28. Baryonix

73 8 3
                                    

Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos. 

Los científicos no persiguen la verdad, es ésta la que los persigue a ellos. (Karl Schlechta)

Menos de una semana después de la propuesta, nuestros padres nos conducían al aeropuerto de Raleigh.

—Sé que irán a trabajar y eso es importante, pero no olviden disfrutar—comentó mi madre—¡Es una luna de miel, después de todo!

Debería haberle dicho que no lo era, que había conseguido esa estancia como reconocimiento a mi trabajo, pero estaba más ocupada perdiéndome en los azules ojos de mi esposo.

—Tengan por seguro que lo haremos—dijo Steve, tomando mi mano.

—¡Entonces espero muchas fotografías!—comentó mi suegro.

—Y qué trabajen en mis nietos!—aportó mi suegra, haciendo que Steve y yo bajáramos del automóvil, nerviosos, sonrientes y ruborizados.

Ambos solíamos viajar mucho, así que me sorprendió darme cuenta que era la primera vez que lo hacíamos juntos. Gracias a la insistencia de nuestros padres por que tuviéramos una luna de miel, habían pagado por subir nuestra tarifa del avión para que nos ubicaran en primera clase.

—¡Podría vivir así para siempre!—celebré, tomando un sorbo de mimosa.

—Era necesario que ambos nos relajáramos—aceptó Steve, apoyándose en el asiento—Van a ser dos semanas perfectas, corazón.

Suspiré, girando a verlo. Me permití sentirme emocionada, celebrar la vida junto a Steve y poder aumentar mi colección de muestras fósiles era un regalo de la vida después de tanta mierda.

—Te iba a decir algo, pero siento que es excesivamente cursi—admití.

Steve tomó mi mano, besándola con cariño.

—No sabes cuanto tiempo esperé para que sintieras algo especial por mi, lo suficiente como para decir cosas cursis en voz alta.

Me extendí sobre el, rozando sus labios con los míos. Respiré profundamente, dejándome llevar por los sentimientos que provocaba en mi.

—Estas dos semanas van a ser perfectas porque estarás conmigo—dije—Y no desearía compartirlo con nadie más.

Steve sonrió ampliamente, juntando nuestros labios, esta vez en un beso mucho más profundo que el anterior, de aquellos que me excitaban hasta lo más profundo. Gemí un poco más fuerte que lo debido, haciendo que unas personas en otro asiento nos dedicaran una mirada que definitivamente nos estaba juzgando. Con un puchero, me separé de Steve, presionando las manos en su pecho.

—Corazón, ¿por qué?—susurró con una media sonrisa, mordisqueando el lóbulo de mi oreja—Sé que también quieres unirte al club de las alturas.

—¡Definitivamente no!—me reí, avergonzada por siquiera considerarlo—¡Tenemos que comportarnos! ¡No olvides que venimos a trabajar!

Rodó los ojos, su mano no dejó la mía aunque ambos nos habíamos vuelto a acomodar en los asientos.

—¿Por qué le quitas lo divertido a la luna de miel?

Sonreí de lado, rebuscando en mi tote bag antes de enseñarle la revista que había comprado mientras él esperaba nuestros cafés.

—Dinosaurios de Inglaterra, la guía definitiva—leí en voz alta—Esta no sería nuestra luna de miel si no hay unos cuantos fósiles involucrados.

Huesos de Amor | Romanogers AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora