ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ
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Sin lugar a duda, el sentimiento de afecto que albergaba hacia la señorita Jihye se había transformado en algo más profundo y sincero. Desde el primer instante en que la conocí, su presencia audaz e inteligente había cautivado mi ser de manera irrevocable. Su manera de seducir, tan exquisitamente refinada, tenía el poder de someter a cualquier hombre a sus pies, y así ocurrió conmigo. En ella percibí una pureza inigualable, una elegancia sublime, siendo la encarnación misma de lo que la palabra "mujer" podría describir. Sin embargo, temía que tales sentimientos pudieran desvanecerse prematuramente, aunque no por mi voluntad.
Era un sábado, una semana tras el enlace matrimonial de mi hermana, y mis padres me habían convocado una reunión en el gran comedor. En esta ocasión, la compañía incluía, además de ellos y de mí, a la única hija del Marqués Kang, la viuda Kang Yaori, cuyo luto ahora adornaba su semblante con una melancolía que no pasaba desapercibida.
La viuda Kang Yaori había estado de luto durante un mes entero, y su padre, conmovido por su dolor, había decidido convocar esta reunión con el propósito de ofrecerle consuelo y, tal vez, una nueva dirección para su vida. La atmósfera en el gran comedor estaba impregnada de un aura de solemnidad, reflejando la seriedad del motivo de la reunión.
Cuando el padre de la viuda Kang y los míos se encontraron terminando el postre, la conversación comenzó con la intención de brindar alivio a la afligida dama. La disposición y la actitud de ambos padres revelaban la gravedad de sus intenciones.
El padre de la viuda, el honorable Marqués Kang, rompió el silencio con voz grave y medida:
—Mi buen señor, y dama de honor, les agradezco profundamente por aceptar nuestra invitación en estos momentos tan delicados. La situación de nuestra hija ha sido de gran pesar para nosotros. He considerado que una alianza con su linaje sería de gran dignidad y honra. De esta manera, tanto la felicidad de mi hija como el bienestar de ambas familias estarían asegurados.
Mi padre, con una inclinación respetuosa y tono grave, dijo:
—Estamos dispuestos a considerar esta unión con la mayor deferencia y la más sincera intención de proporcionar una vida de dicha y armonía para nuestros hijos. ¿Qué opinas tú, hijo? —Preguntó, dirigiéndose a mí mientras permanecía sentado a su lado—. Un matrimonio en estas circunstancias podría ser ventajoso, especialmente considerando que se avecina una crisis que conviene prevenir.
Yo, sintiendo la presión y el peso de la situación, respondí:
—Padre, desearía discutir este asunto en privado con usted.
Mi sorpresa y malestar eran evidentes; no había sido informado previamente de la propuesta de casamiento con la viuda Kang Yaori, y me resultaba inconcebible aceptar tal compromiso sin un conocimiento adecuado de la situación.
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Seductora De Corazones © KIM TAEHYUNG
RomansEn una época del Renacimiento donde el intelecto y el encanto son armas poderosas, 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗝𝗶𝗵𝘆𝗲, una joven de diecinueve años, se embarca en un cautivador juego de seducción. Sus tres pretendientes, cada uno con un rol crucial en su vida, cae...