ᴘᴀʀᴋ ᴊɪʜʏᴇ
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El sol comenzaba a asomar por el horizonte, tiñendo el cielo con suaves tonos dorados y rosados. La luz filtrada a través de las cortinas de mi habitación danzaba sobre el suelo, como si anunciara la llegada de un día lleno de promesas. Mientras me preparaba para el día, el eco de la conversación de la noche anterior aún resonaba en mis pensamientos, como un susurro incesante.
Bajé por las escaleras de la mansión con el rostro radiante de la luz matutina y el corazón ligeramente acelerado por la anticipación. La fresca brisa de la mañana acariciaba mi rostro, y con cada paso, sentía que la emoción del día se entrelazaba con el encanto de la estación. Al llegar al patio, el aroma de las flores y el verde exuberante del campo me envolvieron, como una promesa de algo especial.
Era en estos momentos de tranquilidad que solía encontrar consuelo, y hoy no era la excepción. Mientras caminaba por el jardín, vi al señor Kim esperando cerca de los establos, con su figura erguida y el cabello ligeramente despeinado por la brisa matutina. Había algo en su presencia que me resultaba inconfundiblemente atractivo y, al mismo tiempo, misterioso.
Al acercarme, noté que él estaba revisando las monturas y los caballos con un aire de serena concentración. Sus movimientos eran meticulosos, y la manera en que trataba a los animales reflejaba una bondad que contrastaba con la severidad de su rol como tutor.
—Buenos días, señorita Jihye —Saludó con una sonrisa que parecía iluminar aún más el entorno.
—Buenos días, señor Kim —Respondí, mi voz suave y melódica.
Mientras él se acercaba a mí, la luz de la mañana resaltaba las características de su rostro, haciéndolo aún más encantador. Un silencio cómodo se instaló entre nosotros, uno que parecía esperar un próximo movimiento.
—Hoy me preguntaba si le gustaría acompañarme a montar a caballo —Sugirió él, con un tono que escondía una mezcla de formalidad y una invitación implícita.
Mis ojos se encontraron con los suyos, y una chispa de emoción se encendió en mi pecho. Asentí, sin poder evitar una sonrisa que se alzó a mis labios como el primer rayo de sol del día.
—Me encantaría —Contesté con un tono que buscaba igualar el brillo en sus ojos.
Él se acercó con elegancia y me ofreció su mano para ayudarme a montar. Mientras lo hacía, sus ojos recorrieron cada detalle de mi vestimenta. Me encontraba luciendo un vestido de un delicado color melón que parecía capturar la luz matutina con un suave resplandor. Las mangas sueltas del vestido caían con gracia sobre mis brazos, dejando al descubierto la piel de manera sutil y encantadora. El corpiño, adornado con un lazo blanco que se entrelazaba con diseños de estampado blanco, acentuaba mi juventud con un aire de frescura y delicadeza.
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Seductora De Corazones © KIM TAEHYUNG
RomanceEn una época del Renacimiento donde el intelecto y el encanto son armas poderosas, 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗝𝗶𝗵𝘆𝗲, una joven de diecinueve años, se embarca en un cautivador juego de seducción. Sus tres pretendientes, cada uno con un rol crucial en su vida, cae...