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Laura

Aún recuerdo aquel día...

-Tu hermana ya se va -dijo mamá, entrando en mi habitación. Abrazaba mi almohada con la imagen de Avril Lavigne mientras lloraba. No quería que se fuera a ese lugar. No podríamos jugar más a atraparnos o contar historias debajo de las sábanas. Lisa tenía ya casi 30 años pero amaba jugar conmigo. Su trabajo era importante y me sentía orgullosa de tener una hermana como ella, pero no quería que se fuera de mi lado.

-¿Es obligado que se vaya, ma? -me senté en la cama, abrazando aún la cama.

-Sabes como es el trabajo de tu hermana, cariño -mamá suspiró y miró hacia la derecha, reprimiendo sus emociones. Estaba tan afectada como yo.

-Vendré a verte, linda -mi hermana apareció junto a mamá como arte de magia. Tenia su bata puesta y sus lentes cuadrados de siempre. Sus pecas resaltaban más debajo de los focos, al igual que el color miel de sus ojos.

Bajé de la cama y corrí hacia ella. Me lancé a sus brazos y me recibió con cariño. Dejó varios besos sobre mi cabello.

-Eres mi mayor tesoro, quiero que lo recuerdes siempre -alcé la mirada hacia su rostro. Cuando sonreía se le notaban mucho las patas de gallo. Igual era una mujer demasiado preciosa.

°°°°

-Vamos, Laura, no seas tan lenta -me dice girándose hacia mi. Me duelen un poco los pies mientras caminamos por las calles polvorientas. El silencio solo roto por el crujido de nuestros pasos y el débil canto de un pájaro solitario. Es un silencio que te llena de inquietud, un silencio que te recuerda que en cualquier momento puedess ser interrumpido por un aullido, un gemido, un sonido que te hace saber que no estabas solo.

-¿Cuando iremos a buscar a tu hermana? -pregunto mientras la alcanzo.

-Tengo que esperar la confirmación -su voz parece segura pero me entrega una sonrisa donde puedo notar su nerviosismo.

-¿Qué edad tiene ella? -pregunto, aunque casi parece un interrogatorio.

Cuando va a responderme, un sonido sordo irrumpe la tranquilidad. Mi corazón da un vuelco. Un zombie vaga por las calles en busca de carne fresca. No es un zombie cualquiera, es grande, con la piel grisacea y llena de cicatrices, y un par de ojos oscuros que nos miran con un hambre voraz.
Anna, me jala hacia un callejón. con una rápidez sorprendente. Buscamos refugio entre los restos de un viejo camión.

-vamos a mantenernos quietas y no hacer ruido -me susurra. Me quedo mirandola directamente a los ojos por la cercanía. Jamás he estado asi de cerca con una chica y no es algo que me desagrade, digo, Anna es una chica muy bonita. Ella mira hacia adelante con nerviosismo.

Podemos ver como el zombie se nos acerca, con movimientos lentos pero impecables. Unos pasos detrás de él, un chico bajito, con cabello negro algo rebelde y vestido con una chaqueta gastada y pantalones rotos, nos mira con curiosidad. Es tan raro que el zombie no los haya visto.

-¡Salgan! ¡Estos bichos no perdonan! -nos grita, haciendo que el zombie se de la vuelta. Me levanto del suelo pero Anna me toma de la ropa. La miro y solo mueve la cabeza hacia los lados.

Escuchamos dos disparos y como algo pesado cae al suelo. El chico respira agitado, sin creerse que ha derrotado al zombie. Anna y yo caminamos hacia él.

-Son afortunadas de que llegara -nos dice y pone un pie sobre la espalda del zombie. Su rostro muestra pura diversión.

-Hubiera acabado con el, si Anna no me hubiera detenido -digo con fastidio. El se cruza de brazos, mirándome con una ceja levantada.

-Creo que no ibas a hacer mucho -se ríe haciendo que rodee los ojos.

-Como sea, tenemos que seguir nuestro camino -digo mirando a mi compañera, quien parece aguantar la risa. Tomo su mano con el objetivo de irnos

-Puedo acompañarlos, tal vez serles de ayuda en el camino -el me mira buscando mi aprobación. Tengo que ser sincera, si no fuera por el, hubiéramos sido la presa de ese zombie.

-Entonces vamos, pero sólo habla lo necesario -quería seguir mi camino con Anna, tranquilas y abriéndonos pasos por entre los zombies, pero otro compañero, nos vendría bien

Comenzamos a caminar por toda la calle viendo al chico configurar sus auriculares a un tipo de reproductor de CD que lleva en su mochila.

-¿Tienes muchos discos de esos? -le pregunto mientras cruzamos la calle central, la calle más transitada de la ciudad.

-Musica 80's , 90's y de los 2000's -dice dando pequeñas palmadas en su mochila.

-¿Entonces tienes de Cindy Lauper? -dice Anna mientras toma mi mano. Su tacto es demasiado suave, hace que me quede rígida mientras caminamos. Entrelazamos nuestros dedos lentamente, entregándonos la calidez de nuestros cuerpos.

-Solo algunas canciones -el chico se coloca los auriculares y mete las manos en sus bolsillos para seguir caminando.

—¿Y cual es tu nombre? —le pregunto mientras veo el hospital a tres calles de nosotros.

—Navek —responde mirando hacia el frente. El cabello le cae sobre los ojos y lo echa hacia atrás.

—Soy Anna, ella es Laura —dice ella mientras solo me mantengo algo inquieta por lo que podría pasar en cuanto lleguemos a ese hospital

La Cacería ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora