Árbol

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Las personas son como los árboles. Cuanto más envejecen, más profundas se vuelven sus raíces y más grande su pasado. Sus ramas se alzan altas, extensas y amplias, reflejando las vivencias, sueños y metas que han acumulado con el tiempo. Sin embargo, no todos los árboles llegan a ser viejos. Algunos son cortados antes de tiempo, mientras que otros pierden ramas, igual que las personas que ven truncados sus sueños o no logran alcanzar sus metas.

En el jardín de la fraternidad Alpha Delta Giorno, había un viejo árbol que todos conocían como el árbol de la sabiduría. Había sido testigo de innumerables risas, llantos, confesiones y secretos compartidos bajo su sombra. Sus raíces profundas y firmes eran un recordatorio de la estabilidad y el apoyo que ofrecía a todos los que se acercaban a él en busca de consuelo.

Bradley había pasado muchas tardes bajo ese árbol, reflexionando sobre su vida y sus sentimientos. Ahora, después del tumultuoso enfrentamiento con Max, se encontraba allí de nuevo, buscando respuestas en la serenidad del entorno.

Las lágrimas aún caían por sus mejillas mientras recordaba las palabras de Max. El dolor y la confusión eran casi insoportables, pero el apoyo de Adam y Nathaniel le daba la fuerza que necesitaba para enfrentar sus emociones.

Adam y Nathaniel, fieles amigos, se sentaron junto a Bradley, ofreciéndole su presencia y comprensión. Adam, con su típica actitud protectora, se aseguró de que Bradley supiera que no estaba solo.

-Las raíces de este árbol son profundas, ¿sabes?- dijo Adam, rompiendo el silencio.

-Ha soportado tormentas y tiempos difíciles, pero sigue aquí, fuerte y firme- Nathaniel asintió, mirando las ramas que se extendían hacia el cielo.

-Es como nosotros, Bradley. A veces la vida nos golpea, pero tenemos que mantenernos firmes y apoyarnos en nuestras raíces, en las personas que nos quieren y en nuestros propios valores- Bradley, escuchando las palabras de sus amigos, comenzó a sentirse un poco más ligero.

Sabía que el camino hacia la sanación no sería fácil, pero también sabía que tenía amigos que estarían allí para él, sin importar las circunstancias.

Desde la distancia, Max observaba la escena con el corazón pesado. Sabía que había causado mucho dolor, tanto a Bradley como a sí mismo. Ver a Bradley encontrar consuelo en Adam y Nathaniel le daba una pequeña esperanza de que, con el tiempo, podría encontrar una manera de enmendar sus errores y enfrentarse a la bestia en su interior.

Max se alejaba lentamente del jardín, decidido a trabajar en sí mismo y en sus sentimientos. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero también sabía que podía encontrar la fuerza para crecer y sanar, incluso después de haber perdido algunas ramas en el proceso.

La fraternidad Alpha Delta Giorno continuaba con su bullicio, pero en ese rincón tranquilo del jardín, tres amigos encontraron un momento de paz y reflexión bajo las antiguas ramas de un árbol sabio.

La universidad siempre estaba llena de actividades, y una de las más esperadas era la presentación de teatro musical al aire libre que se realizaba en el pequeño teatro callejero de la explanada central. Los estudiantes se preparaban con entusiasmo, y Adam era uno de ellos, aunque había insistido en que Bradley y Nathaniel no asistieran.

-No quiero que se burlen de mí, siempre que hablo de esto hacen burla, asi que no- los- quiero- ahí- había dicho Adam con seriedad, aunque Nathaniel sabía que su talento era evidente y digno de admiración, no replicó porque su conocimiento de ese hecho era un secreto.

Sin embargo, decidió ignorar la petición de Adam. Sabía que Bradley necesitaba un poco de distracción y quizás una nueva perspectiva. Así que, a escondidas, llevó a Bradley al teatro.

31 dias MaxLeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora