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—Me intrigo que me llamaras, después de todo la mierda que hice a tu nieto, claro demostrando que su ego de verga, solo porque es hijo de un demonio supremo, por favor.

—¿Terminaste de llorar? Amär no es para ti, si no para mi nieto, él fue claro además puso en pie en supremacía de las aves, es su derecho.

—Vaya show que hizo, reclamarla en su cumpleaños en un duelo, que claro casi termina sin cabeza. —la mirada de Marco se hace más intensa algo que el cuervo no le importa.

—De todos modos, perdiste y estas aquí llorándome, necesitas trabajo o vas a morirte de hambre, te estoy dado una oportunidad, eres una creación algo poco convencional, sabes que tengo razón.

El hombre solo se encogió los hombros, le extraño tanto que lo llamara, después de que casi mata Ervil, de todos modos, no se quedó con la hembra, que más daba donde se metía.

—Necesito que te reúnas con Luciel, habrá un llamado de corte, después de todo, eres único en tu clan— burlo marcos—Eres lo que representa las aves oscuras, después de todo, te criaron con amor. —sabía que su creación fue un error.

—Déjate de cosas—Marco no pudo evitar burlarse un poco, después de todo, no siempre estaba relajado, no desde que dejo a Raham ayudarlo con todo.

No solo eso, Lysandro era un dolor de testículos, siempre metiéndose en problemas, se las pasa por ser nieto de Dimitri y Muriel, solo por eso.

—Supongo que al fin vas a retirarte.

—Porque todos quieren que me retire, no le encuentro sentido, solo buscando un puto hueso de lo que dejare, por mi dejo todo en cenizas como una vez lo hice, aunque mi opción era Darién, mi hija está en otro nivel, y Marcos esta en otra cosa que no iba tomar en cuenta. —Les daré el gusto, pero también les daré un espectáculo, por ahora...—Marco miro detrás del cuervo y como este también se giró ante la interrumpió.

—¡No se supone que estas al pendiente de todo! —cuestiono el alfa oscuro.

—No sé de qué me hablas, Odín retírate—ordeno Marco.

El cuervo asintió, le sostuvo la mirada al oscuro, era así como demostraban autoridad entre ellos, nadie declina y nadie baja la vista, muestra de que esta hecho el ego.

Marco resoplo ahora con que le iba a salir, no había tenido noticias de Raham, mucho menos de Lysandro así que supuso que todo había salido a la perfección, después de todo, las malas siempre le provocan migraña.

—Se puede saber qué es lo que quieres, lo de Lysandro despreocúpate por ello, Odín se encarga de entrenarlo en algunas cosas, para futuro.

—Te advierto que no va entrar.

—¿Porque? Solo porque tu nombre hace terremotos, no conmigo, antes de ti, fui yo, tal vez no me gane ese título, que todos se inclinan y quieren limpiarte las bolas, si mas no recuerdo, lo que eres es por Dimitri, no fue el quien te instruyo en las artes oscuras del negocio, después de eso, te abriste, pero si comparamos entre tú y yo...

—Jamás robe—lo interrumpió—Tampoco me he drogado, solo porque una hembra me rompió el corazón, debiste romperte el culo, y dejarte de mamadas de las que me estás diciendo ahora mismo, quiero saber quién mierda es la mujer con la que se llevó Raham. —Marco parpadeo.

—¿De que estas hablando?

—El imbécil de Hazam, me hablo, solo para arruinarme la puta tarde con mi mujer, dándome el puto pésame y de que flores le gustan al idiota, no solo eso que debe decir la lápida, porque la mujer que llevo lo hizo lanzarlo a veinte metros—dijo, aunque eso fue exagerado del felino—No somos la burla de nadie, mucho menos una hembra nos pone en ridículo, le metes la verga en la boca y se calla, quiero saber quién mierda es, y de donde la saco

—Sabes cómo es el, pero que forma de hablar, de seguro tu mujer se maravilla como la callas—el lobo solo gruño—Tranquilo, no sé porque crees cualquier estupidez, Raham si hubiera llevado alguien me lo hubiera dicho—Muriel lo miro fijamente y este solo chasqueo la lengua tomando el teléfono.

—Quiero a Lysandro de regreso, has lo que tengas que hacer, así lo encierren en una puta jaula, hasta no saber quién es la mujer con la que esta Raham, porque él no le va interesar mi nieto, menos cuando las bolas se hinchan por una vagina.

Cairo, Egipto.

—Esta cercas, puedo sentirlo—dio la mujer de ojos dorados.

—Mi señora, ya mandé por ella, parece que ahí dejado de tomar los brebajes y es más fácil encontrarla—dijo el hombre dejando caer una gota de sangre de Kenia conservada.

—La muy estúpida no lleva la argolla—espeto ella la única forma de controlar su poder.

Desde que la vio crecer notaba cada detalle de ella, esa manera de verla, con tanto odio, esa energía deprimida, era una bomba de tiempo, era claro que, aunque ella era una diosa terrenal, Aradia, era más poderosa, hija de Erthiel y nieta del mismo dios todo poderoso.

La maldad siempre ronda, en cualquier rincón del mundo, como vencer el mal, cuando está dentro de cada persona. Y entre más este rodeada de oscuridad más se alimenta.

Siempre fue dura con ella, pero era la única manera de controlarla, de tenerla sometida, pero huyo como una cobarde, como si ella fuera le peligro, después de todo, es su hija debe querer a su manera.

—Señora—interrumpió una de sus esclavas, envolver a los humanos con trucos sucios —Hay...Hay alguien...

—¡Hay alguien quien! —espeto ella con una sonrisa apretada en sus labios.

—Una...Una persona...

—Hazte a un lado—interrumpió Luciel.

La cara de la egipcia lo decía todo, él estaba ahí, después de milenios de años, nunca pensó que se volverían a ver la cara, no después del daño que le hicieron, después de que se entregó a él, después de que fue el único hombre que amo, y quien le rompió el corazón, quien jugo con ella y a quien la dejo ahí mientras suplicaba que la escuchara.

La boca se le amargo, como también la forma de verlo, se volvió odio puro, todo ese sentimiento hizo que sus manos se hieran puños, no podía creer que el la viera con indiferencia.

—Después de todo no has cambiado nada Bastet, aun puedo ver tu alma pudriéndose.

—Y tú sigues oliendo a la mierda inmunda, pero yo soy la mala del cuento, cuando tú y tu hermano arruinaron mi vida.

—Solo te dimos una nueva vida, una que tu abúsate de ella, robarte las almas puras, eso fue estúpido, nunca muerdas la mano de quien te da de comer.

—Vas a darme un sermón puro de corazón, más bien te has sorprendido que este viva.

—Bueno pensé que te habías muerto, demasiado muerta, que estuve buscando tu alma para encerrarla, luego recordé que no tienes, no después de devorarte las almas de jóvenes doncellas. —ella sonrió con sus labios rojos—Y según tu quererme arder cogiéndote a Erthiel.

—Alex, es un imbécil, aunque era divertido cuando estamos los tres—ella camino moviendo sus caderas.

Movió su cabello seductoramente y antes de poner su delicada mano en el pecho del rey infernal...

—Quita tus manos de mi esposo—demando Mayra quien no perdió oportunidad de recorrer a la diosa del amor, no niega que le parece hermosa, pero está podrida.

—¿Esposo? Vaya que sorprendente, descuida hermosa, no se pierde uno de mucho.

—Bueno si lo dices así, es que no puedes evitar, que la ardides aun no pasa, ahora nos dirás que es lo que quieres y donde esta Erthiel—la egipcia parpadeo.

¿Erthiel?

El solo escuchar su nombre había provocado que el mismo aire se tensara, pero Mayra era la diosa del universo, ella era más poderosa, aunque la diosa del amor, la reto con la mirada.

—Entonces porque no hacemos ruido a la tierra, diosa del universo—la reto con descaro.

—Entonces espero que estés preparada—dijo ella.

Luciel solo quería saber cómo es que está viva, pero había pasado a segundo plano ahora.

Clan loboWhere stories live. Discover now