Se Dice de Mí...

Cap.28 La sorpresa de la Pupuchurra

Pov Beatriz

-A ver, vestido en corte A sin mangas, corte A con escote cuadrado y el estilo princesa tela razo... Mmmmm, este puede ser -murmuré marcando la página de los vestidos de novia que estaba viendo en una de varias revistas que me trajo Catalina para distraerme de todo lo que está sucediendo. Llevaba media tarde sin noticias de Armando y de su búsqueda rápida en casa de sus papás.

Espero que esté bien, Dios mío.

Dejé la revista sobre mi escritorio mientras observaba el teléfono pensando seriamente en llamar a Armando o Santamaría. Ya que tardara tanto sin regresar me traía inquieta. Afuera de la oficina me pareció escuchar bulla de parte de las muchachas.

¿Será que ya regresó?

Cuando ya me estaba levantando de mi asiento, la puerta de presidencia se abrió de manera brusca dejando ver a Doña Marcela.

¿Cuándo había regresado de Miami?

-Beatriz... ¿qué es lo que está pasando con mi hermano? -dijo entrando a la oficina furiosa- ¿Qué son esas calumnias de que él es culpable del incendio, ah? ¡Respóndame!

-Doña Marcela, por favor, cálmese... -dije pausadamente. Doña Marcela no paraba de caminar de un lado al otro como animal enjaulado. Por la puerta apareció nada más y nada menos que Patricia Fernández.

-¿Cómo se va a calmar si andan hablando pestes de su hermano, bola de desgraciados? Por favor, alguien de la categoría de Daniel es incapaz de algo así... -dijo Patricia con prepotencia. Giré los ojos irritada.

Lo que me faltaba...

-Patricia, ¿cállese, sí?. ¿Qué no te cansas de echarle leña al fuego en las faldas de Doña Marcela? -dije molesta. Antes de que me contestara, Doña Marcela la calló. -Mire Doña Marcela, sé que es duro esto pero si necesita confirmarlo entonces puede...

-¿Puedo qué, Beatriz? ¿Qué no te bastó con quedarte con Armando, ahora vas de nuevo por la empresa? ¿Quién sigue de los socios mayoritarios? ¿Roberto? ¿Margarita? ¿María Beatriz? Ya escuché que también te deshiciste de Mario... -dijo Doña Marcela roja de la molestia. Suspiré. -Bravo Beatriz... estás acabando con todo.

No puede ser...

-Doña Marcela, no tiene sentido que me venga a reclamar nada. Si quiere de verdad confirmar lo sucedido, puede ir a hablar con el oficial Pérez. Tenga... -dije sacando de mi cartera la tarjeta de presentación del oficial y dejándosela en el borde del escritorio- las pruebas son irreversibles del delito que cometió, no a la empresa que presido, sino al único patrimonio que le queda a usted y a su hermana. El oficial tiene las grabaciones telefónicas para que usted misma las oiga.

-Igualada, ¿qué se cree?, ¿ah? Deme eso para acá... Marce, dudo mucho que existan tales grabaciones, seguro es un montaje de estos desgraciados para perjudicar a Daniel... -dijo Patricia acercándose al escritorio para tomar la tarjeta mientras Doña Marcela se cruzaba de brazos respirando profundo. Patricia se me quedó viendo a mí seguido de mi mano izquierda viendo mi anillo... -Ma-marce...

Dios mío, hoy no me puede estar pasando esto...

-¿Qué, Patricia? Dame la tarjeta de una vez que necesito hablar con esos policías a ver qué pruebas según tienen... -dijo Doña Marcela exasperada acercándose también al escritorio. Le arrebató la tarjeta a Patricia y antes de girarse a la puerta observó la revista de vestidos de novia. -Siga soñando de que Armando le va a soltar un anillo pronto... ilusa.