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Laura

Despierto sobresaltada. El sudor frío me empapa la piel y mi respiración se agita con violencia. Siento el corazón latirme con fuerza, como un pájaro a punto de salir volando.

A mi lado, Anna duerme como un bebé, ignorando por completo el estado en el que me encuentro.

La habitación oscura y silenciosa, no es más que un vago recuerdo de la pesadilla. La escena se reproduce en mi mente como una película en bucle, cada imagen más aterradora que la anterior.

Me encontraba en un bosque. El sol se ocultaba tras los árboles. Las sombras se estiraban como dedos que me amenazaban. De pronto, escuché un grito desgarrador. Era la voz de Lisa.

Corri con desesperación por el bosque. La vi atada a un árbol, con ssus ojos llenos de miedo. Unos zombies la rodeaban, sus rostros desfigurados por la putrefacción, sus ojos se encontraban vacíos de cualquier sentimiento humano.

Gritaba mientras intentaba correr hacia ella pero los zombies se abalanzaron sobre mi. Sus manos frías y húmedas me habían agarrado. Sus dientes mordían mi carne con ferocidad.

Puedo sentir el dolor de las mordeduras aún presente. Una extraña sensación recorre todo mi cuerpo. El cuerpo me tiembla sin control. El terror que había sentido en el sueño era tan real que puedo oler el olor a putrefacción que había emanado de los zombies, así como la fría humedad de sus manos.

Me levanto y camino hacia la ventana. Los zombies me esperan ahi fuera. La luna me permite verlos devorarse entre sí. Quiero salir y desquitarme pero será peligroso.

—Laura —escucho a Anna. Me giro hacia ella. La observo frotarse los ojos.

—Perdón por despertarte —me acerco lentamente a ella. Me acuesto sobre la manta. Me coloco de lado solo viéndola. Algunos mechones de cabello le caen sobre su rostro y hacen que se vea más bonita de lo que es

—No te preocupes, me estaba despertando desde que comenzaste a moverte —me sonríe.

—No es bueno dormir conmigo —suelto una pequeña risa, intentando lo de hace un rato aunque sea una tarea imposible.

—¿Tuviste una pesadilla? Te escuché murmurar el nombre de Lisa —lleva una mano a mi mejilla y con su pulgar, acaricia mi piel en círculos y muy suavemente.

Cierro mis ojos. Su tacto tan suave me llena de tranquilidad. Siento como se acerca más a mí y mi rostro queda contra su pecho. Abro los ojos algo confundida.

—Solo abrázame e intenta dormir —me pide con voz suave y delicada.

No tengo otra opción que obedecerla. Los ojos se me humedecen ya que algo parecido hacia Lisa cuando me daba miedo dormir sola. Me abrazo a ella, acomodando mi rostro en su pecho. El calor y el confort que me brinda, es solo inigualable. Es un verdadero pecado el apartarme de ella.

°°°°

7:30 am

Abro mis ojos lentamente sintiendo sus brazos aún rodearme. Siento un fuerte grito y ambas nos levantamos  alarmadas. En el pasillo hay un zombie, al cual papá golpea en la cabeza varias veces hasta romperla. Me acerco a él. El ser desprende un hedor nauseabundo que hace que tape mi nariz

—¿Cómo entró? —le pregunto a papá. Él mira al zombie con atención, como asegurándose de que este muerto.

—Habia abierto la puerta trasera para botar la basura y me atacó de repente. No pude pararlo en ese momento —suspira mientras nos echa una mirada. Tiene cabello negro y algunas arrugas en todo su rostro. Sus ojos marrones parecen cansados.

La Cacería ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora