello, a sus pechos, a su clavícula y a todo lo que me encuentro por mí paso.
Son meses que dejaré de verla y tenía que disfrutar todo lo que pudiera y más, necesitaba esto, necesitaba que por una vez ella dejara de pelear contra mi y dejarse llevar por la experiencia.
Cuando grita mi nombre después de haberla masajeado me dice:
-Gabriel.
-Dime, nena.
-Eres mi tóxico favorito.
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Resiliencia 2
FanfictionGabriel y Nicole no terminaron de la mejor forma posible pues los celos de ambos y la intromisión de tantas personas les hizo caer en un abismo del que no pudieron salir y, la única forma de superarlo era alejándose. Ambos en estos últimos meses re...