Quemar

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¿Cuánto puede quemarte el alma, el dolor y la desolación? ¿Qué pasa cuando alguien que creías conocer es quien enciende ese fogón cuyo propósito es quemar todo lo que has construido? Las respuestas a esas preguntas eran algo que Bradley nunca hubiera querido saber. Tal vez debió preverlo desde el comienzo, él no era ni por asomo la persona adecuada para Max, pero una parte de él se engañaba con dulces mentiras.

Quiero volver atrás
Recordar quién fui ayer
Mirarme al espejo
Y recordar quién soy

Bradley estaba sentado en su habitación, con la mirada perdida en el espejo. Las palabras de la canción resonaban en su mente, cada verso tocando una fibra sensible de su ser. Recordaba cómo solía ser antes de conocer a Max, antes de que todo se volviera tan complicado y doloroso. Se preguntaba si alguna vez podría volver a ser ese chico.

La noche anterior había salido con sus amigos al Bean Scene. El ambiente le recordaba a los días más simples, cuando sus preocupaciones eran mínimas y la vida parecía más fácil. Había algo en la sencillez de ese lugar que le daba una sensación de consuelo, aunque fuera momentánea. Pero la sensación de quemazón en su pecho no desaparecía, un recordatorio constante del dolor que llevaba dentro.

El café y la universidad habían sido su escape temporal, un intento desesperado de apagar las llamas que ardían dentro de él. Pero por más que bebiera café, comiera algún postre o se hundiera en deberes, la tristeza seguía ahí, incólume. La imagen de Max no se desvanecía, y cada pensamiento de él era como un puñal que se clavaba más y más profundo.

El sabor amargo del expreso todavía estaba en su boca, y Bradley se dio cuenta de que no podía silenciar su dolor. Sentía como si cada respiro hubiera contribuido a avivar el fuego que quemaba su alma.

Se puso de pie y se acercó al espejo, mirando su reflejo con ojos cansados. No odiaba a Max, ni siquiera su situación. Lo que odiaba era la insatisfacción constante, el vacío que lo consumía. Se había dado cuenta de que, a pesar de todo, quería ver a Max una vez más, aunque solo fuera para obtener respuestas, para entender por qué todo había salido tan mal.

Los recuerdos del pasado lo perseguían. Los momentos felices con Max se mezclaban con las discusiones y el dolor. Las palabras hirientes y los gestos de cariño formaban un torbellino que lo mantenía atrapado en un ciclo de esperanza y desesperación.

En ese momento, decidió que no podía seguir así. No podía dejar que el dolor lo consumiera por completo. Sabía que tenía que enfrentarse a Max, no solo para obtener respuestas, sino para encontrar la manera de cerrar esa herida y seguir adelante con su vida. Pero imagino que quieren saber cómo llegamos a este punto, bueno, retrocederemos algo en el tiempo, para aclarar esta duda.

Después de la charla con Bobby, Max se dio cuenta de que no quería seguir siendo así. No quería permitir que su corazón vagara entre Bradley, Roxanne y Adam. Además, ahora había alguien más, una encantadora chica llamada Mona. Si la miraba detenidamente, veía en ella el equilibrio y la combinación perfecta entre Roxanne y Bradley. Quería conocerla más, tal vez ella era la solución a todo su problema.

Fue así como Max comenzó a volcar su atención en Mona, dejando de lado al resto, incluso a sus amigos. Cancelaba planes y salidas con ellos para pasar tiempo solo con Mona. Esta nueva dinámica no pasó desapercibida para Bradley, quien sentía cómo Max se alejaba cada vez más.

Una tarde, Bradley decidió confrontar a Max. Lo encontró en el campus, caminando hacia la biblioteca.

-Max, ¿podemos hablar?- dijo Bradley, deteniéndose frente a él. Max lo miró con una mezcla de sorpresa y fastidio.

-¿Qué quieres, Bradley?- gruñó hacia él como si fuera algo molesto con lo que lidiar.

-¿Qué quiero? ¿De verdad tienes que preguntar? ¿Quiero saber que pasa? ¿Está todo bien contigo? Desde que Mona apareció, has dejado de lado a todos. Cancelas planes, te alejas de nosotros... de mí- susurro lo último mientras su mirada decaia tímidamente viendo a Max, el cual se cruzó de brazos, su rostro endurecido.

31 dias MaxLeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora