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Lisa

La noche se cierne sobre la fábrica abandonada, y el aire es frío y denso. Siento la emoción vibrar en mis venas mientras me acerco a la entrada, mis pasos son silenciosos, pero mi corazón late con fuerza. 

Al llegar, la oscuridad parece cobrar vida. Pero no estoy sola. Un grupo de agentes emerge de las sombras, armados hasta los dientes, con sus miradas frías como el acero. Me apuntan con sus armas, y una sonrisa torcida se dibuja en mi rostro.

—¡Alto! —grita uno de ellos—. Identifícate.

—¿Identificarme? —replico, dejando que la risa oscura brote de mis labios—. No creo que eso sea necesario.

Sin esperar a que reaccionen, dejo que mis garras surjan, brillando como cuchillas bajo la escasa luz de la luna. Me lanzo hacia ellos con una velocidad sobrenatural, y el primer agente ni siquiera tiene tiempo de gritar antes de que lo derribe. Mis garras desgarran su uniforme, y el sabor de su sangre me llena de una euforia salvaje.

Uno tras otro caen, incapaces de anticipar mi furia. Sus gritos se ahogan en la noche mientras me muevo entre ellos como un depredador en su hábitat. La lucha es rápida y brutal; disfruto cada segundo, cada golpe, cada vida que arrebato. Cuando el último agente cae al suelo, sus ojos vacíos me miran con terror.

La fábrica está en silencio, solo el eco de mi risa resuena en el aire. Pero no estoy sola.

Desde las sombras aparece Emma, su figura esbelta iluminada por un rayo de luna que se cuela a través de las rendijas. Su sonrisa es una mezcla de admiración y desafío.

—Vaya, Lisa —dice con un tono burlón—. Te ves bien a pesar de tu… transformación.

—Qué quieres, Emma? ¿Venir a burlarte de mí? Lo que hiciste fue una traición.

—Siempre has sido fuerte, pero ahora… ahora eres algo más. ¿Estás lista para dar el siguiente paso?

—¿El siguiente paso? —pregunto con desprecio—. ¿Y qué hay de mi hermana Laura? ¿La vas a devolverme o seguirás jugando con ella como si fuera un peón?

Su sonrisa se desvanece por un momento, pero rápidamente vuelve a aparecer

—Laura es un recurso valioso. Y tú también lo eres, Lisa.

Me lanzo hacia ella. La rabia y dolor son lo que me impulsa a actuar. Las garras brotan de mis manos mientras me acerco a su rostro

—¡Devuélvemela!

Emma esquiva mi ataque con agilidad, pero puedo ver la sorpresa en sus ojos. Tal vez no esperaba que yo fuera tan rápida. Nos enfrentamos en un intercambio violento; sus movimientos son calculados, pero yo soy puro instinto. La fábrica se convierte en nuestro campo de batalla, y cada golpe resuena en las paredes descascaradas.

—Eres una traidora —grito mientras intento desgarrar su piel—. Siempre lo has sido.

—No soy la única aquí —responde ella con desdén, contraatacando con un puñetazo que me hace tambalear.

Con un movimiento rápido, logro hacerle un corte en el brazo. Ella grita y retrocede, pero no le doy tiempo para recuperarse. Me lanzo hacia ella nuevamente, dispuesta a terminar lo que comenzamos.

Mis garras se preparan para el siguiente ataque, y Emma apenas tiene tiempo de reaccionar. Me lanzo hacia ella con toda mi fuerza, pero de repente siento un pinchazo en mi cuello. Me detengo en seco, confusa, y miro a mi alrededor. Varios hombres han aparecido de la nada, y uno de ellos sostiene una pistola de dardos tranquilizantes.

—¡Malditos cobardes! —gruño, arrancándome el dardo de lo que me queda de piel, pero es demasiado tarde; ya siento el efecto del tranquilizante recorriendo mi cuerpo.

Emma aprovecha mi distracción y me golpea en el rostro, haciéndome tambalear. Intento mantenerme en pie, pero mis piernas empiezan a fallar. Otro dardo me alcanza en el brazo, y luego otro en el cuello. La visión se me nubla, y el mundo comienza a girar.

—¡No... no me detendrán! —intento gritar, pero mi voz suena débil y lejana.

Emma se acerca, su rostro una máscara de satisfacción.

—Dulces sueños, Lisa. Nos veremos cuando despiertes.

Intento lanzarme contra ella una vez más, pero mi cuerpo ya no me responde. Caigo de rodillas, y luego todo se vuelve negro. La última cosa que escucho es la risa de Emma y las voces de los hombres hablando en susurros.

—Laura —murmuro antes de perder la consciencia.

La Cacería ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora