8. Protoceratops

95 19 4
                                    

Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos.

El beso se prolongó, no era consciente del mundo que me rodeaba en ese momento. Lo único que importaba era Steve, sus labios contra lo míos, su sabor y su olor absorbiendo todo. Nos separamos porque alguien silbó sonoramente detrás de nosotros.

—¡Ya entendimos, tortolitos!—dijo Sam—Parece que si les hace falta una buena luna de miel.

Escondí mis manos en mi regazo, no podía entender que era lo que estaba pasando entre nosotros. Alcé la vista, pero Steve ni siquiera me miraba.

—Yo me comprometo a hacer todo su trabajo, pero vayan a disfrutar—continuó María—¡Se nota que lo necesitan!

—¿Me alcanzas otra cerveza, Sam?—fue lo único que respondió Steve.

Estaba atrapada, acalorada y bastante frustrada, pero no podía moverme. Aunque Steve me había soltado y parecía estar activamente tratando de evitar tocar mis piernas, el espacio entre todos era demasiado pequeño como para que pudiera sentarme en otra parte.

—¡Queremos saber más de su boda!—exclamó Wanda—Parece que todo es tan romántico entre ustedes que solo puedo imaginarme una ceremonia de ensueño.

—Creo que solo había visto a Natasha tan feliz cuando fue aceptada en el programa del doctor Fury—comentó María.

Odié a mi amiga con todas mis fuerzas por volver a atraer la atención hacia mi, justo aquello era lo que no quería pensar. ¿Cómo iba a poder concentrarme en mantener un doctorado si todo se centraba en lo que sentía por Steve? Me ponía cada vez más nerviosa hablar de eso.

—Fue una boda como cualquier otra—comenté, queriendo quitarle importancia—Solamente éramos dos personas queriendo demostrar nuestros sentimientos.

Steve casperreó, podía notar mi incomodidad, pero tuvo el buen tino de no decir nada.

—Suficiente de nosotros—dijo mi esposo, sonriendo con una facilidad envidiable—¡Es nuestro turno de cotillear!—continuó, señalando a los nuevos alumnos—¿Qué esperan de este programa de posgrado? ¿Qué los trajo por aquí?

María hizo una mueca y yo no pude evitar reírme, sintiendo como mis músculos se destensaban un poco.

—¿De verdad les vas a preguntar eso, Steve? ¿Después de un día entero bajo el sol?

Alcé ambas cejas, sonriendo.

—¿No querías que celebráramos nuestros doctorados?—continué—Ellos van a ser parte de ellos, ¡Nuestros púpilos!

—¡Quería que nosotros fuéramos el centro de atención!—se quejó—¡Sam! ¡Diles algo!

Rompiendo el hielo, logramos que los amigos de Sam y nuestros alumnos se inmiscuyeran en la conversación. Casi había olvidado lo que ocurrió antes, disfrutando los cócteles que misteriosamente llegaban a mis manos, hasta que las manos de Steve comenzaron a vagar por la cinturilla de mis pantalones, jugueteando con ella. Me quedé sin aliento, ese beso me hacia cuestionarme todas las interacciones anteriores. Sin poder soportarlo más, me puse de pie, agradeciendo que estuviéramos en la esquina.

—Voy al lavabo—musité, pero nadie me escuchó.

Eran veces como esta en las que agradecía mi facilidad para pasar desapercibida. Me perdí con la multitud del club, recibiendo algunos empujones hasta encontrarme en el estacionamiento.

—No voy a poder seguir haciendo esto.

Me froté los ojos, era la primera vez que me permitía pronunciar esas palabras en voz alta. A decir verdad, habían rondado mi mente desde el momento en que Steve soltó su estúpida propuesta, pero me había llenado de fantasías. En ese momento entendí que había sido una ilusa por creer que él podría enamorarse de mi una vez que estuviéramos casados.

Huesos de Amor | Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora