Empezar de cero. || TERMINADA

Capítulo 7.

POV ANN

Carol había quedado con mi hermano y yo estaba sola en casa. Empezaba a pensar que a pesar de haberme mudado iba a seguir viendo a mi hermano muy a menudo. Carol me caía bien, hacía tiempo que no tenía una amiga en condiciones y tenía el presentimiento de que íbamos a llevarnos muy, muy bien.

Había algo claro, nuestro sofá era muy cómodo. Llevaba ahí toda la tarde, el cuenco de palomitas y la película de "Last Song" no podían faltar. Sin duda, era y es mi película favorita.
¿Por qué no existen hombres así en la vida real? Oh, Liam Hemsworth, ¿qué has hecho en mí?

Llamaron a la puerta y me levanté a abrir, seguramente sería Carol porque se habría olvidado algo. Me levanté a abrir y, para mi sorpresa, no era ella.

— Hawaiana, si no me equivoco, ¿verdad?

— No, no te equivocas. —solté una carcajada.

— ¿Puedo pasar?

— Claro. —me aparté de la puerta y dejé que Álvaro entrase. Este chico cada día me sorprendía más.— ¿Y esto?

— Un pajarito me ha chivado que estabas sola en casa y que te vendría bien distraerte después de todo.

— La verdad es que un poco sí, pero no tienes por qué preocuparte, estoy bien. —dije riendo, y Álvaro me dedicó una bonita sonrisa mirando al suelo.

— ¿Se lo has contado a Carol? —dejó la pizza en la mesa y se acercó a mí.

— No... —agaché la cabeza y mantuve la mirada en el suelo. Álvaro agarró mi mejilla con su mano y con la otra recogió un mechón de pelo que me caía por delante.

— No voy a ser yo quien te presione, pero creo que lo mejor es que se lo cuentes. Tarde o temprano, pero hazlo. —sonrió y me dio un beso en la frente. Este hombre era lo mejor que podía haberse puesto en mi camino. Mi hermano siempre estaba ahí para lo que necesitase, pero Álvaro... Era Álvaro.

— Bueno, no vayamos a revolver el pasado, por favor. —me sequé una lágrima y le miré.— ¡La pizza se va a enfriar y tú ahí mirando! No vas por buen camino, Gango. —rió y nos sentamos en el sofá.

La película terminó justo cuando nosotros terminábamos con aquella enorme pizza.

— ¿Te vas a dormir ya? ¿En serio? —Álvaro sacudió mi cabeza mientras se reía. Me levanté cabreada y le pegué con el cojín.

— ¡Tú... Aquí... Sobras! Es mi hora de dormir. —volví a acurrucarme en el sofá.

— Me iría encantado señorita, pero tu hermano me ha pedido que no pase por el piso hasta por lo menos las 8 de la mañana. —él sólo se reía de mí y de mi cara; normal, tendría que ser un cuadro en ese momento.

Mi hermano y Álvaro se conocieron de la misma manera que nos hemos conocido Carol y yo. Ambos buscaban un piso para compartir cuando tenían que empezar la carrera y el destino los juntó. Ahora ya la han terminado y nos toca a nosotras. Habría sido buena idea que nos hubieran dejado el piso y se hubieran buscado uno cada uno ahora que ya no tienen que estudiar. Pero no. Son unos agarrados y les mola vivir juntos. Cualquiera lo diría...

— ¿Vas a quedarte aquí toda la noche? -pregunté.

— Podemos acortarla un poco. —se levantó del sofá y me tendió la mano.

— ¿Qué haces?

— Vamos a dar un paseo, venga; te llevo al mirador, que dicen que hoy hay bastantes estrellas.

— ¿Vas a llevarme al mirador? ¿En serio? Todo el mundo va allí a lo que va. Ya empiezas a parecerte a los críos de mi clase, por Dios.

— O sea, a los que tienen tú edad. —rió.— Por favor, señorita, ¿por quién me toma? Yo soy todo un caballero. Además, ya deberías conocer la ley esa de que las hermanas de los amigos no se tocan. —guiñó un ojo.

— Uy, pues por si acaso me quedo aquí con mi verdadero amor: Liam, tú siempre serás el único.

Álvaro rió y se acercó a mí. Apagó la tele y tiró de mi brazo hasta la puerta. Cerré con llave y bajamos hasta el aparcamiento.

— ¿La moto? —nos montamos y me dio un casco.

— ¿Te da miedo o qué? —me preguntó en un tono divertido.

— Noooo.... No... Que va. —negué con la cabeza.

— Estás siendo irónica. —rió.

— ¿Yo? Jamás.

— Sigues siendo irónica.

— Arranca ya la puta moto antes de que me arrepienta.

— Agárrate fuerte.