Cap. 29 Cuidados especiales

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Pov Armando

Mientras corría, sentía cómo la presión en mi espalda se volvía más aguda, como si a mis pulmones les estuviera faltando el aire, porque así me sentía ahora.

No... no... no...

Dios mío, esto no puede estar pasando... a mi Betty no.

Corrí entre los pasillos del hospital universitario mientras buscaba el ala donde tenían internada a Beatriz. Aura María me llamó asustada, ya que Beatriz había caído inconsciente después de discutir con Jenny en la presidencia.

Maldita mujer... maldita sea.

Si a Beatriz le llega a pasar algo, yo me muero, me muero con ella.

Esa mujer me las va a pagar... con mi Betty nadie se mete y queda vivo para contarlo.

Al llegar al ala del hospital, pregunté a una enfermera. Ella me indicó en qué puerta estaba, y al llegar allí, vi en el asiento que estaba al frente a nada más ni nada menos que Don Hermes con Jenny.

¡Qué descaro de este señor!

-¿Qué hace usted aquí?, ¿Vino a rematar a Beatriz?. ¿Qué le pasa? - dije enojado, viendo a Jenny que empezó a chillar detrás de Don Hermes. - ¿Y usted qué?, ¿Ya no le pareció suficiente con lo que le hizo a Beatriz y a doña Julia? ¿Va a seguir atormentando la vida de la moza?

-Mire, Don Armando, más le vale ir bajando su tono de voz y respetar a sus mayores... - empezó a decir Don Hermes. Me reí por su cinismo. - Betty es mi hija...

No se respeta ni él, vea...

-Y yo soy su futuro esposo, y la quiero lejos de ella. Suficiente hizo hoy su mujercita con semejante noticia que le dio a Beatriz... - dije, viendo molesto a Jenny. Esta hizo un puchero, cruzándose de brazos mientras se sentaba. Al salir de la habitación de Betty, vi al doctor Guerra, quien atendía a Wilson, caminando hacia nosotros.

-Buenas tardes, ¿familiares de Beatriz Pinzón? - preguntó curioso. Asentí rápidamente junto a Don Hermes. - La señorita Pinzón se encuentra estable. Todo indica que es un cuadro de estrés y cansancio que está pasando factura a su cuerpo. ¿Tienen idea de por qué está en esta situación?

-Sí, doctor. Verá, algunos asuntos familiares, además del tema laboral, nos han mantenido en vilo - respondió rápidamente mientras el doctor anotaba algo en sus notas. - ¿Está despierta?

-Reaccionó cuando llegó y ahora está durmiendo. Los exámenes preliminares salieron bien, sin embargo, tiene un poco de anemia. Estamos esperando los resultados de los exámenes de orina y un examen de embarazo para descartar que sea otra cosa - dijo el doctor. Don Hermes abrió los ojos y me miró con furia antes de golpearme el brazo con su periódico enrollado.

-¿Embarazada? ¿Degenerado? El diablo es puerco, ¿no podían esperar a casarse por lo menos? - dijo molesto Don Hermes. Incrédulo, empecé a reír.

Embarazada o no, lo que sabía es que la tarea sí la habíamos hecho.

-¿Y si fuera así, cuál es el problema? Ella es mi prometida... ¿Por qué no se calla la boca? Si usted ni se ha divorciado y ya preñó a la moza, viejo degenerado - dije molesto. Antes de seguir discutiendo, el doctor Guerra intervino.

-Ya paren los dos. Si no quieren que llame a seguridad, escuchen... - dijo el doctor Guerra, deteniéndonos. Respiró profundo. - La señorita Pinzón NO DEBE ESTRESARSE. Debe descansar y alimentarse bien. Los otros resultados estarán listos más tarde. Por hoy, se quedará en observación y mañana temprano podrá irse a su casa. Así que por favor, lo que sea o quien sea el causante del desvanecimiento de la señorita, debe irse de aquí,más tarde podrá verla Doctor Mendoza,buen dia.

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⏰ Última actualización: Jul 21 ⏰

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