Capitulo 8.

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El Álamo, Sinaloa, México.
Abril 06. 12:24 p.m.

—Buenos días, buenos días!— dijo una muy energética Camila entrando a la cocina —tardes ya, que bárbaro— corrigió al ver el reloj colgado en la pared.

—No se que tienen de buenos— contesto Vicente.

—Uy, nos levantamos de malas, Chentito— hizo una pausa y volteo a su al rededor viendo la cara de todos los ahí presentes. —A cabrón, pues quién se murió?

—Déjalos princesa— dijo don Mayo estirando los brazos en dirección a su hija haciendo que ésta fuera hacia con él para darle un abrazo y un beso en la sien —Estos pinches sinvergüenzas apenas se andaban acostando cuando yo me levanté, por eso la cara de mírame y no me toques.

—Que uste' se levante a hacerle competencia a los gallos no es culpa de nosotros, apá— dijo Serafín.

—Se despertaron malitos los niños?— se burló Camila —Pinches plebes viciosos.

—Pero si aguas, cabrona, que no te quedas nada atrás.

—Cállate, Vicente. Mire apá— dio una vuelta en su lugar y estiró los brazos a sus costados —Sin cruda.

—Oiga, Camila— dijo Alfredo —Pase la receta pa' levantarse así de fresca después de una pinche pedota destructiva como la de anoche.

—Que te pasa, si yo casi ni tome —respondió estirándose sobre la mesa para agarrar una manzana verde que se encontraba en el frutero.

—Oí, oí, si nomás te faltó chingarte el agua de los floreros— mencionó Ovidio haciendo que todos ríeran.

—Ah, pinche Ratón cabrón— Camila sonrió en su dirección —Tu nomás exhibiendo a la gente. Y respondiendo a tu pregunta, Alfredo, el secreto pa' que no tener cruda— hizo una pequeña pausa dramática y se acercó a dónde Alfredo —Es ser joven— termino de decir y se rió.

—Bueno pues, canija, ora por qué tan contenta?— pregunto Don Mayo.

—Que ya no puedo andar feliz o qué?— le dio una mordida a la manzana que traía en la mano.

—Pa' mi que te aventaste un pericaso y por eso andas así— dijo Serafín.

—Oyes, papi— dijo Camila dirigiéndose a su papá ignorando totalmente el comentario de su hermano —De pura casualidad, no sabes quién dejó un ramo de flores en mi cama anoche?.

Iván Archivaldo Guzmán.

—De pura casualidad, no sabes quién dejó un ramo de flores en mi cama anoche?— en el momento que dijo eso Camila, Don Mayo y Ovidio me voltearon a ver y yo solo desvíe la mirada.

Anoche, después de que bailamos y supe que las rosas rosas seguían siendo sus favoritas, en cuanto tuve la oportunidad me di una escapada y fui por el ramo que le había comprado a Camila a mi camioneta y cuidando que nadie me viera subí a dejárselas en su cuarto.

El hecho de que en esta casa haya pasado tanto tiempo años atrás hizo que me aprendiera los pasillos de memoria, y también sabía justamente en qué parte estaban los cuartos de cada habitante de la casa.

Y gracias a eso no se me hizo nada complicado encontrar el cuarto de Camila.

Flashback.

Aún nos encontrábamos en casa de don Mayo, ya íbamos para la una de la mañana y la banda seguía tocando, festejando el cumpleaños de La Princesa.

La Princesa | I.A.G.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora