𝐏𝐔𝐑𝐄𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓
¿Un Black enamorado de un hijo de muggles?
Eso ya había ocurrido. ¿Qué limita que vuelva a suceder?
¿Y qué impide que el que se enamore de una hija de muggles sea el último heredero de la noble casa Black?
Al parecer...
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—¡EXPECTO PATRONUM!—
Arcturus nunca había sido parte de un grupo tan extraño. Crookshanks bajaba las escaleras al frente de la comitiva. Lupin, Pettigrew y Wesley seguían a Potter, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape, flotando de manera fantasmal, tocando cada peldaño con las puntas de los pies y sostenido en el aire por su propia varita, la cual Sirius apuntaba hacia él. Harry, Hermione y Arcturus cerraban la marcha.
Fue difícil volver a entrar en el túnel. Lupin, Pettigrew y Weasley tuvieron que ladearse para lograrlo. Lupin seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Crookshanks seguía al frente. Potter iba inmediatamente detrás de Sirius, quien continuaba dirigido a Snape con su varita. De vez en cuando, Snape se golpeaba la cabeza contra el techo, y Arcturus tenía la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.
—¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? —dijo Sirius a Potter bruscamente, mientras avanzaban por el túnel.
—Que tú quedarás libre —respondió Potter.
—Sí, —dijo Sirius—. No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy tu padrino.
—Sí, ya lo sabía —respondió Potter.
Y yo soy tu sobrino, pensó entre sí Arcturus.
—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo —dijo Sirius solemnemente—, por si les sucedía algo a ellos... Por supuesto —prosiguió Black—, comprendo que prefieras seguir con tus tíos. Pero... medítalo. Cuando mi nombre quede limpio, si quisieras cambiar de casa...
El black vio como a potter se le iluminaba el rostro, de alegría pura. Arcturus temía que le propusiera lo que él pensaba.
—¿Qué? ¿Vivir contigo? —preguntó, golpeándose accidentalmente la cabeza contra una piedra que sobresalía del techo—. ¿Abandonar a los Dursley?
—Claro, ya me imaginaba que no querrías —dijo inmediatamente Sirius—. Lo comprendo. Solo pensaba que...
—¿Pero qué dices? —exclamó Potter, con una voz tan aguda como la de Sirius—. ¡Por supuesto que quiero dejar a los Dursley! ¿Tienes casa? ¿Cuándo me puedo mudar?
Sirius se volvió hacia él. La cabeza de Snape raspó el techo, pero a Sirius no le importó.
Arcturus se quedó parado un momento sin creerselo, ¿en serio? y que psaba con el?
Hermione vio cómo su mejor amigo se había quedado parado. Se preocupó y retorcedió también para hacerlo avanzar, ya que si no se quedaría atrás.
—¿De verdad quieres? ¿Lo dices en serio?
—¡Sí, muy en serio!
Arcturus vio como Sirius sonreía genuinamente, feliz, de que su ahijado aceptara vivir con él.
