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Marissa llego a la casa de Ice, toco el timbre y salió a recibirla la hermosa psicóloga.

—Mi amor. — la saludo y le dio un beso en la frente. Entraron y se sentaron en el sofá a ver  "The Lerprasert show", el programa de TV de la madre de Yoko, mientras esperaban la comida.

—Es muy linda. — dijo Ice, Marissa la miró extrañada.

—¿Quién?. — preguntó la menor, Ice señaló la televisión donde aparecía la imagen de la mujer mayor.

—Oh, si, de ahí saco Yoko su belleza. — Ice la miro confundida.

—¿Qué?. — Marissa rio y le dejo un besito en su mejilla.

—Ella es la mamá de Yoko, mi amor. — Ice abrió los ojos y devolvió la mirada al TV, ahora le encontraba el parecido.

—Ahh, por eso el nombre del programa. — las dos rieron y siguieron viendo, llegó su comida y fueron a comer a la mesa. Ice nunca imaginó terminar con Marissa, era una estudiante del colegio en el que trabajaba y además habían 7 años de diferencia, pero desde que la vio se enamoró de ella y por la parte de Marissa se podría decir lo mismo, llevaban una relación muy sana y aunque tenía que ser muy privada, los fin de semana, de viernes a domingo, en la casa de Ice eran sus mejores momentos, Marissa le decía a su madre que estaría en la casa de Yoko, pero en realidad se dirigía donde la psicóloga, veían películas y después se acurrucaban en la cama de la mayor a hablar o simplemente dormir, las dos se sentían plenas.

—Me siento muy mal por Yoko. — dijo Marissa a mitad de la comida. —No la pasa bien en su casa y ahora la está pasando mal por culpa de Miss Engreída y me duele verla así.

—Lo sé mi amor, intente ayudar hablando con Faye, pero ella simplemente se portó muy grosera conmigo, no se que le pasa últimamente. — dijo acariciando la mano de su novia. — es muy difícil ver a nuestras amigas así y no poder ayudar. — Marissa asintió, terminaron de comer entre risa y unos cuantos besos robados de la mayor, la estadounidense recogió la mesa y se dirigieron a la cama. Las dos estaban cansadas porque el día había sido difícil para ambas, se acurrucaron y se quedaron profundamente dormidas.

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Yoko se encontraba comiendo sola en el gran comedor de su casa mientras veía cosas en su celular, su ánimo estaba compleméntamente en el suelo y no quería hacer nada más que llorar. Escucho como la puerta de su casa era abierta. Al escuchar los pasos desordenados sabía que era su papá, el llegó al comedor y la vio.

—Yoko, mi estupenda y lesbiana hija Yoko Apasra. —hipo. — ¿qué haces comiendo tan sola?. — Yoko nisiquiera pudo sacar su sonrisa falsa, solo lo miró y siguió comiendo, era la historia de su vida, siempre que su padre iba a la casa lo único que hacía era hacerle comentarios pasivo-agresivos, ella simplemente los dejaba pasar.

Su padre se recostó en el gran mueble y se quedó profundamente dormido, ella se levantó de su silla y se fue a su habitación, las empleadas recogerían sus platos. Se tiró a su cama y siguió viendo su celular hasta que le llegó un mensaje de su hermana.

Yoko se paró de su cama, cogio un bolso y empacó un poco de ropa para quedarse donde su hermana, era la única persona que sentía que la quería y con quien podía hablar tranquilamente de sus desgracias, salió de su casa sin hacer mucho ruido para q...

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Yoko se paró de su cama, cogio un bolso y empacó un poco de ropa para quedarse donde su hermana, era la única persona que sentía que la quería y con quien podía hablar tranquilamente de sus desgracias, salió de su casa sin hacer mucho ruido para que su padre no se despertara, buscó a alguno de sus choferes para ver si estaba disponible, pero ninguno estaba así que decidió coger la camioneta e irse.

Cuando llegó a la casa de Meena, está la esperaba con los brazos abiertos, dándole un cálido abrazo, en el cual se derrumbó y dejó salir todo lo que tenía adentro, su hermana le acariciaba la espalda dejándola sacar sus sentimientos a través de las lágrimas, después de unos minutos la menor se calmó y se sentaron el el sofá, limpiando sus lágrimas, Meena decidió empezar la conversación.

—¿Que pasa, pequeña?, me preocupas. — dijo acariciandole el rostro.

—Todo es un desastre en casa, mamá nunca está, prefiere a Panpriya antes que a mí, siempre está ocupada para mí, papá es un desastre, normalmente nunca llega y cuando lo hace solo me dice comentarios muy feos y me siento muy mal, no me siento amada por ninguno de los dos, soy prácticamente invisible para ellos, no saben si me encuentro bien, si me encuentro mal, pero yo solo quiero un poquito de su amor hacia mí, pareciera que les importa más sus trabajos que yo. — sus lágrimas empezaron a caer sin permiso y al verla así, Meena empezó a llorar con ella. —en el colegio, hay una profesora que me gusta, la coordinadora de inglés para ser exacta, siempre pensé que sería solo un crush hasta que un día se puso celosa de Marissa y casi me besa, después de eso yo estaba muy ilusionada, pero ella decidió empezar a comportarse extraña conmigo, después fui valiente y la provoque, me beso y no se que más hubiera pasado si la rectora no hubiera llegado, pero después volvió a ignorarme y nisiquiera me hablaba, mandaba a la psicóloga a decirme las cosas, solo soy un juguete para ella. Todo se acumuló y no se que hacer con mi vida, siento que me voy a asfixiar con todo esto.

—Yokito, en primer lugar, te entiendo completamente sobre nuestros papás, ¿por qué crees que decidí venir a vivir sola después de cumplir mi mayoría de edad?, ellos hicieron como que aceptaban mi sexualidad, pero después empezaron a querer obligarme a casar con un señor 20 años mayor que yo, para que me demostrara que era un verdadero hombre, no se decirte que hacer porque yo nunca supe tampoco, solo quiero que sepas que estoy aquí para ti y te amo muchísimo y siente que quieras escapar de la realidad aquí está tu hermana Meena para lo que necesites, por el lado de la coordinadora, es muy complicado, tal vez ella esté pensando en todo los contras que podría ser su relación y su escape es ignorar sus sentimientos y entre esos sentimientos estás tú. — hablo la mayor mientras la abrazaba, decidieron dejar el tema ahí y ver una película, Meena estaba muy preocupada por su hermana y no la dejaría ir este fin de semana, la haría la chica más feliz estos dos días.

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Faye por su lado estaba acostada en su cama mirando al techo, sobre pensando su situación de vida actual, su cabeza estaba en caos, su cerebro quería pensar racionalmente pero su corazón no. Después de un rato de estar así, tocaron su puerta y abrieron

—Mi amor, ¿ya vienes a dormir?.

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Dos capítulos de compensación.
Que no se note que estoy metiendo a todos mis shipps en esta historia.
Decidí hacerla un poco au para no matarme y confundirles con los mensajes.
Si hay algún error, perdón, son las 4am y no he dormido nada

-MC

My english coordinatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora