—Hornet-dono —En los pasillos del palacio de Nido Profundo, la voz de una insecto extranjera detuvo el andar de la tejedora.
—Kaede-dono, Bretta-dono. Tienen que salir del reino de inmediato. Le diré a una escolta que las...
—No. —La voz de la escarabajo la detuvo. —Queremos ayudar. Si hay alguna forma de hacerlo, por favor, díganos.
Hornet miró a ambas féminas con una mezcla se sorpresa y desconcierto. ¿Por qué unos extranjeros quisieran intervenir en problemas del reino? Mucho más problemas de este tipo. Aún así...
—No sé como pudiesen ayudar. Tenemos que saber donde están Hachi y Ghost-dono. Y si algo les pasa al general Sun Ce podría provocar una ruptura en las relaciones diplomáticas. ¡Demonios! ¿¡Por qué tenía que pasar esto ahora!?
La tejedora se tensa y aprieta los dientes ante la impotencia. Su mirada se pierde por un momento sobre el oscuro suelo, mientras su mente se llena de frustración. Todo finalmente parecía estar encajando de algún modo. ¿Por qué fue que pasó esto? ¿Qué fue lo que hizo mal? Sin embargo, el momento de auto culpa de Hornet fue interrumpido, cuando una gran mano se apoyó sobre su hombro.
La tejedora alzó la mirada, aún con los dientes apretados y el seño fruncido, y enfocó su mirada en los seis pares de ojos de Kaede, quien hacía lo posible por devolverle una mirada firme, pero esperanzadora.
—Todo va a salir bien. De algún modo. Yo iré a buscar a Ghost y a su hermana. Que Bretta valla con usted. Sabe como curar heridas y cirugía de campaña.
Hornet le devuelve la mirada por unos segundos, aún dudosa de tal decisión, pero carente de opciones y de la fuerza para oponerse, simplemente bajo la cabeza y enfocó su vista sobre la escarabajo. Quien, aunque nerviosa, hacía lo posible por mostrar algo de coraje.
—Haré lo mejor que pueda... princesa Hornet.
La Khan finalmente se deja llevar por las decisiones que no le pertenecían, y deja escapar un largo suspiro ante la derrota emocional. Alza la mirada y asiente con la cabeza, aún no convencida del todo. Kaede seguía siendo la hija de Lü Bu. Si algo le llegase a pasar, Nido Profundo podría estar condenado.
Por otro lado, la propia Kaede no esperó un segundo más, y se lanzó a la carrera hacia la oscuridad del palacio, desapareciendo de la vista de ambas como un fantasma en la penumbra de la noche. Sin dejar huella alguna... rastro... o sombra. Hornet volvió a respirar una segunda vez, ahora enfocando su mirada sobre Bretta, quien permanecía a su lado. Su mirada decía mucho, cosas que no eran necesarias explicar con palabras. Se acercaban momento difíciles, pero Bretta no retrocedió ante el gesto. Por mucho que sus piernas tambaleantes le dijesen que corriese por su vida.
—Vamos. Debemos avisar al resto de la guardia.
—Voy detrás de usted, Hornet-sama.
Mientras tanto, corriendo contra la marea de civiles que corrían despavoridos, el general Sun Ce y su guardia se adentraban cada vez más a la ciudad. Dos de sus guardia iban al frente, con sus escudos en alto apartando la marea de bichos. Algunos chocaban contra ellos y caían, pero no podían detenerse para ayudarlos... No en este crisis. Más, cuando una enorme figura emergía del Salón de Guerra seguida de un numerosos séquito de tejedoras cubiertas por negras capaz cual azabache.
—¡Matriarca Herrah!
La gran tejedora se detiene por un momento, y ve al guerrero acercarse a paso apurado. Se detienen por un momento, cosa que no haría de no ser por su actual posible dependencia económica y alimenticia. Pero eso no removía el seño fruncido de su rostro.
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Hollow Knight Fanficción - Honor y Sangre
FanfictionUn era de conflictos se extiende por Hallownest. Las seis grandes naciones han establecido sus fronteras, y las dispustas por el control de las tierra son cada vez más frecuentes. Los grandes señores de la guerra no cederán terreno bajo ningún conce...