Empezar de cero. || TERMINADA

Capítulo 10.

POV CAROL

Ann se pasó un buen rato llorando en mi hombro mientras yo intentaba calmarla. Una vez conseguido, las dos nos acomodamos en su cama y empezamos a hablar.

— Quería hablar contigo de una cosa, pero después de esto prefiero que lo que te iba a decir lo guardemos para después, porque ahora quiero que me expliques algo que ha soltado Derek.

— ¿Qué quieres que te explique? —me dijo un poco seca.

— Ha dicho algo de acoso, y tenía que ver contigo. ¿A qué se refería? —antes de responder, me miró fijamente, asintiendo a la vez.

— Es largo y fue hace tiempo.

— No te voy a juzgar, puedes estar tranquila.

— Empezó en el instituto. Me cambié al acabar la Primaria y me tocó ser la nueva... y la rara. Los primeros meses del primer curso estaba sola, pensé que era normal. La gente aún no me conocía y sabía que iba a necesitar un tiempo para integrarme. Pero no fue así. Sólo entrar en algún lugar del insti o pasearme por allí la gente se reía de mí y me insultaba sin motivos: «imbécil», «miedica», «no vales para nada», «nadie te quiere», entre otras cosas. A ello se sumaron golpes de algunos chicos que según ellos «había sido sin querer». Me convertí en la burla de todo el instituto. No me atreví a contárselo a nadie pero Derek se enteró. Tanto él como Álvaro intentaban ayudarme pero yo sentía que aquello era un problema mío y que tenía que solucionarlo yo sola, así que les ocultaba muchas cosas. Hasta que llegó el día en el que la gota colmó el vaso. Fueron las burlas de unas chicas de mi clase, colgando montajes de fotos mías por todas las paredes, y algunos golpes del equipo de balonmano al usarme como "balón". Llegué a mi casa llena de ira y tristeza. Empecé a tirar al suelo con rabia todas las cosas que se ponían por mi camino. Me derrumbé y acabé llorando en mitad del salón. Sentí que la gente tenía razón, que no servía para nada, era una miedica y nadie me quería. No le encontraba salida a aquel infierno, había vivido los peores tres años de mi vida y sentía que debía acabar con ello. Sólo era un estorbo, en el instituto sobraba, y les estaba arruinando la vida a Derek y Álvaro. Y entonces lo vi, vi que lo mejor era acabar con ello. Me fui al baño y cogí la cuchilla, apreté en ambos brazos, y tardé creo que 10 segundos en caer al suelo. Lo siguiente que recuerdo es despertarme en la cama del hospital con Derek y Álvaro al lado. Allí estuve dos meses, los médicos decían que tenía un trastorno de la personalidad y que ellos no podían curar eso, así que me ingresaron en un psiquiatra. Estuve rodeada de locos y sentía que yo también me iba a volver como ellos. Pero cedieron a sacarme de allí tras las suplicas de Derek y Álvaro de que ellos se encargarían bien de mí. Me llevaron a vivir a su casa y el último curso lo hice por clases en casa. Mejoré muchísimo aunque seguía teniendo miedo a socializarme, por así decirlo, hasta que te conocí. Cuando te vi sentí que contigo toda mi vida iba a cambiar por completo y gracias a ti he mejorado muchísimo.

— N-n-nunca me habría imaginado esto... Lo pasaste muy mal, lo siento.—la abracé super fuerte.— Y ¿sabes? Me sorprende el hecho de que no me hubiera imaginado esto de ti, porque cuando te conocí estabas súper alegre, y no sé, cuesta creerlo.

— Ya, bueno, siempre intento estar así. Y la que lo siente soy yo, tendría que habértelo contado antes, pero no sabía cómo.

— Me alegro mucho, de verdad, y también me alegra ver que los dos te quieren y se preocupan por ti, fueron tu gran apoyo.

— Gracias, y sí, lo fueron. Aunque aún sigo lamentando todo, y sintiéndome un poco culpable porque ellos lo pasaban mal por mí y cada vez era peor.

— Eso es normal, yo también viví años difíciles. Mira, cuando llegué a primero de Bachillerato, también fui la nueva. Los primeros días era el centro de atención, era más o menos como tú, la nueva que recibía risas y burlas; pero un día me dio un venazo un tanto salvaje y le disloqué el brazo derecho a un chico que se burló de mí cuando yo pasaba por delante suyo, y a partir de ese día me gané el respeto de mucha gente y ya casi no me decían nada.