Clan lobo

17

—No te atrevas a tocarme, no lo hagas—sentencio Kenia, mientras para el solo parecía divertido verla de esa manera.

Raham no perdió detalle, no cuando paso sus manos por sus tobillos ante la reacción de ella, jugueteo con sus dedos esa piel tersa blanca y pura, le prendió la verga anchándosela.

Le dolía los testículos, era un lobo activo, pero también era un lobo muy paciente para llevar a una hembra a la cama, la repara nuevamente, mientras ella solo lucha por huir.

—Sabes, tengo mucho que no follo, y ando intentando controlar lo que no se puede contralar, no sé si me explicó, no te garantizo que vaya ser tierno, sería una estupidez mía intentar algo que no soy.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, no quería ser tocada de esa manera, nunca debió ir a ese trabajo, nunca debió confiar y ahora estaba metida en este mundo, donde no desea estarlo, no es parte de ello. La mirada lasciva de Raham indica que no va detenerse y eso la hace ahogarse de miedo.

—¿Vas a jugar con ella? Eres un hijo de puta.

—Porque no debería hacerlo, mírala está temblando, y entre más lo hace más me da sed la garganta y la verga meterla.

—La vas a sangrar.

—Todas sangran la primera vez—burlo Raham.

—Entonces que haces hablando conmigo, quiero verla sangrar—espeto su lobo.

Ella apretó los ojos con fuerza, mientras él se inclinaba hundiendo la orilla de la cama, sus ojos azules penetran cada capa de piel de la mujer, se niega a verlo, pero el mal llama haciéndolo chillar como el encaja sus dos en sus mulos logrando que los abra.

لا تؤذيني، أنا لم أفعل أي شيء—" Por favor no me haga daño, no le hecho mal, para ser tratada así"

—لا تؤذيني، أنا لم أفعل أي شيءلا تقلق، سأأخذ فقط ما هو لي،tranquila crees que yo— quiero lastimarte, nada de eso," solo quiero tomar lo que es mío, no le veo mal"

—No hables en ese idiota, eres un animal. —escupió ella.

—Porque, sabes algo nunca lo he practicado, pero hoy me ha salido tan natural, debe ser por el vínculo, se acerca.

Kenia soltó un chillido como el arranco las prendas que cubren su cuerpo, ella negó desesperada apretando los dientes, avergonzada incluso humillada.

—¿Vas a violarme? —espeto ella al borde del colapso.

—No lo llamaría de esa forma, se llama reclamar, igual terminaras jadeando por mas, exigiendo que te la meta toda, siempre al principio se quejan de no ser tocadas luego chillan hasta babear como unas perras en celo.

—Eres un hijo de puta—él no puede evitar carcajearse lo hace más divertido.

—Sabes quitemos esa palabra fea, de tu boca, hagámoslo más interesante esto, cazado y presa—espeta Raham.

Ella patalea a toda costa, pero sus fuerzas no se comparan a las de él, que solo aplasta con sus piernas, suelta un jadeo de dolor y lleno de frustración, es imposible ganarle lo sabe.

—Tranquila no lo vayas a morder—inquirió el oscuro dejando ver su verga en el rostro de Kenia mientas quita las cadenas de su muñeca—Te gusta lo que vez.

Ella no respondió, solo su instinto despertó empujándolo, donde logro zafarse un poco.

—A dónde vas, no puedes salir de aquí, no lograras abrir esa puerta.