6. Triceratops

101 21 10
                                    

Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos.

"La imaginación es más importante que el conocimiento." - Albert Einstein

Lo que adoraba más de mi trabajo era la capacidad de abstraerme en él. Las personas que me rodeaban no dejaban de recordarme lo afortunada que era por no estar sentada ocho horas, odiando todo lo que hacían; pero poco sabían que había hecho bien al escuchar el consejo de un profesor de secundaria.

"Si trabajas haciendo lo que amas, no trabajarás ni un solo día de tu vida".

Honestamente, siempre creí que lo había leído en algún libro de superación personal, pero sirvió para afianzar mi idea de ser paleontóloga. Solo cerraba los ojos y podía ver eso como mi futuro, no esperaba que me trajera a tantas cosas diferentes, como el par de anillos que adornaban mi dedo y brillaban ante la luz del microscópio.

—¿Amor? ¿Estás aquí?

El hecho de que Steve hablara tan alto, y que dijera esas palabras, me hizo ponerme en alerta. Era obvio que no estaba solo. Rodé los ojos, esperando que nadie notara que estaba fingiendo, pero debía reconocer que incluso yo me esforzaba por hacerlo.

—¡Ya casi termino, amor!—respondí de la misma manera, maldiciendo internamente lo alto de mi voz—¿Necesitas algo?

La puerta se abrió y Steve entró como siempre lo hacía. El laboratorio se dividía en varias secciones, desde las cuales todos los estudiantes del doctor Fury entrábamos y salíamos a las horas más dispares, así que no me sorprendía que estuviera acompañado de sus nuevos compañeros.

—¿Olvidaste que tenemos la entrevista con el personal de la beca, cariño?

—¡Carajo!—solté—¿Era hoy? ¿A qué hora?

Afortunadamente no tenía estudiantes que cuidar, por que estaba siendo bastante desordenada con la forma en que guardaba mi material de trabajo. ¡Así no podía ser un buen ejemplo! ¿En qué me estaba convirtiendo mi matrimonio con Steve?

—Tenemos media hora para llegar—sonrió, extendiendo una mano para tomar la mia. Había pensado en todo y ya tenía mi bolso sobre su hombro—Desgraciadamente para ti, tendremos que tomar un taxi.

Hice un puchero, cada vez era mejor en eso de demostrar libre mente mis sentmientos por Steve. Solamente debía aprender cuando aparentar con él y el resto sería pan comido.

—¿Por qué no me recordaste antes? ¿O me mandaste un mensaje de texto?—me quejé—¡No he almorzado!—Steve frunció el ceño, lo conocía muy bien para saber que estaba preocupado por mi—Y es por eso que llevarás a tu adorada esposa a comer a su restaurante favorito.

Entrelacé sus dedos con los mios, sonriendo de lado al captar que la tensión se dispaba un poco en sus hombros.

—¡Ya puedo oler la salsa de cinco quesos de Vivace!—respondió—¿Crees que todavía tengan la oferta del Vino de la casa para los recién casados?

—¡No creo que consideren que seguimos recién casados!—comenté.

Steve se detuvo un momento, dándole instrucciones a sus alumnos para que continuaran con el trabajo porque no pensábamos volver aquella tarde al trabajo.

—Me parece que podemos seguir siendo recién casados, Nat—se río, apenas saliamos del campus—Después de todo, están esperando que vayamos a nuestra luna de miel, ¿no?

Conversábamos y broméabamos comos iempre, ni siquiera parecía que éramos algo más meintras caminábamos lado a lado hasta la oficina de administración. Me sorprendió ver que no habia otras parejas en el lugar, haciéndome sentir más ansiosa que antes.

Huesos de Amor | Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora