Dímelo

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Nicole:
Cuenta pendiente, el muy perro me había dicho que teníamos una cuenta pendiente.
Pero, gracias a Dios yo mañana me iba para Grecia y desconectaría de todo esto.
Aún así, quería responder a su provocación, pero ahora no era el momento.
No cuando tenía a mí hermana conmigo, la quería fuera de esto cuando se trataba de Gabriel.
Ella lo odiaba y estaba malditamente segura de que él también, hasta la tiene bloqueada en su Instagram.
Las horas pasaron y nos fuimos de la boda de Chechu deseándole buena suerte en su matrimonio. Y esa tarde la pasé con mi hermana, con Gabi Mortera, y con algunas personas más.
Una vez en Madrid mi hermana se quedó en su casa, eran las tres de la madrugada y me fui para mí casa.
Una vez dentro el portero me dijo que alguien me estaba esperando, y para mí sorpresa era Gabriel.
Gabriel:
La miré decidido a llevármela para su casa, me la llevaría para la mía pero allí estaban los demás y yo quería estar a solas con ella.
Nicole asintió al portero y este se fue para su sitio dejándome a solas con ella, y le dije:
-Necesito que acabemos con lo que hemos empezado, así que, cuando quieras subimos para tu casa.
Nicole se cruzó de brazos, tenía los mofletes colorados dándole un aspecto que me estaba volviendo loco.
-¿Me estás dando una órden?
Una sonrisa se asomó por mis labios, la quería en mi cama lo que era ya.
-No, yo jamás te ordenaría hacer algo que tú no quisieras.
Pero como ese no es el caso y si lo quieres, ¿o me lo vas a negar?
Nicole relajó su postura, traía los tacones en la mano pero seguía cruzada de brazos.
-Lo de antes ha sido un encuentro fortuito, yo no sabía que venías ni tampoco lo estaba buscando.
Así que, no, no quiero pasar la noche contigo.
La cogí por el brazo y la metí en el ascensor aprovechando que ya estaba vacío, y sin darle a ningún botón después de que se cerró la puerta la pegué contra la pared del ascensor, y hablándole en el oído le dije:
-Antes te has corrido en mi mano, así que ahora no me vengas con que no quieres porque si que lo haces.
Nicole tenía la respiración acelerada y, mirándola fijamente pegué mi frente con la suya, sus ojazos azules se clavaban en los míos de color chocolate, y no se apartaba; dejó que yo le acariciara una pierna mientras que subía hasta su culo, y estaba jadeando sutilmente...
-Si.
Un hilo de voz salió de su boca, y yo sonriendo le pregunté:
-Si, ¿qué?
Ella me miró fijamente, de sus ojos como dos piscinas azules salían llamas.
-Que si lo quiero, quiero volver a follar contigo.
Estaba como borracha y, el olor a la tensión sexual y a la lujuria inundaba toda la pequeña estancia del ascensor.
-Eso es, nena, eso quieres y yo te lo voy a dar.
Suavemente presioné el botón hacia su ático y, mientras este subía yo la fui besando el cuello hasta que llegamos a su planta.
La urgencia nos podía, incluso se nos calló las llaves de las manos presos de la ganas que teníamos por volver a tocarnos.
Una vez dentro, sin pensarlo dos veces la empotré contra la puerta de su casa, le bajé las bragas y me introduje en ella sin haberme quitado todo el traje, simplemente tenía los pantalones y los boxes bajados.
Sus gritos inundaban mis oídos presa del placer y yo hacia lo mismo en su oído izquierdo.
Mi boca bajó por sus pechos que ya estaban demandando mi atención y, succioné con fuerza haciéndola gritar aún más.
Tenía el vestido remangado encima de su pecho, así que, se lo quité por arriba dejándola completamente desnuda.
¡Estaba preciosa joder!, su cuello estaba completamente colorado a causa de mis besos, y sentía que ya se estaba tensando y me preparé para lo que se venía.
Como pude entrelacé mis dedos con ella, hasta que ella gritó su orgasmo llevándome a mí por delante haciéndome gritar su nombre.
Poco a poco nos escurrimos de la puerta quedando yo en el suelo y, ella encima de mi apoyando la cabeza en mi pecho, donde estaba mi corazón palpitando tan fuerte que por un momento temí que se saliera.
Nicole se despegó de mi pecho pero sin apartarse de mi y me besó la boca, en todo momento no lo habíamos hecho y ya lo necesitamos.
Su lengua entró en mi boca como un tornado llevándoselo todo por delante y, dejé que si lengua arrasara con todo.
Así estuvimos un rato hasta que ella se separó de mi boca, y se me quedó mirando pensativa.
-¿Que estamos haciendo?
Buena pregunta, de hecho muy buena pregunta.
-No lo sé, Pecas, no lo sé.
-Yo creo que nos estamos dejando llevar por la lujuria que sentimos uno por el otro, ¿no crees?
Yo le aparté un mechón de la frente que se le había quedado pegado a causa del sudor y, se lo guardé detrás de su oreja izquierda.
-No, Pucheros, no. Esto lo hacemos porque nos queremos, yo te quiero y tú me quieres, fin de la historia.
Ella asintió, y aunque no me dijo que me quería yo sabía que lo hacía.
-Pero no podemos estar juntos, siempre nos hacemos daño mutuamente, y encima tú con esa chica que siempre tiene cara de amargada. Que pasa ¿que no le das lo suyo?
Yo me eché a reír, y su pregunta dejó que lo hiciera en seco.
-¿La quieres?
Le puse una mano en su nuca y la bajé hasta mi boca dándole un sonoro beso qué yo creo que se escuchó hasta en la Gran Vía, y fui sincero con ella.
-No, la tengo mucho cariño y agradecimiento, nada más.
-¿Agradecimiento por qué?
-Nena, ¿por qué mejor no dejamos esta conversación y nos centramos en otra cosa?
Nicole se levantó del suelo, ya estaba cabreada.
-¿Y ahora que dije?
Nicole se puso el vestido sin ropa interior, quería tapar su cuerpo ante mis ojos...
-Nada, es solo que ya es tarde y deberías irte.
Yo no entendía nada porque cada vez que yo avanzaba un paso con ella, siempre daba veinte pasos para atrás.
-¿Pero por qué?
-Porque no quiero recordar todo lo que pasó, porque siempre te vas con otras para olvidarme.
Ahora el que empezó a vestirse fui yo, y cuando estuve completamente vestido me enfrenté a ella.
-Tú hiciste lo mismo con ese chico de Ámsterdam, ¿o me lo vas a negar?
Nicole me miró con muchísima rabia encima, y me soltó:
-Quería darte de tu propia medicina, te lo merecías.
Gabriel, estás con ella búscala a ella.
La culpa la tengo yo por seguirte el rollo, pero ya fue.
Ahora por favor, vete.
Nicole:
Gabriel cogió la chaqueta del traje que llevaba y se fue de allí dando un portazo, nuestra historia no era normal y no lo sería nunca.
Y me estaba cansando de que siempre acudiera a mí cuando estaba caliente, para eso tenía a la amargada esa, para que le diera lo que estaba buscando.
Al día siguiente ya estaba preparada en el aeropuerto, y mi hermana vino para acompañarme.
-¿Que te pasa, sister?
Yo tenía mala cara, de hecho me había despertado llorando y con muy mal humor.
-Nada, solo que tengo mal día.
Chloe me miró frunciendo el ceño, y apartándome el pelo del cuello se quedó mirándolo.
-¿Que te ha pasado ahí? ¿Te ha mordido un vampiro?
De pronto el corazón se me paralizó, y llevándome la mano al cuello miré a mí hermana.
-No, me he quemado con la plancha.
Mi hermana asintió no muy convencida de mi explicación, pero prefirió no decirme nada.
Y yo decidí seguirle la broma del mordisco.
-Pero bueno, que si viniera Damon Salvatore a morderme yo no le diría que no.
Chloe se echó a reír y me abrazó cuando avisaron que ya partiría mi vuelo, una vez me despedí de ella me subí a aquél avión donde estaba deseando entrar.
Quería salir fuera de España y hoy era mi día, lo necesitaba.
Cuando llegué allí me instalé en el hotel, y después de darme un baño decidí ponerme el bikini y meterme en la piscina.
Hacía un día soleado y yo estaba más que feliz por ello, necesitaba estar sola aunque mañana viniera una amiga para estar conmigo.
Gabriel:
Me estaba preparando para la premier "Desde El Mañana", y House e Ismael estaban sentados en la cama mientras me observaban.
-¿Que te pasa, Gabriel?
Yo escuché la pregunta de Isma pero no quise contestarle.
-Te hice una pregunta, Gabrielin.
Y ahí fue cuando por fin contesté:
-Joder, como odio ese apelativo.
House e Ismael se echaron a reír, y yo les miré mal.
-Asi te llaman tus fans.
Además, si lo escuchara la Wallace estoy seguro de que ella te llamaría así.
Yo me di la vuelta y miré a House que se estaba riendo de mi, y le dije:
-Ni se te ocurra decirle que me llaman así, ¿me escuchas?
Además, no quiero ni que me la menciones.
-Gabriel, ¿que coño pasa?
Y yo les conté todo, necesitaba desahogarme.
Ismael me tomó por los hombros e hizo que lo mirara en la cara, y me dijo:
-Mira, compadre, lo mejor será que te centres en la premier y que se te vea bien.
Te entiendo perfectamente y creo que tienes razón en cabrearte, pero hoy es tu día.
Y así fue, la premier fue sobre ruedas.
Y aunque no quería que me mencionaran a Nicole los periodistas no paraban de hacerlo, incluso, a mí se me escapaba alguna que otra sonrisa con tan solo mencionandola.
Jodida, Wallace, no tienes ni puta idea del poder que tienes sobre mi, no la tienes.
NICOLE:
Una semana después yo seguía en Grecia, pero esta vez con mi amiga Celeste que se había venido a pasar este tiempo conmigo.
Las dos nos habíamos preparado para salir de fiesta a una discoteca cercana del hotel, y sin querer me terminé chocando con un chico.
-Perdón, no te había visto.
Pero cuando nos miramos a la cara nos sorprendimos, no me lo podía creer.
-¿Jonathan?
Jonny me miró sonriendo, y me dijo:
-Nicole Wallace, ¡cuanto tiempo!
Y nos abrazamos, él fue un antiguo compañero de clase y hacía bastantes años que no lo veía.
-¿Que tal todo, guapa?
-Bien. Pero háblame de tí, ¿que haces aquí?
-Pues estoy de vacaciones, ya la semana que viene me vuelvo para Madrid ya que me ha salido trabajo como modelo...
-Pero no entiendo, ¿ya no vivías en España?
-No, estaba viviendo en Colombia mientras trabajaba en una agencia de allí.
Yo me quedé mirándolo, realmente era un chico guapo y apuesto, tenía el pelo castaño y corto y con los ojos de color miel.
Es tuvimos hablando casi toda la noche, y mi amiga Celeste ya fue para su habitación.
GABRIEL:
Decidí llevarme a Mariana a la terraza de un hotel para celebrar su cumpleaños, y también vinieron mis amigos.
-Bebé, gracias por esto.
Yo le sonreí y dejé que me besara, mientras que House e Ismael hacían como meterse los dedos en la boca y simular que les estaban dando arcadas.
¡Menudos idiotas que estaban hechos!
Mis amigos se echaron fotos con nosotros, yo sabía perfectamente que lo hacían por mí y por la mierda de días que yo estaba llevando.
Aunque Nines si parecía que Mariana le agrabada, se llevaban bien y eso me gustaba porque no me traían dolores de cabeza que bastantes dolores tenía ya, como para sumarme otro más.
El sábado por la noche nos fuimos todos a una discoteca conocida de Madrid, y para mí sorpresa allí se apareció Nicole junto con Marina y un chico que me estaba robando todas las sonrisas de mi Pucheritos.
Marina enseguida se fue con House por ahí, a saber dios donde, y Nicole se fue con el chico hacia la barra.
Mariana estaba bailando juntos con Topi y la novia de Ismael en la pista, y Isma se me acercó en cuanto vio las caras que yo estaba poniendo.
-A ver, Bro, yo no soy House para decirte que el chico es gay; pero por favor, estate quieto.
Yo iba cerrando las manos en un puño, y vi como él le tocaba el pelo para apartarselo mientras que ella le seguía sonriendo.
House se acercó a nosotros mientras que Marina se había ido al baño, y preguntó:
-¿Que pasa?
Ismael señaló a Nicole con la mirada y House como el previsible en él, dijo:
-Es gay, vamos, seguro.
-¿En serio, House? ¿Pero por qué todos los que se acercan a ella son gays?
-Coño, porque no quiero que les partas la cara y tengamos que sacarte de la cárcel.
Tarde porque yo ya me estaba dirigiendo a por él, y entre dientes solté:
-Ahora entiendo lo del otro día, me soltaste todo eso por este soplapollas.
Nicole se levantó del taburete de mala manera, y me empujó hacia atrás.
-Eres un gilipollas, un engreído, y un estúpido.
El chico se interpuso entre nosotros, y empezó a gritarme:
-Pero serás bestia, Nicole merece algo mejor que tú.
Y solté, le solté tremendo puñetazo haciendo que la gente nos prestara atención.
Nicole al ver eso se terminó saliendo de la discoteca, y House e Ismael vinieron a ver qué estaba pasando.
Y cuando el chico venía a por mí Marina se interpuso, y House e Ismael me llevaron para otro lado.
-¿Pero tú estás loco?
Escuché la pregunta de Ismael, pero a mí solo me importaba encontrar a Nicole.
Sin escuchar nada más me salí de la discoteca y la vi tratando de pillar un taxi, aunque sin éxito.
-¡Nicole!
Nicole echó andar enfurecida en cuanto me vio, pero yo no dejé que se alejara más e hice que me mirara a la cara.
-¿Se puede saber que quieres, Gabriel?
La miré a los ojos y yo terminé por desahogarme:
-Si, la busqué, busqué a Mariana para que me hiciera sentirme bien, querido. La busqué para olvidarte, ¡pero es que no lo consigo! No lo puto consigo, eres como un puto tatuaje del cual no me puedo desprender.
Nicole me miraba sin apartar sus ojos de mi, y yo proseguí mientras me desbocaba como un loco:
-Joder, te he bajado la luna, te he bajado las estrellas, te he bajado incluso el sol y eso que me quema. Por favor, ¡dime qué más quieres de mi! Dímelo, porque ya no sé qué más hacer contigo.

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