𝐏𝐔𝐑𝐄𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓; ᴴᵉʳᵐⁱᵒⁿᵉ ᴳʳᵃⁿᵍᵉʳ ²

𝐇𝐨𝐣𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐭é 𝐲 𝐠𝐚𝐫𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐡𝐢𝐩𝐨𝐠𝐫𝐢𝐟𝐨

Arcturus entró al Gran Comedor un poco desanimado, no se sentía bien desde ayer, por lo del dementor. Al ponerse a dormir, tuvo pesadillas que lo despertaron asustado. Dejó en su dormitorio a Sally, encerrada en su maleta con un agujero para que respire. Si la dejaba suelta, quién sabía lo que ese escarbato haría; tal vez le robaría hasta al mismo Dumbledore.

Apresuró el paso para alcanzar a los Slytherins, que desde temprano empezaron con sus burlas hacia Harry por haberse desmayado. Él también se desmayó, pero no lo molestan. Mmm, supuso que eran los privilegios de ser sus amigos.

—Ehh, eh, Potter, te desmayaste —preguntó burlón Draco al ver pasar a Harry. Todos los Slytherins rieron. Arcturus se abstuvo a solo mirar su plato de comida.

—Ignóralos, no le prestes atención a Malfoy —le decía Hermione a Harry, que ya se había molestado y tenía cara de querer darle un puñetazo al rubio. Arcturus levantó la mirada, sonriéndole a Granger, pero ella ni lo miró. Arcturus arrugó las cejas con confusión.

—Eh, Potter —gritó Pansy—, ¡mira, Potter, ahí vienen los dementores! Uuuhhhhhhh...

Todos empezaron a reír. Arcturus se levantó de la mesa para ir con Hermione y ver qué le pasaba. Siempre lo miraba o saludaba cuando lo veía cerca. ¿Por qué ahora no? Se preguntaba mientras caminaba.

—Eh, primo, no irás tras la sangre sucia, ¿verdad? —dijo Draco, tomando al Black de la muñeca para retenerlo.

—No le digas así.

—Pero si eso es una sangre sucia inmunda. Vamos, primo, has cambiado desde que te juntas con ella. Ya no eres el Arcturus que conocía —dijo Malfoy, mirando al ojigris. Arcturus suspiró molesto.

—Que no le digas así, Draco —murmuró, zafándose del agarre del rubio y yéndose molesto del Gran Comedor.

Malfoy se encogió de hombros, mirando en dirección de sus amigos. Ellos negaron con la cabeza.

—Merlín, Draco, no ves que le gusta. Por eso la defiende así. Sé que nos cae mal la sangre sucia, pero si la llamas así en su presencia, se enoja. ¿Quién sabe cuándo te volverá a hablar? —dijo Daphne, tirando de Draco hacia la mesa de Slytherin.

—¿Qué iba a saber yo? Ni me habla casi —se excusó Malfoy.

—No te habla porque seguro sigue enojado por lo del año anterior —sugirió Pansy, cruzándose de brazos.

—Esperen, esperen... ¿A nuestro Arcturus le gusta la sangre sucia de Granger? —preguntó confundido Blaise. Al parecer, Theo estaba igual.

—Pues obvio, ¿acaso no ven cómo la mira? —respondió obvia Greengrass.

—O cómo la sigue como perrito faldero —siguió Parkinson.

—O cómo...

—Bien, bien, ya entendimos. Arcturus está loco por la sangre sucia —interrumpió Nott, mirando a todos.

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Luego de unas horas de terminar la clase de aritmancia, a los Slytherins les tocaba adivinación con la nueva profesora, que dicen que está loca, Sibyll Trelawney.

Arcturus subía solo las escaleras, no había hablado con nadie desde lo del desayuno. Bueno, sí habló con alguien, esa rara niña de Hufflepuff, Winnie, aunque él solo respondía con asentimientos de cabeza mientras la chica hablaba tanto como podía.

Al llegar al salón, vio salir a Hermione, Potter y Weasley. El Black se acercó feliz a Hermione, pero ella simplemente le dijo que iba muy apurada para hablar. Con molestia, se fue al salón y se sentó hasta atrás. ¿Por qué este año era tan malo para él? Primero, casi nadie le hablaba por lo de su tío Sirius, el prófugo de Azkaban que él ni siquiera conocía. Segundo, se peleó con Lucius. Esas malditas discusiones se hacían bastante frecuentes desde el segundo año, cuando fueron a una tienda de libros y se encontraron con Hermione, Potter y los Weasley. El Malfoy mayor hizo un comentario despectivo hacia Hermione. ¿Cómo Arcturus se iba a quedar callado ante esa falta de respeto hacia su mejor amiga? Luego, tercero, lo atacó un dementor. Cuarto y último, Hermione no le hablaba. ¿Por qué no le hablaba? ¿Estaba enojada con él? Pero si él no había hecho nada malo...