𝐋𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐟𝐞𝐧𝐬𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐀𝐫𝐭𝐞𝐬 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚𝐬

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Nadie vio al rubio en las últimas clases, hasta que, en medio de la clase de Pociones, Draco entró con aires de arrogancia al aula, con el brazo vendado de forma exagerada, como si se lo hubiera quebrado.

—Draco, ¿estás bien? —preguntó Pansy, haciéndose la preocupada, aunque solo quería burlarse de su amigo.

—Sí —dijo Draco, creyéndose el cuento de que Parkinson estaba preocupada por él, mientras se sentaba con el par de trolls.

Arcturus ni siquiera miró entrar al Malfoy; estaba muy concentrado haciendo la poción, quería que quedara perfecta. Hermione estaba igual que él; eran como el dúo perfecto en cualquier materia, claro, menos en Adivinación, ambos eran igual de malos.

—Profesor —murmuró Draco—. Profesor, necesitaré ayuda para cortar mis raíces, porque con el brazo así no puedo.

—Weasley, córtaselas tú —ordenó Snape sin siquiera mirarlo.

Con una sonrisa burlona, Draco le dijo a Weasley—: Ya oíste al profesor, Weasley, corta las raíces.

—No entiendo cómo puede ser tan cruel con Ron... —susurró Granger a Black, aunque este solo se encogió de hombros. Si abría la boca, seguro terminaría insultando a la comadreja.

El pelirrojo empezó a cortar las raíces, dejándolas chuecas y mal cortadas a propósito.

—Profesor, Weasley está arruinando mis raíces —al oír esto, Snape se acercó con sus característicos pasos lentos, a ver las raíces del rubio, que efectivamente estaban mal cortadas.

—Dale a Malfoy tus raíces y quédate tú con las de él, Weasley.

—Pero, señor...

—Ahora —ordenó Snape, haciendo que Ron, a regañadientes, le cediera sus raíces a Draco.

—Profesor, necesitaré que alguien me pele este higo seco —dijo Draco con una risa malvada.

—Potter, ayuda a Malfoy.

Arcturus ahogó una risa al ver la situación; allí estaban Weasley y Potter, haciéndole la poción al ahora "Draco versión lisiado".

—No te rías —regañó Hermione, dándole un pequeño manotazo al ojigris.

—Auch —se quejó Arcturus, para luego mirar a la chica Granger haciendo un pequeño puchero. La castaña sonrió, se veía tan tierno y tan bobo a la vez, pensó mientras ambos se miraban.

Escucharon algo golpeando la mesa; era la mano del profesor Snape. Ambos chicos se separaron en un instante, dejando de mirarse.

—¿Creen que están aquí para coquetear? Terminen de hacer la poción si no quieren que les quite puntos —regañó en voz alta Snape. No tuvo ninguna decencia de siquiera hablar en voz más baja. A la castaña y al pelinegro se les tiñeron las mejillas de un intenso color rojizo. Sintiendo todas las miradas del salón en ellos, agacharon la cabeza asintiendo y murmurando un pequeño "lo siento", para luego seguir haciendo la poción. En toda la clase no se miraron ni una vez; sentían tal vergüenza que sabían que si se miraban se sonrojarían, quedando como tomates andantes.


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La última clase del día había llegado: Defensa Contra las Artes Oscuras, con el nuevo profesor, Lupin. Arcturus llegó junto a más estudiantes al salón, sentándose al lado de Hermione como siempre hacía. El suceso de Pociones ya estaba olvidado.

El salón estaba lleno de estudiantes que, como siempre, sacaron sus plumas y libros mientras esperaban al profesor, que no estaba por ningún lugar.

Hasta que por fin llegó, desaliñado como en el tren, con su vaga y cálida sonrisa adornando su rostro.

𝐏𝐔𝐑𝐄𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓; ᴴᵉʳᵐⁱᵒⁿᵉ ᴳʳᵃⁿᵍᵉʳ ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora