El teléfono le vibró en el bolsillo justo cuando Lisa abrió la puerta de su apartamento. Lo dejó sonar, agachándose para recibir a Clifford y a Maple, que se abalanzaron hacia él entre meneos y lametones. Los lloriqueos de su perro hicieron eco en el descansillo, interponiéndose entre su mano y la cabeza de Maple en busca de quedarse con toda la atención, como el animal consentido que era. Louis rió, intentando hacerles caso a ambos mientras alzaba la vista hacia Lisa, que sonreía con amplitud.
—¿Qué tal se ha portado?
—Apenas le ha llorado a la puerta esta vez.
Louis se mordió el labio con cierta lástima, volviendo a mirar a Clifford.
—Pobrecito... —se lamentó, rascando tras sus orejas una última vez antes de incorporarse y dedicarle una sonrisa a Lisa—. Muchas gracias, de nuevo.
—Sabes que no me importa. —Ella hizo un gesto con la mano a la par que le tendía la correa y la pelota favorita de su perro. Clifford no tardó en sentarse con docilidad, con los ojitos ahora fijos en su juguete—. ¿Qué tal el viaje?
Louis hizo una mueca, ignorando las pezuñas de su perro rascando sus muslos.
—... Entretenido —fue la única manera que tuvo de resumirlo. Su teléfono volvió a vibrar con insistencia en su bolsillo, y él carraspeó—. Bueno, me lo llevo a casa. —La expresión de Lisa cayó un poco—. Avísame cuando quieras para lo que necesites.
—Claro.
La chica se despidió de él con una sonrisa ligeramente decepcionada, sujetando a Maple antes de cerrar la puerta. Louis dio media vuelta en el descansillo; Clifford siguiéndole con alegría hasta el ascensor mientras él descargaba la llamada sin siquiera revisar quién era. Solo había una persona así de insistente entre sus contactos.
—¿Estás en tu casa? —Luke ni siquiera se molestó en saludarle.
—Acabo de recoger a Clifford. —dijo con sospecha—. ¿Qué quieres?
—Hacerte una visita. —Unas llaves hicieron ruido al otro lado de la línea.
Louis rodó los ojos, llegando a su propia puerta y haciendo malabares para abrirla con las cosas de Clifford en la mano.
—Sé lo que quieres que te cuente.
—Oh, así que hay algo que contar.
Chasqueó la lengua, cerrando a sus espaldas. Clifford corrió directo hacia la cocina y ladró, exigiendo su compensación por haber sido cruelmente abandonado en casa ajena.
—Me presentó a su prometido —reveló.
Luke cerró una puerta con fuerza.
—Voy para allá. Te llevo cena.
· · ·
El timbre de su puerta sonó justo cuando se encontraba deshaciendo la maleta en su habitación. Fue a abrirle, con Clifford enredándose nervioso entre sus piernas.
Luke exigió contexto tan pronto como lo tuvo enfrente; se adentró en su casa con un par de bolsas de comida rápida en la mano, sentándose en el sofá más que preparado para escuchar la historia. Tomó asiento a su lado y, mientras cenaban, le explicó las cosas tal como habían pasado, y su amigo no hizo más que sacudir la cabeza con incredulidad.
—Qué huevos hay que tener...
Louis frunció el ceño.
—¿Él o yo?
—¡Los dos! Tú, por aceptar la invitación sabiendo lo mucho que se te nota lo que quieres de su prometido, y el otro por invitarte para comerle la boca en tu cara.
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Vegas Lights
FanfictionEs el vigésimo primer cumpleaños de Harry y sus amigos deciden llevarle a Las Vegas. Por supuesto que se casa con un desconocido y por supuesto que le olvida a la mañana siguiente. Lo recuerda cinco años más tarde, cuando tiene un anillo de compromi...