Cap. 4 - El Fantasma de Bocamatsu

71 13 40
                                    

- ¡Retirada! ¡Retirada! -

La voz de una mantis se alzó entre todas. Tras la última andanada de disparos por parte de los mosqueteros de la Armada Pálida, la primera línea de mantis cayó sin posibilidades alguna de defenderse. Esas armas que escupían fuego y metal eran brutales, y un combate en un campo abierto les proporcionaba una ventaja insuperable, aún con su lento índice de recarga.

La mantis trataron de seguir las órdenes, pero la infantería enemiga no les permitiría tal retirada. Un ataque en pinza, bloqueó ambos flancos, y a sus espaldas, una pronunciada elevación les cortaba el paso.

Aquel que parecía estar al mando de las fuerzas mantis vió la posibilidad de escalar tal pendiente, pues los escarabajos de la Armada Imperial no serían capaces de seguirlos. Aún así, allí estarían demasiado expuestos al fuego de los trabucos imperiales.

Atacar a uno de los flancos con todas sus fuerzas parecía ser ma mejor opción, pero en caso de fallar y quedar estancados, se verían rápidamente rodeados por el flanco opuesto, cuando las tropas enemigas fueran capaces de acabar con ellos. Lo mismo ocurría si decidían atacar a los escuadrones de mosqueteros al frente, donde se encontraban también los soldados grises más blindados. ¿Qué debería hacer?

Sin embargo, la decisión desesperada de la mantis a cargo debía esperar unos segundos más, cuando a su derecha escuchó la conmoción proveniente de las filas del bando contrario

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin embargo, la decisión desesperada de la mantis a cargo debía esperar unos segundos más, cuando a su derecha escuchó la conmoción proveniente de las filas del bando contrario. Su mirada giró de inmediato, y pudo ver como tras las filas enemigas, algo parecía perturbar la perfecta formación de testudo que tanto caracterizaba a la infantería imperial.

Un soldado imperial raso, contaba con un escudo cuadrado de madera, y una lanza de metro y medio de largo. Un armadura do-maru de cuero teñido en blanco, que cubrían su pecho y espaldas por igual, así como la parte superior de sus muslos, genitales y glúteos.

Las unidades más pesadas contaban con armaduras o-yoroi de bandas de hierro. Algunos portaban katanas, y otros yaris, una lanza especializada, cuyo uso requería de mayor práctica pero igual de efectiva y letal, dependiendo de la habilidad del soldado. También contaban con casco, a diferencia de los anteriores, para mayor protección, así como espinilleras, y algunos usaban guanteletes.

Sin embargo, nada de eso parecía ser suficiente para frenar lo que quiera que estuviese mancillando la perfecta formación imperial del blanco derecho. La mente a cargo de las mantis vió esta conmoción, y no desaprovechó la oportunidad.

- ¡Todos! ¡Conmigo! -

El oficial a cargo del pequeño ejército imperial sonrió complacido al ver como sus presas caían en su trampa. Efectivamente, su plan era obligarlos a atacar un flanco para rodearlos con el flanco opuesto, y no tardó mucho en dar la orden para movilizar a las tropas. Lo que él ignoraba, era de la fragilidad del flanco derecho debido a la causas que tanto él, como la cabeza pensante de las mantis, ignoraban.

Hollow Knight Fanficción - Honor y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora