Capítulo 1.

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POV CAROL

— ¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos Carol, cumpleaños feliz! —los aplausos invadieron ese local como si del final de una obra de teatro se tratase.

— Gracias, en serio, os quiero. —emocionada, fui dándole las gracias a cada uno de los que se encontraban allí.

[ ... ]

— No me lo dices de verdad, me estás tomando el pelo, ¿no?

— No, es en serio. Me voy mañana a primera hora de la tarde. —dicho eso, se puso a llorar en mi hombro, abrazándome fuerte.

— Si te vas, ¿qué haré yo sin ti? Aún no me lo creo.

— No te pasará nada, tienes muchos amigos y amigas, y podremos seguir en contacto, eso ni lo dudes.

— No será lo mismo verte a través de una pantalla o otra cosa. Te voy a echar mucho de menos.

— Y yo también a ti. Aunque siempre te puedes venir unos días, yo te adopto. —le sonreí.

Nos abrazamos. La invité a dormir, ya que era nuestra última noche juntas y bueno, lo veía justo. Por la tarde me ayudó a hacer las maletas y por la noche nos pusimos a hablar en mi cama.

— Mañana te acompañaré al aeropuerto y todo. Eso que te quede claro.

— Perfecto. Es más, te lo iba a pedir.

Esther siempre fue mi mejor amiga, aunque yo la consideraba esa hermana que nunca tuve. Nos conocimos en parvulario y aquí seguimos, con el mismo retraso, pero queriéndonos a más no poder.

[ ... ]

— Adiós cariño. Cuídate mucho. En tu bolso te he dejado un papel con la dirección de tus padres y algo más. Dales recuerdos de mi parte y que vaya todo bien.

— Gracias tío. Te echaré de menos. Y cuidado con tu mujer, eh. —los dos reímos y nos abrazamos.

Cuando ellos se fueron, me giré y ahí estaban Esther y Daniel, su novio y mi mejor amigo.

Me acerqué a Dani y le di un abrazo muy fuerte. Lo echaría mucho de menos. Le dije que cuidara bien de Esther y me sonrió. Cuando acabé con él, se apartó un poco, dejándonos a ella y a mí a solas.

— Prométeme que algún día vendrás a vernos. Y que me vas a traer mucha ropa. —a eso último me reí pero se lo prometí igual.— Adiós Carol. —nos fundimos en el abrazo de nuestras vidas, y acabamos llorando, nos costaría mucho estar separadas.

— Adiós a los dos.

Les miré por última vez y me fui a coger mi avión, el avión que me llevaría dónde mi vida empezó y dónde iba a continuar, pero de una forma totalmente diferente.

Próximo destino: Nueva York.

Empezar de cero. || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora