¿Tú me odias?Samantha tarareaba en voz baja para sí misma mientras caminaba hacia una puerta, subiendo unas escaleras de hormigón. El blanco de sus dientes se muestra cuando llega a su destino.
Había venido hasta aquí, el apartamento en el que su mejor amiga Yuka se alojaba actualmente, creyendo que muy seguramente estaría en casa ahora. La última vez que la vio fue durante la gala, luego de eso no logró comunicarse con ella. Estaba tan contenta con lo ocurrido anoche que se había ido a la cama sin siquiera intentar localizar a su amiga. Se despertó hace unas horas, con el abrasador momento aún en su mente, pero descubriendo que su amiga nunca le devolvió las llamadas ni respondió sus mensajes. Lejos de preocuparse, decidió ir primero a verificar si había llegado a casa.
El lugar no era muy grande y la cabeza de Samantha no estaba lejos del techo, pero estaba a solo dos paradas del autobús hacia el trabajo de su amiga.
Llamó tres veces fuertemente a la puerta principal, luego fue insistente con el timbre. Logró escuchar un ruido desde dentro y alguien que se aproximaba a toda prisa. Para su alivio, su amiga atendió. Para su sorpresa, estaba en un aspecto algo cuestionable: su cabello alborotado, su cara pálida y su torso desnudo que apenas se cubría con un edredón que parecía haber arrastrado consigo.
—“¡Sammy!”, exclamó para luego jadear, "¡Qué sorpresa verte! No sabía que ibas a venir”.
Por su reacción, parecía que se acababa de despertar.
—“Te llamé varias veces y te envié mensajes”, indicó.
—“¡Oh! ¡Eso!”, se llevó una mano a la cabeza. “Disculpa, es que tuve una… emergencia”
Samantha arqueó una ceja. “¿Emergencia?”
—“¡Sí!”, asintió salvajemente. “Verás, tuve que… salir urgentemente de la gala y… en el camino mi celular murió”
—“Oh…”, soltó, “Pero… ¿Está todo bien?”
—“¡Sí! ¡Nada de qué preocuparse!”, aseguró con una sonrisa forzada.
La perra mestiza no estaba muy convencida con la respuesta de su amiga, y su expresión se tornó algo seria. Sospechaba que le estaba ocultando algo. De todas maneras, prefirió no ahondar mucho por el momento.
—“Y dime, ¿Cómo te fue anoche?”, preguntó con total naturalidad, intentando pasar a otro tema.
—“Oh, pues…”, intentó responder Samantha, pero el recordar lo sucedido hacía que se cubriera la cara.
—“Sammy, ¿Qué pasa?”, preguntó preocupada al notar su reacción.
Los ojos de la perra mestiza parecieron brillar cuando apartó sus manos.
—“¡Lo besé!”, declaró, casi gritando a los 4 vientos, con una sonrisa radiante.
Yuka se quedó en silencio, inusualmente vacilante.
—“¡Júramelo!”, exclamó y su amiga asintió salvajemente aún con la sonrisa.
Samantha comenzó a contarle a su amiga exactamente lo que sucedió. Su voz tembló por momentos, pero no estaba ni remotamente angustiada, al contrario, irradiaba tanta plenitud de una manera frenética que sería muy molesta si a ella no le agradara tanto.
Para Yuka era un pequeño consuelo ver a su amiga en ese estado, en lugar de a cómo estaba hasta hace unos días. Nunca la había visto sufrir un dolor emocional como ese antes. Había llorado hasta que pudo respirar, había gritado hasta quedarse sin voz, había suplicado y rogado volver a ver al único hombre al que ella realmente había amado con locura.
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"Una rosa es una rosa" (Bandit X Wendy) (Bluey AU)
Roman d'amourLa vida de Bandit Heeler era casi perfecta, hasta que una sucesión de eventos hace despertar algo entre el y su vecina Wendy. Esta creciente mutua atracción podría causar estragos en sus vidas.