𝟏𝟒

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𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐥𝐞𝐯𝐞 𝐦𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐮𝐬𝐨 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥, 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬.











-¿Queres que lo haga Mati?- susurro Enzo, sin dejar de observarle a Matías.

Matías solo le quedó mirando, dedicándole la mirada más deseosa y excitadora que había visto en su vida.

Enzo no tendría piedad.









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Las montañas que se asomaban en la ventana de la habitación del hotel, eran testigos de uno de los actos mas humanos y sincero que alguien podría presenciar.

Era testigo de lo especial que era el momento.

De lo real que era el momento.

-E-enzo....- gemía, suplicaba Matías, al sentir como Enzo manoseaba todo su miembro, en como la mano que sentía en su cadera empezaba a moverse por toda su zona, en como sus propias manos alborotaban todo el cabello de Enzo.

Estaba totalmente caliente.

-Dime chiquito... ¿realmente queres que lo haga?....- Enzo le pregunto, aun estando en medio de las piernas de Matías, manoseando toda su parte intima, observándolo con esa mirada totalmente ardiente, delicada, oscura, con deseo.

Deseo de hacerlo suyo.

-Enzo no me hagas esto....- Decía Matías suplicantemente, su voz al borde del colapso y agudeza, transmitía pasión y lujuria, Enzo era el único que podría y podía, ver la faceta mas sumisa que existía en Matías.

-Me haz hecho sufrir demasiado chiquito, me haz torturado tanto tiempo, me la vas a cobrar muy caro, ¿Lo sabes, no?-

Cada palabra que salía de boca de Enzo, la mano de este exploraba todo el cadera, cintura y pecho de Matías, la otra permanecía en el miembro del menor, acariciando, manoseando, con rudeza pero sin perder el toque de delicadeza, sentía la sensibilidad que estaba exponiendo de Matías.

Estaba volviéndose loco en querer volverlo suyo ahora ya.

Ahora ya.

-Enz- A-ah!- gimió fuertemente el sentir como Enzo succionaba la piel de su cadera, mientras bajaba el pantalón de piyama que Matías tenia, bajo lentamente hasta que la piyama llego hasta las rodillas, sintió como algo era liberado de esos pantalones.

O algo así.

Retiro su boca de la cadera después de haberse encargado de dejar la marca mas exquisita de su vida, observó a Matías de pies a cabeza.

-¿Así que dormís en bóxer con diseños de Marvel?..- Pregunto divertidamente Enzo, haciendo que Matías sintiera vergüenza, colorándolo.

-Cállate...- Dijo mientras colocaba su antebrazo en su rostro, intentando cubrir sus mejillas sonrojadas por la vergüenza.

Sonrojadas por el momento intenso que estaba viviendo.

Enzo río levemente.

"Adorable" pensó.

Beso con delicadeza toda la zona, dejando besos tiernos, dejando besos suaves, dejando esos besos que en el Fondo sabes, que son con amor.

Finalizó los besos en la cadera de Matías, dejo sus manos en ella, posicionandose mejor entre sus piernas, quedaron cara a cara, se tomó el tiempo de observarlo.

Los días de la montaña. -𝐌𝐚𝐭𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora