Huesos de Amor | Romanogers AU

Epílogo. Microraptor

Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos. 

Un científico en su laboratorio no es solo un técnico: es también un niño colocado ante fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de hadas."

5 años después.

No me sorprendía que el museo estuviera lleno, después de todo pronto sería verano y las escuelas buscaban actividades que agotaran a los niños que estaban más emocionados por la perspectiva de las vacaciones que por aprender.

—Señora, ¿sabe dónde puedo encontrar el baño?—dijo un niño con timidez—¡Usted tiene el dibujito del museo en la ropa!

Me incliné para quedar a su altura, sonriendo de lado.

—Claro que si—señalé hacia la derecha—Solo tienes que seguir ese pasillo, no te vas a perder, ¿de acuerdo? Justo allí está el baño de los chicos.

—¡Gracias!—exclamó, emocionado—¡Tengo que apresurarme para ver la nueva exposición de dinosaurios!

Echó a correr antes que yo dijera algo más. Riendo para mi misma, negué con la cabeza y me puse de pie. Caminé de vuelta a mi oficina, tan ocupada en mis pensamientos que me sobresalté al abrir la puerta y ver que Steve ya se había puesto de pie.

—¿Qué pasó, cariño? ¿Hiciste la prueba?

Había aprovechado la hora de comer para ir directo a la farmacia, pero no había podido aguantarme hasta llegar con mi esposo. Como siempre, yo tenía que saberlo todo para tener el control de mis emociones.

—Fue negativa—dije, la decepción palpable en mi voz—El tiempo se está agotando.

Le entregué la prueba de embarazo, Steve ni siquiera la vio, sus brazos me rodearon, protegiéndome.

—Seguiremos intentando, mi amor—prometió—Siempre conseguimos lo que nos proponemos, ¿o no?

Escondida en mi lugar favorito, solté un sollozo que había contenido por mucho tiempo. Al principio de nuestro matrimonio estábamos muy confundidos con nuestros sentimientos, después muy ocupados y ahora, que por fin teníamos la estabilidad que soñábamos, los hijos no parecían querer llegar a completar nuestra familia.

—Lo siento, corazón—dije, cuando pude hablar.

Las manos de Steve no tardaron en posarse en mis mejilas, limpiando las lágrimas.

—No es tu culpa, mi amor—prometió—Se necesitan dos personas para hacer un bebé. Además, esto no significa nada malo.

Nos habíamos hecho estudios médicos de todo tipo, para descartar motivos lógicos por los que no podíamos tener hijos todavía; pero no salía nada, frustrándonos aún más. Éramos científicos después de todo.

—¿Entonces qué significa?—protesté—¿Por qué no puedo tener lo que quiero?

Mi esposo soltó una carcajada mientras pellizcaba mi nariz.

—Tal vez es una lección del universo para que tengas paciencia.

—Si el universo diera lecciones no habría lanzado un meteorito para acabar con los dinosaurios no avianos—reproché, cruzándome de brazos.

Esa respuesta solo me sirvió para que Steve riera aún más. Intenté dar un paso hacia atrás para mostrarle lo enojada que estaba, pero él no se rindió y intentó hacerme cosquillas, así que busuqé algo en nuestra mesa de trabajo para defender,e.