17. Mía

4.2K 369 132
                                    

Me siento dopada. Me tapo la boca con las manos, mi short se hizo pedazos en las manos de Emersson, al igual que mi blusa. Me he quedado solo en bragas.

No puedo creer que hayamos escalado hasta acá en tan poco tiempo, tampoco logro comprender cómo es que desde la primera vez que bebí de su cuello, mi cuerpo sintió esta necesidad por que me hiciera suya.

Es como si tuviéramos imanes que llaman al otro a gritos.

Ya me vine una vez solo con su roce. Ahora quiero que entre en mi, lo necesito. Me tiene agonizando.

Pero en lugar de eso, me besa en mis lunares, los rojos que tengo tras la oreja. Hace que mi piel se ponga de gallina y siento que su mano comienza a descender por mi abdomen.

—¿Puedo enterrar mis dedos en tu humedad?—su susurro en mi oído me hace arquear la espalda.

—Haz lo que quieras conmigo.

Sus ojos encuentran a los míos y pega su frente a la mía, justo en ese momento siento a sus dedos destrozar mis bragas.

Quedo completamente desnuda para él, y por alguna extraña razón, no me siento para nada expuesta. Me siento más en casa que nunca.

Tiemblo por la excitación.

Jadeo contra su boca cuando entierra uno de sus dedos. En el momento en que su dedo entra en mí, es como si me marcara el alma, como si cumpliera con algo que tiene que pasar.

Es como si al fin dos piezas estuvieran encajando y él llenara mi interior no solo físicamente.

—¡Ah!

Mi jadeo lo hace gruñir, es como si él mismo estuviera sintiendo placer. Y segundos después, un dedo más se une a la fiesta.

¿Cómo es que alguien puede dedear tan delicioso?

Arqueo la espalda y sujeto su cara con mis manos cuando acelera las embestidas con sus dedos. Lo atraigo y lo beso, como intentado buscar algo que me acalle rápido, porque quiero gritar.

—¡E-emersson!—mis brazos lo rodean y mis uñas le aruñan la espalda cuando toca el botoncito—¡Ah!

—¿Te gusta?

—¡Si!

—¿Quieres sentirme, Rojita?—sus besos son algo tan nuevo y a la vez tan buenos, es como si le estuviera echando gasolina al fuego—¿Sientes que me perteneces?

—C-creo que sí.

—No quiero que lo creas, necesito que lo sepas.

Eso me hace desconcentrarme un instante y mirarlo fijamente a los ojos, con confusión.

Pero en ese instante, siento un dedo más.

—¡¿Tres...?!

Me calla con un beso y juro que me topa la cabeza en la cabecera de la cama cuando comienza a dar unas embestidas que...

—¡Ah...! ¡Ah!

—¿Decías?

—¡Idiota!

Se ríe y vuelve a besarme. ¡Dios!

Su erección lleva vario rato rozando una de mis piernas. Ambos estamos desnudos, y no puedo explicar las dimensiones de la excitación que me provoca estar desnuda, con él sobre mí y metiendo y sacando sus dedos de mi interior.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Luna Llena De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora