Capítulo 2

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Louis se inclinó hacia delante y lamió sus labios. Por un momento Harry pensó que iba a besarle, pero lo único que hizo fue mirarle expectante, con una ceja alzada y una mirada brillante que invitaba a eliminar la distancia entre ellos.

Harry no se cuestionó por qué Louis nunca dio el primer paso a pesar de parecer tan dispuesto a querer darlo, así que fue él quien terminó de acortar la distancia y, en el momento en el que sus labios se rozaron, Louis ya estaba agarrándole de su nuca y atrayéndole contra él en un beso que sabía a complicidad, a desesperación y a alcohol.

Posó sus manos en las mejillas de Louis, dejando escapar algún que otro jadeo contra su boca cada vez que él mordía su labio inferior. A veces sus dientes chocaban y simplemente reían, mirándose a los ojos por un par de segundos para luego atraerse de nuevo hacia el otro.

Probablemente desde fuera solo parecían dos borrachos torpes con una clara tensión sexual apenas resuelta devorándose mutuamente en una esquina de Las Vegas, pero bajo la piel de Harry, la sangre estaba corriendo por sus venas hasta quemarle, y su corazón estaba bombeando al mismo compás de las luces de neón sobre ellos.

El tacto de Louis estaba siendo su parte favorita. A veces sus manos se enredaban en los mechones de su melena, y a veces las bajaba hasta apretar su cintura como si éstas llevaran toda la vida acostumbradas a descansar siempre en la misma curva.

La lengua de Louis lamió la de Harry, habían llegado a un punto en el que ya ni siquiera eran capaz de esperar a que sus labios se encontrasen antes para dejar que ocultaran los bailes de sus lenguas en la boca del otro. Harry descubrió que el mundo estaba dándole más vueltas que antes y estaba casi seguro de que la culpa la tenía Louis, porque las cosas comenzaron a salirse de su control más de lo que ya estaban cuando él comenzó a arrastrar un camino de mordiscos sobre la piel de su cuello.

Ladeó su cabeza hacia un lado, porque Louis estaba haciendo suyo cada centímetro de piel que tocaban sus labios y quería hacerle saber que le gustaba esa sensación. Sintió sus brazos rodear su cintura con fuerza, estabilizándole cuando estuvo a punto de caerse y aun así insistiendo en marearle de más cuando erizaba su piel con un simple mordisco.

—Loueh —jadeó, sintiendo la leve risa de Louis haciéndole cosquillas sobre la piel húmeda de su cuello.

—Hm —musitó Louis, trazando con su lengua un camino ascendente que acabó en su mandíbula.

—Tengo... —Louis subió la mirada para escucharle, pero en una reacción espontánea sus labios volvieron a encontrarse más queriendo que sin querer, ocasionando chasquidos húmedos entre ellos y aprovechando las efímeras pausas para continuar hablando —... tengo un motel —intentó decir, corrigiéndose después de otro beso —. Una habitación. En un motel —esta vez, Louis rió contra su boca —. Aquí al lado. Si quieres...

—Quiero —la respuesta llegó antes de que hubiera podido terminar de exponer su propuesta.

A partir de ahí, en su cabeza comenzaron a formarse lagunas mentales. Sabía lo que estaba pasando en momentos concretos, mientras que otros los olvidaba nada más vivirlos. A su alrededor las cosas dejaron de tener sentido y las luces de la ciudad se volvieron borrosas, pero las ganas de Louis seguían tan intactas como al principio.

Sabía que estaban caminando y que sus piernas se movían solas por la pura inercia del alcohol. Recordaba cuál era el camino de vuelta al motel aunque veces perdiera el sentido de la orientación, y la mayoría del tiempo no podría decir con seguridad de qué habían estado hablando durante el recorrido. Las palabras fluían solas a su antojo en una conversación sin sentido que Harry olvidaba sobre la marcha.

Había dejado de comprender si Louis agarraba su cintura porque quería hacerlo o porque simplemente ya no podía caminar sin su ayuda. Su cuerpo chocaba contra el costado del de Louis de vez en cuando y entonces reían, a pesar de los esfuerzos de ambos por mantenerse rectos, la gravedad siempre terminaba por desequilibrarles, sin importar lo mucho que se aferrasen al otro.

Vegas LightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora