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—shhh. — le puso un dedo en los labios para que hiciera silencio. —déjame explicártelo.

—No quiero. — cruzó los brazos e intentó levantarse pero su coordinadora no se lo permitió.

—Que testaruda eres. — le dio un pico al cual Yoko se resistió haciendo un puchero. — no puedo explicártelo aquí, pero déjame invitarte a cenar esta noche y así lo hablamos más calmadamente. — la menor no dio ninguna respuesta y tampoco se veía con ganas de dar una, su cabeza todavía daba vueltas por lo sucedido anteriormente, estaba encantada, nunca pensó que su relación con la coordinadora llegaría tan lejos, pero debía fingir, no cedería tan fácil. —solo escúchame esta vez y si no te convenzo ya no te molestaré más. Por favor.

—Mhmm. — asintió Yoko sin ninguna muestra de emoción, se paró del escritorio y empezó a organizarse para salir de ahí, lo mismo hizo Faye, organizar su oficina para no dejar ningún rastro de los echos.

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Después de responder el mensaje, Yoko bajó a buscar algo de comer a la nevera, eran las 5pm, todavía tenía tiempo para organizarse, al entrar a la cocina se encontró con su mamá a la cual miró extrañada porque nunca estaba en casa

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Después de responder el mensaje, Yoko bajó a buscar algo de comer a la nevera, eran las 5pm, todavía tenía tiempo para organizarse, al entrar a la cocina se encontró con su mamá a la cual miró extrañada porque nunca estaba en casa.

—¿Por qué no estás en el trabajo?. — le preguntó mientras agarraba un trozo de pastel que sirvió.

—Hoy no habrá programa, porque que hay una cena especial para las estrellas de la compañía.

—Ah, okey. — cogio una botella de agua y se dirigió a la puerta. —hoy iré a la casa de Marissa, tenemos que terminar un trabajo.

—Ok, no llegues tarde. — la miró. — te invitaron a la cena, pero como se que no quieres ir, invité a Mind.

Yoko no respondió nada, esas palabras fueron como un disparo en el corazón, ¿cómo estaba tan segura de que no quería ir?, ¿por que simplemente no buscaba una excusa más correcta?, como por ejemplo de que no la quería y por eso no la mostraba al público.

La menor subió a su habitación y empezó a arreglarse mientras algunas lágrimas salían por sus mejillas, siempre se preguntaba porque su mamá no la quería como lo hacía con sus otras hermanas, tal vez simplemente fue un error.

Después de un tiempo pensando, escucho como tocaban su puerta y la abrían.

—Yokie, llegué yo. — dijo su mejor amiga con una sonrisa.

—¿Qué haces aquí Mari?.

—¿Crees que voy a dejar que te arregles sola para ir al a ver al amor de tu vida?. — le dijo mientras le agarraba la cara.

—Cállate, te pueden escuchar. —le golpeó el brazo. — le dije a mi mamá que iría a tu casa.

Marissa rió y asintió, para después empezar a buscar en el armario de Yoko la ropa que le pondría a su mejor amiga, después de una ardua búsqueda encontró la vestimenta perfecta: una falda short de jean, con una camisilla negra y una chaqueta también de jean, se la pasó a la pelinegra y esta se vistió, después siguieron con el maquillaje, el cual, Marissa también haría, un maquillaje sencillo, al terminar ya eran las 6pm, así que decidieron salir de una vez, para así poder dejar a Marissa en su casa.

Busco a Eli, quien era la conductora a la que le tenía más confianza, ella no le diría nada a su madre, así que se montaron a la camioneta y se dirigieron a el destino de Yoko.

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7:05pm, Yoko no había llegado a la casa de la mayor porque estaba atascada en el tráfico, mientras que Faye estaba desesperada por la impuntualidad de la menor, pasaron 5 minutos y por fin, una camioneta lujosa negra se estacionó frente a su casa, Malisorn bajó y abrió la puerta, donde vio a la mujer más hermosa que nunca había visto, su maquillaje, como estaba vestida, esa falda que dejaba a la luz sus piernas, todo de ella.

—Llegas tarde. — se cruzó de brazos. — te dije que no me gusta la impuntualidad.

—Había mucho tráfico Faye. — respondió cortante, todavía estaba actuando enojada, no daría su brazo a torcer tan rápido. Cuando entró a la casa, vio un comedor perfectamente arreglado, con cuatro platos en cada lugar, en la sala pudo divisar a dos niños, los mismo que había visto el día de la familia, su corazón empezó a a latir a mil por hora, ¿será que todo esto es una trampa?, ¿Y si Faye solo la llamo para ver a su familia feliz?.

—No pienses mucho, déjame explicarlo. — dijo para darle un beso en la mejilla, para después dirigirla al comedor, le corrió la silla y le indicó que se sentara, después se dirigió a donde sus hijos y los llevó al comedor también.

—Yoko, ellos son Toon y Hwang, mis hijos. — los dos niños sonrieron y le hicieron una reverencia a la mayor.

—Eres muy bonita. — dijo la niña mientras se acercaba tímidamente a Yoko, esta sonrió.

—¿te vas a casar con mami?. — ahora pregunto el niño y Yoko se sonrojó.

—Basta de preguntas y comamos. — sentó a los dos frente a Yoko y fue a la cocina por la comida.

Después de comer, Faye llevó a los niños a sus habitaciones para que duerman, mientras tanto Yoko la esperaba en la sala con una copa de vino en la mano, su cabeza daba mil vueltas intentando descifrar la vida de Faye.

—Ya llegué. — se sentó al lado de la menor, muy cerca de ella, se acercó a darle un beso, pero Yoko se alejó.

—Habla de una vez, no le des más vueltas al asunto. — dijo mientras la miraba a los ojos, Faye nerviosa apartó la vista y miró sus dedos.

—Primero que todo, no estoy casada, ni tengo esposa, si es lo que estás pensando. — jugó con los anillos de la mano de Yoko. —Si estuve casada y de ahí salieron mis dos hermosos hijos, pero nos divorciamos hace 2 años aproximadamente, incluso ella tiene una nueva esposa y están esperando un hijo, creo que las conociste el día de la familia. — Yoko asintió. —Nos separamos porque ya no nos amábamos y porque nuestra relación fue muy apresurada, si tienes dudas, no volvería con ella, ahora solo la veo como una amiga y lo más bonito que me dejó que son mis hijos. — Faye sonrió. — ahora solo tengo ojos para una mujer. — la miró a los ojos. — pero todo es muy complicado y mi mente es un caos, porque sabes cuáles son nuestros pros y contras, nunca imaginé enamorarme de una estudiante, porque éticamente no está bien, pero el corazón hablo por mi, y te lo digo enserio Yoko. — le agarró la cara. — me gustas muchísimo y nunca, nunca jugué contigo, solo que tenía miedo, todavía lo tengo, es complicado, pero el amor todo lo puede.

Yoko no sabía que decir, las palabras no salían, era como si le hubieran cortado la lengua.

—También puedo entender si no estás dispuesta a estar conmigo, ya sabes, por mis hijos, porque apenas tienes 17 años y estamos en dos etapas de la vida diferente, solo quería que supieras que nunca, nunca fuiste un juego.

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Holi, ayer no los puede subir porque estaba en un concierto.
Espero que les guste, voten y comenten.
-MC

My english coordinatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora