Capítulo 15

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Después de un largo día Pepa había llegado a su casa.

A pesar que aún tenía dolor en su corazón por lo que había visto hoy de Bosco y esa chica rubia tenía que salir adelante y superar lo que sentía por el ya que no era correspondido.

Abrió la puerta y lo primero que vio fue a su mamá barriendo, sonrió al verla.

- Pepa llegaste - dijo Mireya dejando la escoba para acercarse a darle un beso en la mejilla, el contrario rió necesitaba tanto ese beso.

- Hola ma ¿Y Salo? - preguntó con nervios ya que no había hablado con el desde su enfrentamiento en la azotea.

- Está en su cuarto. Oye mi amor ¿Estás mejor? ¿Quieres hablar de por que llorabas anoche?

Pepa negó. - No ma, gracias pero no puedo por ahora no me siento listo espero y lo comprendas - sonrió levemente, su mamá asintió.

- Te entiendo perfectamente, ¿Tiene algo que ver con lo que pasó con Salo ayer en la azotea?

- ¿Q-qué? ¿Tu cómo sabes eso? - preguntó sorprendido.

- Ayer cuando bajó el nos dijo que supuestamente tu ocultabas algo y que no aparentabas ser lo que decías - levantó una ceja - ¿A que se refería tu carnal Pepa?

- Nada. Ya sabes que exagera no le hagas caso.

- Bueno, pero ya sabes que aquí estoy para lo que ocupes de verdad tu puedes confiar en mi en lo que necesites.

- Gracias ma, bueno iré a ver que está haciendo mi hermano te dejo - le dió un beso en la mejilla y se fue hacia su cuarto.

🍃🍃🍃

Al entrar a su cuarto se encontró con su hermano jugando xbox, el rió al verlo tan concentrado.

Abrió la puerta y el contrario volteó al ver que ya había llegado, tragó saliva y apagó la consola, se levantó dispuesto a irse.

- Wowowow ¿A dónde vas Salo? - lo detuvo rápidamente.

- Mira, tuvimos una discusión muy fuerte y la verdad verte a los ojos ahorita no es lo mejor asi que si me disculpas voy a ir a que me el aire - se soltó del agarre.

- ¿Estás consciente que el debe estar enojado aquí soy yo verdad?

- ¿Por qué? - rió incrédulo.

- Tú fuiste quien invadiste mi privacidad y eso está muy mal. - se cruzó de brazos.

- Ay Pepa - rodó los ojos -, por eso me quiero ir a que me de el aire no quiero verte por ahora.

- Está bien - bajó la mirada.

- Hey ¿estás bien? - preguntó al ver que su mirada estaba un poco triste.

- ¿Eh? - levantó la mirada -, si claro ¿por que lo preguntas?

- Te veo un poco agüitado ¿Tuviste un mal día?

- He tenido unos malos días, pero no te preocupes todo pasará - sonrió intentandose convencer que así sería.

Salo asintió. - Lo siento flaco, no eres mi persona favorita de momento pero eres mi carnal, y te amo. Cualquier cosa aquí me tienes ¿estamos?

- Sí gracias Salomón, lo siento yo también, por haberte gritado no debí hacerlo me descontrolé.

- Estabas en todo tu derecho, no te preocupes cuando te sientas listo de hablar sobre lo que escuché aquí estaré para ti - sonrió, se dió la vuelta y se fue del cuarto.

El ave y el nido | Bospa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora