Capítulo 25.

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POV ANN

Estamos a nada de mis 19, y cuando digo 'mis 19' digo los 19 años de Carol y yo, os recuerdo que somos gemelas, y si la memoria no me falla, en el cole me enseñaron que los gemelos nacen el mismo día con minutos de diferencia. Sí, lo sé, se nota que atendía en clase de Ciencias.

- Enana, que en tres días es nuestro decimonoveno cumpleaños. ¡Yuhuuu!

- ¿Cómo que enana? ¡Si somos gemelas!

- Sí, pero yo nací antes que tú, por lo que soy la mayor, yeah.

- Por unos minutos, qué rabia.

- Ahora que lo pienso, también hará un año que me vine aquí dejándolo todo atrás y que conocí a Derek, aw.

- Oh, qué bonito - dije con cierto sarcasmo, aunque me alegraba por ello igual -. Por cierto, ¿has hablado con tus amigos de allí?

- Qué va. No los considero amigos ya, los dejé atrás y creo que es lo mejor que pude hacer.

- ¿Por qué, qué paso?

- Cuando me vine, recibí un mensaje de mi ex-novio, Jason. Todo acabó mal entre nosotros, pero al enterarse de que me iba a la otra punta del océano y que no sabía si iba a volver, se puso en contacto conmigo pidiendome perdón por todo, que se arrepentía, que entiendía que no quise volver con él, que siempre seré un antes y un después en su vida y que si al menos podíamos quedar como amigos. Yo acepté, sus palabras parecían sinceras y cuando Jason se ponía ñoño o cursi sabía que lo hacia de corazón aunque estuviera molesto consigo mismo. Entonces a partir de ahí empezamos a hablar como lo hacíamos antes de salir juntos, nos íbamos contando la vida y todo eso y un día pues...

- ¿Qué tiene que ver ese Jason con tus 'amigos'? - la interrumpí, la impaciencia podía conmigo.

- A eso iba ahora, impaciente - me miró mal, y yo sólo pude (intentar) poner la cara de la luna oscura del whatsapp, lo que hizo que ella se echase a reír -. Bueno, a lo que iba. Un día me contó que Esther, la que era mi mejor amiga hasta entonces, había estado hablando mal de mí a mis espaldas, criticándome junto a los más populares, como que era una falsa y que sólo pensé en mí a la hora de venir aquí y que al final pensaba que era lo mejor para ella. Eso me hizo ponerme como una furia, y la bloqueé en todas las redes sociales y la eliminé de mi vida. También me contó que Dani, mi mejor amigo y su novio en esos momentos, la dejó porque estaba siendo injusta y ahí se quedó todo.

- ¿Y con Dani te hablas?

- Sí, sí, con él sí, de vez en cuando pero con él todo bien.

Esa tarde decidimos quedarnos las dos en casa cuidando a Nate, no nos apetecía salir, pues se estaba mejor en casa que en la calle con ese calor insoportable, se notaba un poco bastante que ya estábamos en junio. Mientras, Derek y Álvaro estaban haciendo algo para no se qué, no sé, no me acuerdo ni tampoco dieron muchos detalles.

- Carol, ¿qué te apetece hacer para nuestro cumpleaños? Es que me acabo de acordar de la conversación de antes y pues eso.

- No sé, no tengo nada pensado, salvo estar en família; teniendo a Nate... No quiero dejarlo a nadie para irme de fiesta por ahí.

- Ya, es cierto. Pues hablamos con los chicos a ver si nos dan ideas y a ver qué hacemos.

- Perfecto.

Pusimos una comedia de Adam Sandler, el rey de este tipo de películas para las dos. No llevábamos ni media película cuando estábamos llorando de la risa, tanta que tuve que ir al lavabo a mear. Sí, soy muy fina al decir esto, y qué. Justo cuando salía del baño, entraron Derek y Álvaro con dos bolsas de comida.

- ¿Quién quiere cenar? - preguntó Álvaro quitando todo de las bolsas y poniéndolo en la mesa.

- ¿Habéis ido al McDonald's a comprar la cena? ¡Pero si acabo de hacer verdura!

Todos nos miramos a Carol seriamente, con una ceja levantada. ¿Nos estaba tomando el pelo, verdad? ¡A quién se le ocurría hacer verdura para cenar cuando los chicos habían traído comida del mejor restraurante de comida rápida del mundo? A Carol, claro. Vale, estoy exagerando un poco, ¡pero es que no quiero verdura, yo quiero McDonald's! Bueno, cuando digo 'yo quiero' digo 'queremos', porque parecía ser que Álv y Derek pensaban lo mismo que yo.

- Dale la verdura al perro - le respondió Álv.

- No tenemos perro - Carol puso los ojos en Blanco.

- ¡Pues da igual! Sister, te quiero, pero lo de ser madre parece que te ha afectado a la cabeza.

- Vale, vale, lo pillo - miró de reojo y comenzamos a cenar.

- ¿Tenéis planeado hacer algo por vuestro cumpleaños? - preguntó Álvaro.

- La verdad es que no, lo hemos estado hablando antes - respondí.

- No me apetece irme de fiesta y dejar solo a Nate - comentó Carol.

- Lo que vosotras decidáis, es vuestro día - contestó Derek.

Después de cenar los chicos recogieron la mesa, Carol fue a acostar a Nate y yo mientras rebuscaba en la caja de las películas a ver cuál me convencía. ¡Esta! La saga Divergente siempre fue mi favorita, la última la acaban de estrenar en el cine y todavía no he visto Insurgente, que es la segunda, y esta es una buena excusa para verla. Nos acomodamos en el sofá y le dimos al play. Me encanta esta saga, es increíble, estoy deseando ir a ver la última, quiero ir ya de ya .

- Bueno chicas, nosotros nos vamos yendo, que mañana tenemos que trabajar - Derek miró a Álvaro.

- Pero Derek, tú no trabajas...

- Lo decía por Álvaro... - ¿me lo pareció a mí o Derek puso énfasis en el nombre del chico?

- Esto... Ann, ¿puedo hablar contigo un momento? - preguntó Álvaro.

- Claro - fuimos hacia mi habitación y cerró la puerta -. ¿No me irás a violar, verdad? - le pregunté riendo.

- No, no - soltó una carcajada -. Yo... Eh... Quería darte algo - se rascó la nuca y sacó un sobre del bolsillo de sus vaqueros -. Feliz cumpleaños pequeña - me dijo con una sonrisa.

- Pero si aún faltan unos días... - le dije confundida.

- Calla y no me estropees esto - dijo riendo.

Abrí el sobre y dentro había dos billetes de avión con destino a Roma. Lo releí un par de veces porque no me lo creía.

- ¡Gracias, gracias, gracias! - me lancé a su cuello y le besé -. Te quiero.

- Y yo a ti, aunque la sorpresa no está completa todavía - sonrió picarón, pero no quiso decirme nada más.

Álvaro volvió al salón y se fue con Derek. Carol estaba de pie observando un papel en sus manos. Me miró y ambas supimos lo que había pasado. Ella levantó la mano y pude ver dos billetes de avión en los que se leía Roma y en los que estaban apuntados el nombre de Derek y Carol. Yo hice el mismo gesto y en dos milisegundos comenzamos a saltar y a gritar como unas locas hasta que las lágrimas comenzaron a bajar por mi mejilla. Después de tantos años esperando esto, por fin podía cumplir uno de mis sueños.

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Espero que les haya gustado.

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- Jud xx

Empezar de cero. || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora