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La mañana siguiente al festival, Keyleen se despertó con una mezcla de emoción y ansiedad. La idea de investigar el lago del pueblo la llenaba de curiosidad, pero también de inquietud. Mientras preparaba el desayuno, sus hermanos discutían sobre qué ver en la televisión.
—Iré al lago hoy —Comentó Keyleen, mientras les servía cereal—. Axel y yo queremos explorar un poco.
—¡El lago! —exclamó Lucas—. Dicen que está embrujado.
—Eso son solo historias, Lucas —respondió Leo, con un tono escéptico—. ¿No has oído que solo son leyendas urbanas?
Keyleen se unió a la conversación, tratando de ocultar su propio nerviosismo. —Pero hay algo fascinante en esas historias. Tal vez podamos descubrir la verdad.
Sofía, con su mirada inocente, preguntó: —¿Podemos ir también?
—No, Sofía —dijo Keyleen con suavidad—. Hoy será una aventura solo para Axel y para mí.
Después de desayunar, Keyleen se preparó. Se puso un vestido cómodo y una mochila con agua y algunos bocadillos. Cuando finalmente llegó el momento de salir, el sol brillaba intensamente, pero había una brisa fresca que prometía un día perfecto.
Al encontrarse con Axel en la entrada del parque, notó que él también parecía emocionado. Llevaba una camiseta ligera y una gorra que le daba un aire despreocupado.
—¿Lista para la aventura? —preguntó Axel, sonriendo.
—Listísima —respondió Keyleen, tratando de ocultar su nerviosismo.
Mientras caminaban hacia el lago, Axel comenzó a contarle sobre las historias que había escuchado. —Se dice que un pueblo antiguo se hundió en sus aguas, y que los ecos de sus habitantes todavía pueden escucharse en las noches silenciosas.
Keyleen frunció el ceño. —Eso suena aterrador. ¿Te imaginas escuchar sus voces?
Axel se rió. —Tal vez solo sean susurros del pasado, como si el lago guardara los secretos de aquellos que vivieron allí.
Cuando llegaron al lago, la vista era impresionante. El agua era de un azul profundo, rodeada de árboles frondosos que ofrecían sombra. Sin embargo, había algo en el aire que la hacía sentir un escalofrío.
—Mira eso —dijo Axel, señalando una pequeña cabaña de madera en la orilla—. ¿Deberíamos investigar?
Keyleen asintió, aunque una parte de ella dudaba. Caminando hacia la cabaña, notó que el ambiente cambiaba. Los sonidos de la naturaleza parecían silenciarse, y el aire se sentía más denso.
—Dicen que la cabaña pertenece a un anciano que vivía aquí solo. Nadie lo ha visto en años —comentó Axel, mientras se acercaban.
La puerta de la cabaña estaba entreabierta. Axel empujó suavemente, y la puerta chirrió al abrirse. El interior era oscuro y polvoriento, con muebles cubiertos de telarañas.
—Parece que no ha habido nadie aquí por mucho tiempo —dijo Keyleen, sintiendo que la tensión aumentaba.
Axel encendió su teléfono, utilizando la linterna para iluminar la habitación. Las sombras danzaban en las paredes mientras exploraban. Keyleen notó una vieja caja en una esquina, cubierta de polvo.
—¿Qué crees que hay dentro? —preguntó Axel, acercándose.
Con un poco de hesitación, Keyleen se arrodilló y abrió la caja. Dentro, había objetos antiguos: cartas, fotografías descoloridas y un pequeño diario.
—Mira esto —dijo Axel, sacando el diario—. Quizás nos cuente más sobre el antiguo pueblo.
Keyleen sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver el nombre escrito en la portada: “Historias del Lago”. Axel hojeó las páginas, y Keyleen leanzó un vistazo a la fotografía que había encontrado. Mostraba un grupo de personas sonriendo junto al lago, con la cabaña de fondo.
—Este lugar solía estar lleno de vida —dijo Axel, asombrado—. Pero ahora parece olvidado.
Mientras Axel seguía leyendo, Keyleen se preguntó qué había sucedido con aquellos que una vez habitaron el lugar. Las historias de su infancia sobre el lago comenzaron a cobrar vida en su mente.
De repente, Axel se detuvo y miró a Keyleen con seriedad. —¿Ves? Aquí se menciona que, en noches de luna llena, se podían escuchar susurros. Tal vez no son solo leyendas.
Keyleen sintió un escalofrío al recordar las historias de la gente del pueblo. —¿Y si lo que escuchamos no son solo ecos del pasado, sino algo más?
Ambos miraron hacia el lago, que brillaba bajo el sol. La curiosidad y el temor se entrelazaban en el aire, y Keyleen se dio cuenta de que estaban a punto de desentrañar secretos que habían estado enterrados durante años.
—Vamos a descubrirlo —dijo Axel, y Keyleen asintió, lista para enfrentar lo desconocido, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho.
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Entre Amor y Secretos
DiversosEn un pueblo marcado por secretos y tensiones familiares, Keyleen lucha por encontrar su lugar mientras cuida de sus hermanos. Cuando se une a su mejor amigo Axel para investigar la misteriosa historia de un lago cercano, descubren antiguos ecos de...