Capítulo 1: Sombras en el Pasado

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La luz del sol se filtraba a través de las hojas de los árboles, creando patrones danzantes en el suelo del parque. Keyleen se sentó en un banco, mordiéndose el labio, sintiendo que su mundo se desmoronaba. A su alrededor, las risas y los murmullos de los demás parecían lejanos, como ecos distantes.

De repente, una sombra bloqueó el sol. Era Axel, con su típica sonrisa despreocupada, el cabello desordenado y esos ojos brillantes que siempre parecían entenderla.

-Hey, ¿estás bien? -preguntó, su tono lleno de preocupación.

Keyleen desvió la mirada, sintiendo un nudo en el estómago. -No lo sé, Axel. Solo necesito un momento.

-¿Otra vez con eso? -se sentó a su lado, cruzando los brazos-. ¿Qué te preocupa esta vez? No me digas que es lo de siempre.

-Es que... con todo lo que ha pasado en casa, siento que no puedo con esto. La ansiedad me está ganando. Mis hermanos son un caos. Lucas y Leo siempre discuten, y mi hermana pequeña... es solo una niña. A veces me siento como si tuviera que ser la adulta.

Axel frunció el ceño, sintiendo la tensión en su voz. -Lo sé. Pero tú no tienes que llevar todo ese peso sola. Estoy aquí, ¿recuerdas?

Keyleen suspiró, su corazón se sentía pesado. -Lo sé... Pero a veces me siento tan atrapada. Como si estuviera en un túnel sin salida.

-¿Por qué no hacemos algo para distraernos? -sugirió Axel, intentando animarla-. ¿Te acuerdas de esa leyenda del pueblo? La de los amantes que murieron en el lago. Siempre he tenido curiosidad por eso.

Su interés logró captar la atención de Keyleen. -¿Quieres que investiguemos sobre eso?

-Claro. Podríamos buscar en la biblioteca. Tal vez encontremos el diario que mencionan.

-¿Y si es solo un cuento? -preguntó, escéptica, pero en el fondo se sentía intrigada.

-No importa. A veces las historias más viejas tienen más verdad de lo que creemos. Además, será divertido. Y necesitas un poco de diversión, Key.

Una pequeña chispa de emoción brilló en los ojos de Keyleen. -Está bien. Vamos a la biblioteca.

-Genial. Pero antes, necesito un café. ¿Te animas? -dijo Axel, levantándose del banco y estirándose.

-Siempre con el café -sonrió Keyleen, sintiéndose un poco más ligera.

Mientras caminaban hacia la cafetería, Axel comenzó a hablar de sus planes para el verano. -He estado pensando que podríamos hacer una excursión. Solo tú y yo, lejos de todo. Tal vez a la playa.

-Eso suena increíble, pero... -Keyleen dudó, su mente regresando a sus hermanos.

-No pienses en ellos ahora. Solo en nosotros. Lo mereces.

-Tienes razón. Solo quiero desconectar un poco -respondió, sintiéndose un poco más tranquila.

Al llegar a la cafetería, el aroma a café fresco llenó el aire. Axel se acercó al mostrador y pidió un par de cafés. Mientras esperaba, observó a Keyleen, que parecía perdida en sus pensamientos.

-¿Te acuerdas de la última vez que vinimos aquí? -dijo Axel, intentando romper el silencio.

-Sí, fue cuando me contaste sobre tu sueño de ser fotógrafo -sonrió levemente.

-Exacto. Y tú me dijiste que querías escribir un libro. ¿Sigues pensando en eso? -preguntó, tomando su café y dándole uno a ella.

-A veces. Pero con mis hermanos, apenas tengo tiempo. Lucas y Leo siempre están discutiendo sobre tonterías, y mi hermana... ella solo quiere jugar. A veces me siento más como una madre que como una hermana.

Axel frunció el ceño, comprendiendo. -¿Te gustaría que te ayudara con ellos? Tal vez podamos hacer algo divertido juntos. Una tarde de juegos.

Keyleen rió suavemente. -No sé si quieres lidiar con una niña de cinco años y dos gemelos adolescentes que actúan como si tuvieran cinco.

-Desafío aceptado. ¿Qué es lo peor que puede pasar? -dijo Axel, riendo.

-Ojalá no termines huyendo gritando.

-Nunca. Estoy aquí para quedarme, ¿ok? -prometió, mirándola a los ojos.

Con el café en mano, comenzaron a caminar hacia la biblioteca. El sol brillaba intensamente, pero Keyleen sentía que la sombra de sus problemas seguía acechándola. Aun así, la presencia de Axel le daba un poco de esperanza.

Al llegar, el aire fresco y el silencio acogedor de la biblioteca la envolvieron. Los estantes repletos de libros parecían susurrar secretos olvidados.

-¿Sabes por dónde empezar? -preguntó Axel, observando las filas de libros.

-Quizás en la sección de historia local. Siempre hay algo interesante ahí.

Se dirigieron a la estantería y comenzaron a buscar. Keyleen se sumergió en un libro que hablaba sobre las leyendas del pueblo, mientras Axel hojeaba otro sobre la historia familiar.

-Mira esto -dijo Axel, levantando una página amarillenta-. Habla sobre el diario de los amantes. Dicen que se encuentra en un viejo árbol cerca del lago.

-¿En serio? -Keyleen se acercó, curiosa-. Tal vez deberíamos buscarlo.

-Podríamos hacer una pequeña excursión este fin de semana. ¿Qué dices?

-Me parece perfecto. Necesito salir de casa y respirar un poco -respondió, sintiendo que la idea le emocionaba.

Justo en ese momento, el teléfono de Keyleen vibró en su bolsillo. Era un mensaje de Lucas: "¿Dónde estás? Necesito que vengas a casa. Hay problemas con Leo".

Su corazón se hundió. -Tengo que irme -dijo, con la voz entrecortada-. Mis hermanos.

Axel asintió, entendiendo. -¿Quieres que te acompañe?

-No, está bien. Gracias, Axel. Pero prometo que después de esto, iremos a buscar ese diario.

-Prometido. Te esperaré -dijo, mientras ella se alejaba.

Mientras Keyleen se dirigía a casa, sus pensamientos giraban en torno a sus hermanos y la nueva aventura que había comenzado a brotar en su vida. Quizás, solo quizás, había una luz al final de su túnel.

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Nota de la autora... Tan tan tannnn

Hello bebees, porfin decido poner en pie una historia que hace tiempo quería iniciar, espero que sea de su agrado y que la disfruten♡

~Cuéntenme, que opinan sobre este inicio?~

Entre Amor y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora