Capítulo 15.

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POV CAROL

Will nos llevó a pasar el día en Central Park. La verdad es que me gustó la idea, la primera vez que vine me gustó mucho y para pasar un rato está muy bien.

Estábamos paseando y hablando tranquila y animadamente cuando Ann se paró, y se quedó mirando hacia delante y con la mirada perdida, con lágrimas en los ojos que amenazaban por salir pronto.

— Eh, Ann, ¿qué te ocurre? —le pregunté preocupada.

— Aquí, Carol, aquí... —decía mirándome.

— ¿Aquí... Qué?

— Mira. —me señaló dónde estaba mirando segundos atrás.— ¿Te acuerdas?

No sabía de qué me estaba hablando. Intenté hacer memoria mirando hacia los hermosos tulipanes blancos y azules al lado de un precioso cerezo florido. Y entonces caí, ya sabía a lo que se refería Ann...

— Oh, ya me acuerdo... —la miré, y con la mirada nos entendimos las dos.

— Chicas, ¿qué os pasa? —preguntó Álvaro sin entender nada, tal y como Will estaba también.

— Aquí... Aquí conocí a Ann, aquí Derek me la presentó y aquí empezamos esta intensa amistad, con los dos... Dios, qué recuerdos, hace mucho de eso, pero tampoco está tan lejos...

— Ay Dios mío, estas chicas no van a parar de pensar en el tema. —dijo Will mientras se llevaba una mano a la cabeza en signo de desesperación.— Álvaro, dime que tú no estás pensando en eso también, por favor.

— Mmm... —se quedó pensando un rato mientras Ann y yo los mirábamos un poco deprimidas por lo ocurrido hace unos segundos.— ¡Ya sé! ¡Vamos, venid!

Empezamos a seguirle un poco sin ganas, hasta llegar al lago que había en medio del parque.

— ¿Y bien? —preguntó Will.

— ¿Nunca habéis atravesado el lago en barca? El truco está en que para moverte con la barca tienes que tirar tú de esa cuerda, muy fácil.

— Es que yo y el agua como que no nos llevamos muy bien... —comentó Ann mirando de reojo al lago.

- Ya, como con las alturas, no eres muy sociable eh. —Álvaro la miró para ver su reacción ante ese comentario, y no fue otra que sacarle la lengua y mirarle de mala gana.

— Bueno, vamos nosotros primero y así veis como se hace, ¿vale? —dijo Will.— Vamos tío. —Álvaro y él se montaron en la barca y empezaron a empujarse con ayuda de la cuerda. Se veía que la barca se tambaleaba mucho, pero en menos de diez minutos ya habían llegado al otro lado.

— ¡Os toca! —gritó Will desde el otro lado.

Ann y yo miramos la barca con intenciones de echarnos atrás y dejarlos allí tirados, pero la verdad es que me moría de curiosidad por saber cómo iba eso. Aunque Ann no parecía estar convencida del todo.

— Yo sigo sin ver claro esto. —comentó sujetándose a la cuerda.

— Tú solo tira, no será tan difícil, digo yo. —contesté.

La cosa pintaba bien, casi íbamos por la mitad del camino y parecía que íbamos a llegar a la otra orilla con facilidad. Pero no conté con mi maravilloso y torpe equilibrio, por culpa del cual acabamos las dos en el agua.

— ¿A eso lo llamáis equilibrio? —gritó Will mientras se reía. Ann y yo seguíamos en el agua intentando acercarnos a la barca.— Venga, venga, que ya estáis más cerca.— Will seguía riéndose, pero la verdad es que yo estaba más cerca de la orilla que de la barca.

Empezar de cero. || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora