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Capítulo 13: Embarazada
Iguro caminaba hacia el punto de encuentro con Sanemi Shinazugawa, su mente no dejaba de divagar sobre las pruebas de embarazo. A pesar de la urgencia de la misión, sus pensamientos estaban con Shinobu y la posibilidad de convertirse en padre.
Iguro: ¿Qué habrá mostrado las pruebas? —murmuró para sí mismo, apretando el puño con nerviosismo.
La idea de tener un hijo con Shinobu lo llenaba de una mezcla de alegría y ansiedad. Imaginaba cómo sería la vida con un pequeño a su lado, cómo cambiaría todo, y cómo eso los acercaría aún más.
Al llegar al punto de encuentro, vio a Sanemi esperándolo con los brazos cruzados y una expresión impaciente en su rostro.
Sanemi: ¡Por fin llegas, Iguro! —dijo Sanemi con un tono brusco—. Tenemos mucho que hacer y poco tiempo.
Iguro: Lo siento, Shinazugawa. Estaba... pensando en algo importante. —respondió Iguro, tratando de apartar sus pensamientos y enfocarse en la misión.
Sanemi levantó una ceja, notando la distracción en Iguro.
Sanemi: ¿Algo que quieras compartir? —preguntó con un tono más suave, sorprendentemente interesado.
Iguro: No, no es nada. Solo... cosas personales. —respondió Iguro, forzando una sonrisa.
Sanemi no insistió más y comenzaron a planear los detalles de la misión. Sin embargo, Iguro no podía dejar de pensar en Shinobu. La posibilidad de que las pruebas fueran positivas lo llenaba de una esperanza que nunca había sentido antes. Quería estar allí para ella, apoyarla y compartir cada momento de esta nueva etapa.
Mientras se adentraban en el norte, Iguro prometió que haría todo lo posible para completar la misión rápidamente y regresar a casa. Necesitaba saber los resultados y comenzar a planear su futuro con Shinobu y su posible hijo.
Iguro: Por favor, que sea positivo... —pensó, aferrándose a esa esperanza mientras seguían avanzando hacia su destino.
Shinobu se quedó mirando las pruebas de embarazo con una mezcla de nervios y emoción. Sabía que su vida podría cambiar para siempre dependiendo del resultado. Decidió armarse de valor y realizó las pruebas, esperando pacientemente durante los diez minutos más largos de su vida.
Cuando finalmente revisó los resultados, su corazón dio un vuelco. Todas las pruebas eran positivas. La felicidad la invadió de inmediato, y una sonrisa radiante iluminó su rostro.
Shinobu: ¡Voy a ser mamá! —exclamó con alegría, abrazando las pruebas contra su pecho.
Decidió salir a dar un paseo para procesar la noticia y pensar en el futuro. Caminando por los jardines floridos del lugar, se imaginaba cómo sería su bebé. Si sería una niña o un niño, y qué nombre le pondría.
