Capítulo 12.

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POV CAROL

12:49 am.

Me despierto en el sofá sin saber cómo narices he llegado hasta aquí. Lo último que recuerdo fue irme, coger un taxi hasta casa y... que un hombre me ayudara hasta llegar, alguien que me resultó conocido...

Miré a mi alrededor y luego me miré a mí: Ann estaba dormida como una marmota en el otro sofá, aún con la ropa de ayer puesta, lo mismo que yo.

Me dolía un poco la cabeza, y cuando digo un poco, digo un poco bastante. Decidí darme una ducha de agua fría para aliviar el calor y el dolor y quedarme más relajada. Me quité la ropa y la dejé encima de la cama, cogí una camiseta de manga corta y un pantalón corto para estar por casa. Fui al baño, cerré la puerta, dejé la ropa en el lavamanos y me metí en la ducha una vez desnuda. Abrí el grifo y dejé que el agua recorriera mi cuerpo, realmente lo necesitaba. Una vez terminé la ducha, salí, me vestí y me fui a poner una lavadora, incluyendo mi ropa de anoche.

Volví al salón y Ann se estaba despertando.

— Buenos días, marmota. —le dije.

— Oh, cállate, me duele demasiado la cabeza como para reírme. —y entonces reímos las dos.

— Date una ducha, yo lo acabo de hacer y me siento casi como nueva.

— Está bien, ahora vuelvo.

Ann se fue a buscar su ropa y aproveché antes de que entrara en el baño para ir a buscar un Paracetamol para el dolor de cabeza que me quedaba por eliminar. Después, cogí el teléfono de casa y llamé a la pizzería y pedí una familiar para las dos.

A los 20 minutos, llegó, y a la vez Ann apareció por el salón.

— ¿Has pedido pizza?

— Sí, me daba pereza cocinar. —le contesté riendo.

Mientras comíamos, le pregunté una duda que tenía desde que me había despertado.

— Ann, ¿tú viste un hombre ayer? Es que recuerdo a un hombre que me ayudó a subir hasta casa, y me suena su cara, pero no sé quién es.

— A mí también me acompañó hasta la puerta, y la cara me resulta haberla visto, pero tampoco caigo en quién podría ser.

— Bueno, ya veremos si se nos ocurre o si nos acordamos.

[ ... ]

— ¡Qué ganas tengo de volver a ir de compras! Hace años que no voy.

— Yo también. —reí.— Venga, vámonos. —dije cerrando la puerta del portal.

— ¡Carol! —alguien dijo mi nombre, me giré hacia dónde escuché la voz y me encontré a Matt, quién parecía haber salido a correr.

— ¡Matt, hola! —lo saludé, y me acerqué para darle dos besos.— Ella es Ann, mi amiga y compañera de piso.

— Hola Matt, es un placer conocerte.

— Encantado. Y bueno, chicas, ¿cómo habéis pasado la noche?

— Con un dolor de cabeza horrible.

— No me extraña, vaya borrachera teníais anoche, las dos.

Me quedé sorprendida por lo que Matt dijo, y pude ver que Ann se quedó de la misma forma.

— ¿Cómo lo sabes?

— Las dos me pedisteis que os ayudara a subir las escaleras hasta la puerta de vuestro piso. —contestó riéndose.

— ¿Fuiste tú? —asintió.

Empezar de cero. || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora