Agostina | Julián Álvarez

24. Cumpleaños Agos

11 de diciembre, 2021.

Marie.

Hoy, era hoy, el día más importante de mi vida.

Un día como, pero hace tres años, llegaba a mi vida, al mundo, Agostina, mi querida y rebelde hija. Ella cambio todo, absolutamente todo. Fue mi salvación. Fue la luz que me iluminó y guió para que pudiera seguir adelante. Gracias a ella cada día siento que tiene sentido.

Todo lo que hago a diario lo hago por ella, a ella le debo todo lo que hoy en día soy porque fue ella quien me dió las fuerzas y esperanzas para seguir. Ella estuvo en mis momentos grises, cuando sentía que todo era malo, estaba ahí con una sonrisa y me regalaba un dibujo para animarme. Ella que muchas veces me saco canas verdes es la personita más linda que existe en el planeta entero.

Después que perdí a Julián, pensé que ya no había nadie más y que mi vida estaba acababa ahí, pero cuando me enteré de si existencia, fue mi consuelo y mucho más.

Para el día de hoy, íbamos a organizar una pequeña fiesta familia ya que anoche llegó mi papá con mi hermano y la familia Álvarez ya estaba aquí, y con algunos amigos cercanos que tenemos que ella quiere mucho.

Me había levantado temprano para prepar el desayuno ya que hace unos días nos había terminado de mudar a una casa nueva y por lo tanto, tenía que hacer todo yo. Iba a hacer algo rico, pero no tenía tiempo, así que, pedí que me traigan medialunas con una torta de chocolate que le encanta a mi hija y también a Julián. Preparé para Agos su leche y para nosotros preparé unos mates.

—Buendía, hija —amaneció mi papá y me saludo. Se iban a quedar aquí porque mi departamento viejo quedó completamente vacío, entonces vinieron aquí.

—Pa, tan temprano te levantaste? —eran las ocho recién.

—Y bueno, la costumbre, hija. Cuando voy a trabajar me levanto a las siete y a las ocho ya estoy en la clínica —me dice sonriendo y asintió—. ¿Vos te caíste de la cama?

—Ja, ja, no papá —reí por lo bajo—. Me levanté para que esté listo el desayuno cuando se despierten los otros.

—Ah, ¿Julián duerme?

—Si, ayer tuvo entrenamiento nocturno, volvió tarde y cansado, como siempre, así que, seguramente pasa hasta las diez si no es más —dije y papá rió divertido.

—Claro, ¿y está todo bien con su carrera?

—Si, está en su mejor momento —sonreí—. La próxima semana va ir a jugar la final del Torneo de Campeones a Santiago del Estero, River está mejor que nunca también.

—Que bueno —sonrió—. ¿Y no hay problemas con Agos?

—No, para nada, yo me quedo todo el tiempo con ella y la semana que estuve grabando, tiene una niñera.

—Ah... Linda casa, ¿no? —miró.

—Ah, si, lo veníamos planeando por Agos, aquí tiene más lugar que en el departamento —dije.

Al final desayunamos juntos y después él dijo que iba a salir por unas cosas. Sabía que me quería dejar sola con mi familia porque era un día especial y eso me gustaba.

Una vez que se fue, subí a mi habitación a despertarlos. Anoche habíamos dormido todos juntos porque Agos no se acostumbra en su cuarto todavía, además que el tío se instaló ahí por estos días. Al entrar a la habitación, los veo dormir a los dos como un par de bebés, lo entiendo por Agos, pero Julián, estaba babeando peor que bebé.

Había puesto el desayuno en una bandeja para subir a la cama porque como hoy era un día especial, teníamos que hacer que sea especial. Dejé la bandeja en un costado.