19. Prensa

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Jueves 28 de octubre, 2021.

Julián Álvarez.

Hoy era un día importante porque me levanté temprano solo para prepararles el desayuno para las dos mujeres de mi vida; Mar y Agos, quiénes ahora duermen mejor que la Bella durmiente. No me quejó porque estoy atrasado.

Después de haber preparado el yogurt con cereales para Agos y los mates con medialunas para tomar con Mar, volví a la habitación para esta vez despertarlas.

—¡Amores! —abrí la ventana dejando entrar los rayos del sol que empezaron a molestarle a los presentes.

—Juli... —se empezó a quejar Mar.

—Ya está el desayuno, vamos, a levantarse —me senté en el borde de la cama para verlas despertar.

—¡Mamá! —chillo Agos tapándose la cabeza.

—Arriba —le quite la cobija a mi hija y le empecé hacer mimos por su panchita logrando que empiece a reír, aunque intentaba defenderse, no podía y era obvio no.

Después de una lucha, nos levantamos los tres.

—¿Y esto? —Mar me mirá sorprendida al ver la mesa lista con el desayuno preparado y todo.

—Sorpresa —sonreí.

—¡Siii! ¡Papi! —mi hija maneja una energía inexplicable.

Desayunamos entre risas, chistes y mimos amorosos.

—Yo pienso que si van a jugar la final —me dice Mar mientras seguimos tomando mate y Agos está con el celular hablando por videollamada con los abuelos.

—Si, espero que si —últimamente River estaba yendo bien en la tabla de posiciones de la Liga Profesional y existe la posibilidad de que lleguemos a jugar la final—. ¿Van a ir más tarde, no? —le miré pasando un mate.

—Obvio que si —sonríe—. Nos gusta ir. Voy a ver si es que va Valu va que vayamos juntas, sino vamos solas.

—Si. Igual tenés que tener cuidado porque el otro día secuestraron a una niña a la salida del Estadio —dije y ella asintió riéndose porque soy un exagerado mal.

—¿Que tenés pensando para hacer hoy? —preguntó—. Te levantaste temprano, así que supongo que vamos hacer algo, ¿no? —por mí me quedo aquí todo el día mirando películas y tomando mate acostado en el sillón de casa.

—¿Que querés hacer vos? —guarde el termo porque ya habíamos acabado de cebar.

—Mmm, por mí duermamos dos horas más —se ríe.

—Y si es con vos, no me quejó —solté logrando que se sonrroje—. Que linda sos —sonreí mirándola y ella no tardo de reír nerviosa—. En serio sos hermosa Mar.

—No digas más eso —dice y en un flash me dio un beso.

—Te amo —le digo y me acerqué para darle otro que duro más segundos—. ¿Podemos salir a pasear un rato al perro? —pregunté agarrando su mentón cerca mío.

—Vamos —me dio un beso más y nos separamos.

Nos cambiamos todos y salimos los tres para el parque más cercano en donde soltamos a Rock, quién se fue corriendo, jugando con Agostina bajo mi mirada y la de Mar que caminamos por detrás despacio.

—¿En qué momento creció tanto Agos? —habló y yo no entendí si me lo preguntaba a mí o solo hablaba sola.

—Dímelo a mí —hablé mirándola—. ¿Siempre fue así de... de yo? —reí levemente.

Agostina | Julián Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora