【5】Ecos de la Adversidad

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ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ
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Los días se deslizan con una celeridad inquietante, y cada lección impartida en el despacho de los Park se ha convertido en una práctica que espero con creciente interés. Mi función como preceptor de la joven Jihye ha transcendido la mera obligación profesional y se ha convertido en una experiencia de profundo significado. Hay algo en la forma en que ella aborda nuestras lecciones que me intriga y, al mismo tiempo, me llena de un sentimiento inesperado.

En los últimos dos días, he notado un cambio en su comportamiento. La joven Jihye, que solía recibir nuestras clases con vivacidad y entusiasmo, se ha tornado evasiva y reservada. Este cambio, aunque sutil, ha provocado en mí una extraña inquietud. Algo en su comportamiento parece haber alterado la dinámica que hasta ahora compartíamos.

Durante nuestras lecciones, ella se ha esforzado por mantener la concentración, pero sus respuestas han devenido más formales, y sus preguntas, aunque perspicaces, han perdido algo del brillo que solían poseer. Mientras me movía de un lado a otro del despacho, explicando con la misma pasión que siempre, no podía evitar sentir que una distancia había surgido entre nosotros. Esta sensación es enigmática, como si un velo invisible se hubiera interpuesto entre nuestras interacciones.

El despacho, adornado con libros y manuscritos antiguos, parecía observar en silencio el cambio en nuestra relación. Mi corazón, por una razón inexplicable, se veía arrastrado por una marea de sentimientos encontrados. Cada clase se volvía un ritual en el que buscaba ese destello de calidez y complicidad que solía caracterizar nuestras conversaciones.

Recientemente, al dirigirme a la mansión de los Park para nuestra lección, una preocupación me embargaba. La forma en que ella había manejado su brazo lesionado, con una dignidad que apenas ocultaba su dolor, me había llevado a reflexionar sobre la verdadera fuente de su reciente actitud. El alivio que sentí al verla menos dolorida en la última clase había sido sólo un consuelo pasajero.

Al llegar al despacho, la vi sentada en la silla de madera, esforzándose por tomar notas con su mano derecha, y me di cuenta de cuánto había cambiado nuestra relación. Era evidente que la barrera que se había levantado no era solo física, sino también emocional.

Pero tan pronto como ella levantó la mirada para dirigirme una mirada, una sonrisa radiante iluminó su rostro, devolviendo el entusiasmo que solía caracterizarla. Me pareció que su comportamiento había retornado a la vivacidad de antes.

—Buenos días, señor Kim —Saludó con una sonrisa encantadora que revelaba una vez más el brillo y la calidez que solía poseer.

A pesar de la preocupación que había sentido anteriormente, mi atención se desvió hacia el encantador vestido que la joven Jihye había elegido para el día. Era un traje de un delicado tono lila, que parecía capturar la luz de la mañana y reflejarla en matices suaves. El vestido, hecho de una tela fluida y resplandeciente, abrazaba su figura con gracia.

Seductora De Corazones © KIM TAEHYUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora