𝐒𝐇𝐎𝐔𝐓 𝐎𝐔𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐘 𝐄𝐗 - 𝐃𝐲𝐛𝐚𝐥𝐚/𝐋𝐨 𝐂𝐞𝐥𝐬𝐨

007 | confrontación

19 de mayo de 2022

AMBER POV

Las luces de París brillaban a través de las ventanas de la casa de mi hermano Lionel. La ciudad del amor no era más que un contraste amargo con el caos emocional que estaba viviendo. Había pasado un día desde que estallaron los rumores sobre Paulo y Oriana, y mi corazón seguía hecho pedazos. Leo y Anto habían sido mi refugio, brindándome apoyo incondicional.

Era uno de esos días en los que todo parecía desmoronarse. La emoción de haber sido seleccionada para el Victoria's Secret Fashion Show se había visto empañada por los rumores sobre Paulo y su supuesta infidelidad con Oriana Sabatini.Me tiré en el sofa, sintiendo que el peso del mundo caía sobre mis hombros. Apenas había tenido tiempo para procesar todo esto cuando escuché el timbre de la puerta. Escuché voces familiares en el vestibulo: la de Leo, Anto, y, para mi sorpresa, la de Paulo.

Me levanté lentamente, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho.

— Lionel, necesito hablar con Amber — dijo Paulo, su voz firme pero suplicante.

— ¿Qué hacés acá, Paulo? — respondió Leo, con su voz tensa —. Después de todo lo que pasó, tenés la cara de venir a buscarla.

— Por favor, Leo, dejame hablar con ella. Necesito aclarar las cosas —insistió Paulo.

Leo dudó por un momento, luego miró hacia mí. Asentí levemente, sintiendo que necesitaba escuchar lo que Paulo tenía para decir.

— Está bien, pero no te pases de la raya — dijo Leo, dando un paso atrás para dejar entrar a Paulo.

Paulo caminó hacia mí, y lo guíe hasta el estudio, donde podríamos tener algo de privacidad. Cerré la puerta detrás de nosotros, el silencio pesando en el aire.

Me senté en el sofá, tratando de mantener la calma mientras él se acercaba.

— Amber, sé que estás herida y tenés todo el derecho de estarlo, pero por favor, dame la oportunidad de explicarme — dijo Paulo, su voz suplicante.

— ¿Explicarte? — repliqué, cruzando los brazos —. ¿Cómo explicás una infidelidad, Paulo? ¿Cómo explicás los rumores y las fotos?

— Amber, todo se salió de control. Lo de Oriana fue un error, algo que nunca debió pasar. Esa fiesta...

— Esa fiesta la planeaste para verte con ella, lo sabían todos tus compañeros de la Juventus. Todos tus amigos que en algún momento los considere amigos míos — lo interrumpí, mientras cruzaba los brazos.

— Los rumores no son como parecen, Amber. Oriana y yo... solo hablamos en esa fiesta. No pasó nada más. — Paulo suspiró, pasándose una mano por el pelo.

— ¿Y eso es todo? — pregunté, mi voz temblando de rabia —. ¿Esperás que crea que todo esto fue solo una charla inocente? Sabías lo que significaba la fidelidad para mi, sabías lo que significaba la confianza, Alice me contó que pasaste la noche con ella, así que puedes dejar de mentir.

— Te lo juro, Amber. No quise hacerte daño. Solo necesitaba cerrar ese capítulo con ella, un capítulo que por pelotudo abrí pero te juro que solo fueron dos veces las que estuve con ella.

—¿Cerrar un capítulo? — mi voz se elevó —. ¿Y por eso organizaste una fiesta a mis espaldas? ¿Y las veces que estuviste con ella? ¿Y los mensajes? ¿Qué fue todo eso, Paulo? ¿Una manera de "cerrar el capítulo"?

Paulo bajó la mirada, incapaz de sostener mi mirada.

— No sé qué decirte, Amber. Solo quería que entendieras que iba a hacer las cosas bien...

— ¡Entender qué! — le interrumpí, las lágrimas acumulándose en mis ojos —. Que todo lo que hice por vos no significó nada. Que dejé mi carrera un montón de veces, mi vida, mis sueños por estar a tu lado, y vos me pagás con mentiras y traiciones.

— No, Amber, no es así. Vos sos todo para mí. Solo cometí un error.

— ¿Un error? — dije, mi voz quebrándose —. No puedo seguir escuchando tus excusas. Decime la verdad de una vez por todas. ¿Por qué lo hiciste?

Paulo levantó la cabeza, pero sus ojos estaban vacíos. No tenía respuestas, solo más mentiras.

— No sé, Amber. Solo pasó. Nunca quise que llegara a esto, nunca quise perderte. Lo que pasó con Oriana fue un error del que me arrepiento profundamente...

— Me rompiste, Paulo. La confianza que tenía en vos está destrozada. — Lo interrumpí nuevamente.

— Lo sé, Amber, y lamento tanto haberte fallado. Quiero arreglar esto, pero entiendo si no podés perdonarme.

Me quedé en silencio, sintiendo que mi corazón se rompía un poco más con cada palabra.

— Paulo, esto no puede seguir así. No puedo seguir viviendo en la sombra de tus mentiras. Te amo, pero esto me está destruyendo.

Él dio un paso hacia mí, pero levanté una mano para detenerlo.

— No, Paulo. Necesito terminar esto. Necesito tiempo para sanar y encontrarme a mí misma de nuevo. No puedo hacerlo si sigo contigo.

Paulo asintió lentamente, las lágrimas brillando en sus ojos.

— Entiendo, Amber. Nunca quise lastimarte.

— Podemos decir que decidimos tomar caminos separados para enfocarnos en nuestras carreras y crecimiento personal — sugerí, tratando de sonar firme.

No quería que esto se convierta en un escándalo mayor de lo que ya es. Necesitabamos anunciar nuestra separación de manera que no perjudique a ninguno de los dos.

— Me parece bien — respondió Paulo, su voz apenas un susurro —. Quiero que sepas que siempre te amaré, Amber, y estaré aquí para vos, pase lo que pase.

—Yo también te amé, Paulo. Pero esto es algo que no puedo perdonar. Espero que encuentres lo que estás buscando, pero no puedo ser parte de esto.

Nos quedamos en silencio por un momento, ambos procesando el final de nuestra relación. Finalmente, me levanté y caminé hacia la puerta, dándole una última mirada a Paulo.

— Adiós, Paulo — dije suavemente, antes de salir del estudio.

Subí las escaleras con pasos pesados, sintiendo el peso de mi decisión.

— ¿Estás bien? —preguntó Leo, abrazándome fuerte, mientras las lágrimas seguían cayendo.

— Sí, voy a estar bien — respondí, sabiendo que este era el primer paso hacia la sanación.

— Lo hiciste bien, Amber. Estamos acá para vos, siempre —dijo Anto suavemente.

Asentí, París, con sus luces y su belleza, ahora era el escenario de mi nueva vida por un tiempo, una en la que tendría que encontrar mi propia fuerza y redescubrir quién era yo sin Paulo.